Una nueva ilusión temporal: la causa del evento es percibida después del evento mismo. Las representaciones inconscientes de los objetos son procesadas alrededor de 1/10 de segundos antes de que se haga consciente. ¿Cómo?
Chien-Te Wu y sus colegas del Centro Cerebro y Cognición en Toulouse manejaron un fenómeno conocido como ceguera al movimiento inducida, en el cual la rotación constante del fondo causa que los estímulos ubicados al frente aparezcan y desaparezcan. Sin embargo, si fijamos nuestra vista en los estímulos, intentando despreciar el fondo, el fenómeno no ocurre.
Existen múltiples hipótesis para explicar este fenómeno, una de ellas asevera que la razón se halla en las particularidades de las neuronas del área V1 de la corteza visual.
Mientras se intentaban dilucidar las causas de la ceguera al movimiento otra ilusión temporal se produjo y brindó nuevas pistas para explicar algunos de los misterios de los mecanismos cerebrales de la percepción.
A siete de los participantes les presentaron un anillo amarillo estático sobre un fondo rotante y les pidieron que apretaran un botón que indicara cuando el anillo desaparecía y volvía a aparecer de sus vistas. Este procedimiento fue repetido 200 veces con cada participante.
En estas pruebas un punto flasheaba durante 50 milisegundos en el sitio del anillo después que éste desaparecía de la vista.
Sin embargo, para los observadores no ocurría lo mismo. En el 75% de las pruebas se observó un curioso efecto: el punto aparecía antes que el anillo. Además, este efecto lo experimentaron el 90% de las personas. Evidentemente el tiempo de percepción de las secuencias se había invertido, lo cual era imposible, teóricamente hablando. Los participantes reportaban percibir la causa (punto) después del efecto (aparición del anillo).
¿Qué explicación se halló para este fenómeno? Una de las posibles explicaciones podría ser que el fondo en movimiento provocara esta ilusión óptica por lo cual el experimento se repitió, esta vez eliminando el movimiento. Los resultados no variaron.
Así los investigadores concluyeron que la clave se encuentra en la representación inconsciente. El sistema visual de los voluntarios tenía la representación del anillo antes de que éste se hiciese visible por lo cual su reactivación podría ser más rápida y por lo tanto se haría consciente de manera inmediata. Al contrario, el punto es un estímulo totalmente nuevo por lo cual se demoraría más en llegar a la conciencia.
Finalmente, se diseñó otro experimento. Cada vez que el anillo se mostraba aparecía con un color diferente y el punto no flasheaba. A las personas le pedían que reportaran qué color habían visto por última vez en el anillo. Extrañamente, los observadores reportaban siempre un color detrás del que verdaderamente habían visto. Así, aunque el nuevo color había sido registrado inconscientemente, éste aún no había llegado a la conciencia y por lo tanto las personas no lo podían reportar.
Por supuesto, en este experimento se utilizan tiempos cronometrados en milisegundos pero las repercusiones de la investigación son inmensas en tanto reabre el debate alrededor de la importancia del inconsciente y su elevada capacidad para percibir y almacenar datos que podrían no hacerse conscientes debido a la capacidad más limitada de nuestros recursos cognitivos.
Fuente:
Wu, C. T., et al (2009). The Temporal Interplay between Conscious and Unconscious Perceptual Streams. Curent Biology; 19 (23): 2003-2007.
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