La cultura desempeña un papel importante en la forma en que vemos el mundo, influencia cómo pensamos e incluso determina nuestra forma de actuar. Una persona que nace en una cultura puede desarrollar una forma de pensar muy diferente a alguien que ha nacido en una cultura diferente.
Hace poco el psicólogo social Richard Nisbett compartió una parte de su extensa investigación sobre cómo las mentes occidentales y orientales difieren en muchos aspectos, desde la forma de pensar hasta la percepción y las normas sociales y la estructura política.
Uno de los descubrimientos más interesantes se refiere a que los occidentales tenemos la tendencia a centrarnos más en los objetos y desarrollamos un pensamiento analítico, mientras que los orientales se centran más en las relaciones y tienen un pensamiento holístico.
Todo parece indicar que los occidentales nos centramos más en los objetos, nos interesa identificar las propiedades, categorizarlas y descubrir las leyes y principios que rigen su comportamiento. Por eso, a menudo rompemos las cosas para intentar entenderlas, y asumimos una perspectiva más reduccionista o atomista.
Esta forma de pensar es una de las razones por la cual la cultura occidental ha realizado importantes avances en la lógica, la ciencia y la tecnología. De hecho, la ciencia se basa precisamente en aislar variables y comprobarlas en ambientes controlados donde todos los demás factores se mantienen constantes.
Al contrario, los orientales se centran más en las relaciones que se establecen entre las cosas, se interesan por descubrir la interdependencia y asumen que siempre están a mitad del camino de la verdad. Esta forma de ver el mundo les permite ser más flexibles, dependiendo del contexto o situación.
Por eso, la cultura oriental suele ser más abierta a las paradojas y contradicciones, a los fenómenos que no siguen las reglas ordenadas y específicas que ha establecido Occidente sobre cómo funciona el mundo.
Por supuesto, esto no quiere decir que todas las personas de una cultura piensen de la misma manera, pero son patrones generales que se aplican a muchos de sus integrantes. Tampoco se trata de que un tipo de pensamiento sea mejor que el otro ya que ambos son complementarios y tienen sus propias ventajas y desventajas.
Enfoque analítico vs. Enfoque holístico
Para comprobar si los occidentales se centran más en los objetos y sus propiedades, y los orientales en las relaciones entre los objetos, este psicólogo ideó una serie de experimentos muy interesantes.
En un estudio, a los asiáticos y a los americanos les mostraron dos fotos similares y se les pidió que encontraran pequeñas diferencias entre ellas. Algunas de las diferencias estaban relacionadas con el objeto (como una parte faltante del avión) y otras estaban relacionadas con las relaciones (como dos aviones más cercanos). Los resultados mostraron que los americanos eran más propensos a identificar las diferencias relacionadas con el objeto, mientras que los asiáticos solían notar las diferencias en las relaciones.
En otro estudio, a los participantes les presentaron películas animadas en las que se apreciaba una escena bajo el agua con peces, plantas, piedras y otros elementos de fondo, como una rana y un caracol. Se les pidió que describieran la escena. Todos los participantes indicaron los objetos que aparecían en el primer plano, pero los asiáticos eran más propensos a mencionar los elementos de fondo y también describían la escena en su conjunto.
Este tipo de estudios sustentan la idea de que los occidentales tenemos una «visión más estrecha» cuando exploramos nuestro entorno, lo cual se debe a que le prestamos mucha atención a los objetos en particular y a sus propiedades, mientras que los orientales tienen una «visión más amplia», logran ver las relaciones entre los objetos y el medio ambiente.
Pensamiento categorial vs. Pensamiento relacional
Según la investigación de Nisbett, los occidentales tenemos la propensión a agrupar objetos formando «categorías», mientras que los orientales suelen agrupar las cosas en términos de «relaciones».
En un experimento muy sencillo, a estudiantes universitarios asiáticos y estadounidenses les dieron una serie de fotografías en las que debían elegir qué objetos podían corresponder entre sí, como este ejemplo que aparece a continuación.
¿Qué figura se ajusta mejor al toro que aparece en la parte inferior? Tómate un minuto para responder.
La mayoría de los estadounidenses eligieron el «pollo» porque incluyeron a ambos en la misma categoría: «animales». Sin embargo, la mayoría de los asiáticos escogieron la «hierba» porque buscaron una relación: «el toro se come la hierba».
Una vez más, este experimento muestra cómo los occidentales se centran más en los objetos, sus propiedades y categorías, mientras que los orientales prefieren centrarse en las relaciones, el contexto y el medio ambiente.
Reglas vs. Paradojas
Según Nisbett, los occidentales solemos ser muy estrictos cuando se trata de aplicar la lógica y las reglas. Esto proviene de nuestra tendencia a agrupar las cosas en categorías basándonos en sus propiedades.
