¿En cuántas ocasiones hemos escuchado la frase: “es una maniática del orden” o “tiene manía por el orden”? Normalmente estas frases se utilizan para referirse a personas que se preocupan en exceso por la limpieza. No obstante, en ciertas ocasiones esta problemática va un paso más allá para convertirse en una psicopatología: se trata del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
En España se estima que aproximadamente 1 de cada 50 personas padece alguna forma del TOC, dentro de las cuales se encuentra la manía por el orden.
Al contrario de otros trastornos psicopatológicos, muchas veces este problema es simplificado y las personas no buscan ayuda porque piensan que es una característica de personalidad por eso a veces el tratamiento comienza cuando la enfermedad ya ha avanzado muchísimo.
Dentro de todas las formas en que se manifiesta el Trastorno Obsesivo Compulsivo, probablemente uno de los más “pintorescos” es la manía por el orden. Sin embargo, cuando el problema adquiere dimensiones mayores, puede convertirse en un verdadero infierno.
Vale aclarar que una cosa es ser metódico, preciso, limpio y ordenado y otra cosa muy diferente es convertirse en esclavo de una serie de rituales relacionados con la limpieza y el orden. En este caso me refiero a las compulsiones que suelen sufrir las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo y que las “obligan” a seguir una serie de ritos ya que solo de esta forma pueden liberar la tensión. De hecho, se han evidenciado casos de personas que se han quemado las manos a fuerza de usar productos de limpieza aún sabiendo que no debían utilizarlos.
Generalmente este trastorno comienza en la adolescencia o a inicios de la edad adulta y se evidencia fundamentalmente en el género masculino. De la misma forma, debe puntualizarse que en los niños en edad preescolar los rituales, las supersticiones y las costumbres rutinarias son normales. Estos comportamientos aparecen espontáneamente y no causan ninguna angustia o desazón en el pequeño. Con el paso del tiempo van desapareciendo.
En la actualidad todo parece indicar que las causas del Trastorno Obsesivo Compulsivo sientan sus raíces en un entramado de factores biológicos y psicológicos. Por ejemplo, se conoce que un ambiente familiar rígido y muy exigente puede ayudar a que la persona desarrolle este tipo de trastornos. De la misma forma, se ha correlacionado con características de personalidad como el perfeccionismo, la meticulosidad y las elevadas exigencias personales.
Una curiosa teoría afirma que las personas que tienen una obsesión por el orden tienen una inteligencia superior a la media ya que este desorden se ha asociado a patrones muy complejos de pensamiento. Sin embargo, lo cierto es que esta idea no se ha comprobado en la práctica clínica.
El tratamiento conjuga tanto el uso de medicamentos para el TOC como la terapia psicológica. Dentro de los medicamentos más usados se encuentran los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina ya que estos disminuyen los pensamientos obsesivos y la ansiedad asociada a los mismos.
Patuka Li dice
Yo no se si tengo un toc o es un comportamiento estricto sin mas.
No puedo evitar recoger los juguetes que ha dejado en el suelo mi peque aun cuando el está todavía jugando….no los recojo todos,solo los que no está haciendo caso.
Igualmente, me da mucha rabia que algo esté torcido o diferente a como yo lo he puesto, o si hay dos interruptores de luz juntos, y uno de ellos está abierto y el otro no, tengo que; o abrir ambos o cerrarlos….pero no puedo dejarlos diferentes.
Igual que cuando hago uso de una manta en el sofá o de un cojín…no puedo irme a la cama sin haberlo doblado y colocado en su sitio….
Sufro un toc?
Jennifer Delgado Suarez dice
Patuka Li,
Para diagnosticar un TOC, uno de los criterios es que estos comportamientos interfieran con tu vida cotidiana, produciendo malestar.
En ocasiones, simplemente se trata de comportamientos con un matiz obsesivo que no llegan a organizarse en una patología.
Lola dice
Acabamos de romper mi pareja y yo por motivos de orden y limpieza en mi casa. Yo he cambiado muchísimo para tener mi casa limpia y en orden (me ha venido muy bien): no soportaba a mi perro dentro de casa por lo pelos, lo saqué al porche; La alfombra de la ducha mejor colgada, utiliza esta lejía que es la mejor, este lavavajillas no es bueno, el baño hay que limpiarlo con lejía, la compra no la has ordenado en el frigo… El colofón fue cuando vinieron sus hijos a pasar vacaciones todos juntos, nos agobiamos los dos, pero él tomó la decisión de irse de allí. Cogió todas sus cosas, y nos estamos tomando unos días de reflexión. Él dice que lo que yo veo que es intransigente, él lo ve que es exigente. Me preocupa porque ahora mismo no piensa en nada más que en la problemática de mi casa (ni ve lo q siente por mi, ni lo que hemos vivido, ni la conexión..), dice estar quemado, y que yo debería cambiar mucho no, muchísimo y eso sería cambiar mi forma de ser. Estoy muy preocupada porque es una pena que se termine algo tan bonito por no ser más flexible y comprensivo.
Jennifer Delgado dice
Lola,
Hay ocasiones en que la manía por el orden se convierte en un trastorno, sobre todo si le impide a la persona mantener unas relaciones relativamente normales con los demás, sin tener que imponer su visión de la limpieza.
Quizás, antes de retomar la relación, sea necesario consultar a un psicólogo sobre este problema.
Lo que si queda claro es que si sus demandas son excesivas, amoldarse a ellas significa darle alas a un problema que con el paso del tiempo podría empeorar aún más.
ordenadoamimodo dice
El orden y "mi orden" difieren. Me siento feliz teniendo "mi orden". Se perfectamente donde está todo. Lo malo es cuando "me ordenan" con "otro orden" las cosas. Mis facturas están ahí debajo, lo del banco agarrado por una goma y por fechas, el año en curso encima de la mesa, los bolígrafos, fuera del bote, ya volverán cuando me organice…
¡Vivo feliz! A veces, incluso tiro cosas. No creáis.
María dice
Me he separado, dado que mi pareja no soporta que los cajones no estén ordenados, o mis placares. Yo no puedo cambiar tanto como él quisiera. Lo he intentado, pero siento que nunca estará conforme. No puedo creer que haya deshecho una familia y preferir estar como él dice "de novios", antes de seguir conviviendo. Yo quisiera volver, tenemos un hijo que lo extraña mucho, pero estoy muy en duda. No sé si eso es querer al otro, ya que aspira a un ideal de mujer oredenadísima que nunca fui ni le prometí ser…
Jennifer Delgado dice
María,
Una vez leí que la mayor muestra de amor es dejar ser a la otra persona, y aceptarla tal cual. Sin embargo, en la práctica es muy difícil aplicarlo porque necesitamos limar asperezas para lograr una convivencia más o menos feliz.
En realidad, si una persona tiene un trastorno obsesivo-compulsivo, esa manía por el orden es importante, y puede dar pie a la ruptura de una relación. Si no es así, el desorden simplemente se convierte en esa gota que colma el vaso.