Todos conocemos la sonrisa enigmática de La Gioconda. Este cuadro ha sido objeto de discusión y debate durante años y esto ha creado una de las campañas de marketing más grandes que se conoce en la historia de la humanidad. De hecho, millones de personas llegan al Louvre cada año con el único objetivo de apreciar este cuadro.
Así, probablemente se trata de uno de los rostros más conocidos del mundo (si no el más conocido). Hoy se puede encontrar lo mismo adornando un salón en forma de póster que en las camisetas o en las tazas del té. Pero… ¿se han preguntado en alguna ocasión cómo la Mona Lisa se ha convertido en una estrella? ¿Por qué esta pintura, por encima de todas los demás, es tan famosa?
Obviamente, existen decenas de teorías que especulan al respecto, desde las más lógicas hasta las más fantasiosas. No obstante, si le echamos una mirada a la historia, nos daremos cuenta que se trata de una campaña de marketing que se remonta a cientos de años y que se ha ido articulando por sí sola, gracias a una concatenación de causas.
Giorgio Vasari, un importante historiador del arte del siglo XVI, considerada la Mona Lisa como una obra maestra pero nos proporciona una visión mucho más comercial de la pintura. Este historiador afirma que todo el cuadro es en realidad la representación de una sonrisa que tiene más de celestial que de humano pero su secreto estriba en que, estéticamente, es muy hermoso. De esta forma, la sonrisa conjuga dos factores que se convertirían en una mezcla explosiva: misterio y belleza.
En el momento en que Da Vinci pintó la Mona Lisa, el retrato como género era considerado como anticuado y se realizaba más con fines de documentación histórica que siguiendo los mandatos artísticos. Sin embargo, el retrato de la esposa de Francesco del Giocondo fue diferente. Su pose era sorprendentemente nueva ya que ella miraba a su público, en lugar de mirar hacia un desconocido que supuestamente se encontraba a su lado en la tela.
Obviamente, a las personas que vinieron después, no solo les atrajo el retrato en sí sino la figura de Da Vinci, un genio adelantado a su tiempo que tenía una filosofía particular. Así, se instauró el culto a su figura y, con ello, aumentó el interés por sus trabajos. De hecho, inicialmente La Gioconda se debatía en el Louvre por la atención de los visitantes ya que existían otras obras mucho más atractivas (y que para mi, aún hoy lo siguen siendo).
Otro hecho importante que contribuyó a aumentar la fama del cuadro fue que Napoleón retiró el cuadro del museo y lo colgó en su dormitorio. Obviamente, en este punto muchas personas se preguntaban qué tenía de peculiar aquella pintura. Se había plantado la semilla de la curiosidad sobre el producto, tal y como ha hecho en tantas ocasiones Apple antes de lanzar sus nuevos modelos.
A mediados del siglo XIX, la Mona Lisa pasó de ser el retrato de un aristócrata pura a convertirse en la imagen de una “femme fatale”. Este cambio de perspectiva se debió fundamentalmente al periodista y crítico de arte de Théophile Gautier, quien escribía: «esos labios burlones y sutiles que desprecian los placeres comunes de los mortales.» Así, este cuadro se convirtió en un objeto de deseo inalcanzable, nada mejor para aumentar la fama de un producto. Muy pronto, la sonrisa de la Mona Lisa no fue un secreto que conocían unos pocos nobles y pintores sino que se convirtió en un secreto gritado a voces que encontró eco en las masas.
Otro golpe de gracia llegaría en el 1911, cuando un humilde carpintero del museo robó la pintura. Durante un buen tiempo los medios de comunicación no hicieron sino hablar de esta pérdida e incluso las personas se reunían ante la pared donde una vez estuvo expuesto el cuadro en un signo de despedida y desconsuelo.
En este punto, La Gioconda ya se había ganado con creces su puesto en la historia pero el impulso definitivo en la cultura popular se lo dio Marcel Duchamp, quien le dibujó un bigote y una perilla y después la imprimió en tarjetas postales que aún hoy recorren el mundo. Desde este momento La Gioconda se convirtió en un objetivo de los dibujantes, caricaturistas y publicistas de todo el mundo.
Así, más de un publicista ha sacado provecho de la fama de la Mona Lisa estructurando sus propias campañas de marketing sobre la fama del cuadro. Y debo decir que algunas son verdaderamente creativas. Así, como punto final, les dejo con algunas de las campañas de publicidad que se han inspirado en el enigma de esta sonrisa.
1. Pantene, con el slogan: “Es tiempo de renovar”.
2. Memo, una revista que nos propone el slogan: “Diferentes perspectivas cada semana”.
3. El comercio, un diario de economía que nos propone una de las campañas más originales con el slogan: “Más información de la que conoces”.
4. Impresoras Epson, con el slogan: “La impresión ultra rápida de Epson”.
5. Gioconda Dark, una marca de chocolate.
Fuente:
(2011, Mayo) Why is the Mona Lisa so Famous? The Greatest Marketing Campaign in the History of the World. En: Arte Den.
Anónimo dice
El post está genial. Sobre todo las fotos al final, son súper originales. Gracias por compartir.
Ignacio
Anónimo dice
Muy interesante el análisis crítico y expositivo acerca del marketing alrededor de la figura imponente del cuadro de la Gioconda. Felicitaciones
Jennifer Delgado Suarez dice
Gracias a ambos por dejarme sus impresiones sobre el tema.
Me alegra que les haya resultado tan interesante como lo fue para mi.