Haz este pequeño ejercicio: ¿A qué grupo crees que pertenece la flor en la parte inferior?
En este experimento, la mayoría de los orientales pensaban que la flor pertenecía al Grupo A, pero la mayoría de los occidentales pensaban que la flor pertenecía al Grupo B.
La flor muestra el «aire de familia» del Grupo A (tenía pétalos redondos y una hoja). Sin embargo, la flor compartía una regla con el Grupo B: los tallos son rectos, no curvados.
Esto demuestra que los occidentales aplicamos la ley de identidad (A es A) y la ley de la no contradicción (A y no-A son imposibles). Sin embargo, los orientales suelen ser más abiertos frente a las paradojas y las contradicciones (A veces A es A, y a veces no es A).
De hecho, una representación del «pensamiento paradójico» de la cultura oriental es el popular símbolo de Yin y Yang, que ilustra cómo todo está compuesto, en parte, por su opuesto.
Ser fijo vs. Ser dinámico
Dado que los occidentales nos centramos en los objetos y sus propiedades, tendemos a ver nuestro “yo” como algo más fijo e invariable, independientemente de la situación. Los orientales, al contrario, se consideran más dinámicos y cambiantes, según la situación.
De hecho, en la Psicología Social existe lo que se conoce como «error de atribución«, un fenómeno que hace referencia a la tendencia de las personas a darles un peso excesivo a los factores de personalidad para explicar el comportamiento de alguien, en vez de analizar los factores situacionales. Según Nisbett, los occidentales somos más susceptibles a este sesgo de los orientales.
Para demostrarlo, ideó un experimento en el cual les contó a los participantes una historia sobre un hombre que iba corriendo para no llegar tarde al trabajo y se negó a darle a un dólar a un vagabundo. Cuando les pidieron que buscaran una explicación a ese comportamiento, los occidentales tendían a catalogar a este hombre como egoísta, mientras que los orientales solían tener en cuenta la situación y aducían que tenía prisa.
En práctica, los occidentales pensamos que tenemos una personalidad fija: «Yo soy el que soy» y «ellos son lo que son» sin importar la situación. Pero los orientales consideran que tienen una personalidad más dinámica y comprenden que pueden actuar de manera diferente dependiendo de la situación.
¿Qué podemos concluir?
En realidad, ninguna forma de pensamiento es correcta o incorrecta, cada una nos da una perspectiva diferente del mundo y de cómo interpretarlo. Una perspectiva es más estrecha y analítica, mientras la otra es más amplia y holística. Cada una nos conducirá por un camino diferente.
Obviamente, habrá situaciones en las que necesitaremos aplicar el pensamiento analítico, centrado en los detalles, mientras que en otras circunstancias necesitaremos un pensamiento más flexible, amplio y holístico.
Lo más importante es saber qué tipo de pensamiento ponemos en práctica normalmente, para poder desarrollar una nueva perspectiva que nos enriquezca.
Fuentes:
Nisbett, R. (2003) The Geography of Thought: How Asians and Westerners Think Differently. Nueva York: Free Press.
Nisbett, R. & Masuda, T. (2003) Culture and point of view. PNAS; 100(19): 11163–11170.
Santiago Felez Ramos dice
Artículo muy interesante. Muchas gracias, Jennifer, por comunicar contenidos tan válidos para el crecimiento y la reflexión.
Jose Bran dice
Me encanta tu pagina Jennifer.
Siempre leo lo que publicas.
Saludos.
OskarMaria dice
Excelente, como siempre.
Jennifer Delgado dice
Gracias a todos. En efecto, esta serie de investigaciones me han parecido muy interesantes ya que dan mucha tela para la reflexión.
Miguel Angel Lopez Aguilar dice
Hola, me gusta muchísimo leer su blog, lo considero una biblioteca dinámica de contenido actual y de gran relevancia, en cada uno de sus artículos se puede notar la dedicación en la redacción y las ganas de transmitir conocimiento, reciba un fuerte abrazo, siga adelante.
Jennifer Delgado dice
Hola Miguel,
Gracias por tus palabras, que me animan a seguir escribiendo.
Hay artículos, sobre todos los de investigación, a los que dedico varias horas. Me gusta transmitir conocimiento y no solo mis opiniones 🙂
Unknown dice
Jennifer: Tus opiniones ya son parte de la sabiduría que transmites. Te queremos con gratitud y admiración desde hace años.
Luis desde Santiago de Chile.
jack dice
jajajajajaj que curioso, despues de leer varios libros sobre la cultura oriental llegue a la conclusion de yo tengo un pensamiento mas del tipo oriental, segun los pequeños experimentos del post termino de confirmar mi teoria!
exelente informacion! saludos desde argentina!