“Si quieres tener éxito en la vida, debes seguir una sola regla: no te mientas nunca a ti mismo”. Esta frase de Paulo Coelho encierra una gran verdad, un secreto a voces al que normalmente permanecemos sordos.
De hecho, ¿en alguna ocasión te has preguntado cuántas mentiras cuentas a lo largo de un día? Según un estudio realizado en la Universidad de California del Sur, una persona cuenta una media de 200 mentiras al día. Si te parece un número exagerado, debes saber que otro experimento, esta vez realizado en la Universidad de Massachusetts, descubrió que en una charla banal de apenas 10 minutos podemos decir una media de 2 a 3 mentiras.
Aunque ninguna mentira es justificable, quizás las peores son las que nos contamos a nosotros mismos porque limitan considerablemente nuestro potencial y nos impiden ver las cosas como son en realidad.
Nos mentimos de mil formas diferentes pero en la base de ese autoengaño se encuentran dos razones fundamentales:
– No queremos afrontar la realidad. En este caso, nos mentimos siendo conscientes de que nos estamos engañando. En otras palabras, nos inventamos excusas para justificar nuestros fracasos o nuestro escaso rendimiento. Nos hacemos promesas que después no cumplimos y así solo logramos decepcionarnos a nosotros mismos.
– No conocemos la realidad. En este caso, no somos plenamente conscientes de que nos estamos mintiendo. Estamos tan acostumbrados a ese diálogo interior que mantenemos con nosotros mismos, que ya no logramos distinguir los límites entre la realidad y nuestras creencias. Obviamente, estas mentiras son aún más peligrosas porque pueden minar nuestra autoestima y conducirnos a fracasos estrepitosos.
Mentira #1: La felicidad – “Si tan solo _____, mi vida sería fantástica”
En este caso, estamos plenamente convencidos de que nuestra vida sería un paraíso terrenal si tan solo… tuviéramos más dinero, un cuerpo perfecto, más amigos, una pareja ideal, más libertad, un trabajo mejor…
Lo que sucede es que hemos pasado tanto tiempo pensando en ese problema, que hemos idealizado la solución. Nos hemos olvidado de que podemos ser felices aquí y ahora, y hemos supeditado nuestra felicidad a una solución que, en realidad, puede que no nos reporte tanta satisfacción como imaginamos.
Por supuesto, no hay nada de erróneo en plantearse metas y luchar por conseguirlas, esa ambición, ese deseo de mejorar está en nuestro ADN y nos convierte en mejores personas. Sin embargo, la mentira radica en que hemos vinculado nuestra felicidad a esa condición, como si no tenerla fuera la fuente de todos nuestros males y tenerla sería la píldora mágica para erradicarlos. Esta mentira nos condena día tras día a una sensación perenne de frustración, como si nuestra vida estuviese en stand by, esperando algo.
Sin embargo, recuerda que a menudo, las cosas más ansiadas no siempre producen la felicidad que esperábamos y, sobre todo, no son una garantía de felicidad permanente. Schweitzer afirmó: “El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito”.
Mentira #2: El tiempo – “Si tuviese más tiempo, finalmente podría _____”
Estamos firmemente convencidos de que si el día tuviese algunas horas más, podríamos realizar todos nuestros sueños o llevar adelante ese proyecto que tenemos olvidado en el cajón del escritorio. Creemos que si nos planteamos un objetivo y no lo logramos, es porque necesitamos más tiempo.
Sin embargo, cada día pasamos una media de 3 horas delante de la televisión y más de 1 hora navegando por Internet, sin contar el tiempo que pasamos enviando mensajes con el móvil. De hecho, una de las principales diferencias entre una persona de éxito y alguien que pospone indefinidamente sus sueños es que el primero sabe cómo utilizar eficazmente su tiempo.
En realidad, no es el tiempo lo que nos falta, lo que nos falta es el entusiasmo y la fuerza de voluntad, pero no siempre queremos reconocerlo. Vale aclarar que no se trata de que pasemos cada minuto de la jornada haciendo algo, la relajación y el descanso también son importantes para nuestro bienestar.
Sin embargo, si tienes algún proyecto entre manos, no uses la falta de tiempo como una excusa. Cerciórate de no gastar más tiempo en cosas pequeñas del que inviertes en cosas importantes. Cuando reorganizas tus prioridades, te darás cuenta de que el tiempo no es un problema.
Mentira #3: La procrastinación – “Mañana mismo empiezo a _____”
Probablemente se trata de una de las mentiras más frecuentes que nos contamos a lo largo de toda nuestra vida. Imagina ese día en el que la mayoría de las cosas salieron mal, en el que te sientes estresado y cansado. Tienes la impresión de que has perdido la jornada así que en algún lugar de tu mente, comienza a generarse un sentimiento de culpa. Entonces, para disiparla, decides que mañana será diferente. Esta ha sido una jornada perdida pero la próxima valdrá la pena y la aprovecharás al máximo.
Sin embargo, ¿realmente crees que mañana será un día perfecto y que finalmente te levantarás lleno de energía y motivación?
La verdad es que no sabemos cómo será mañana y qué situaciones tendremos que enfrentar por lo que esta frase a menudo esconde simplemente nuestra pereza o desmotivación por la tarea que debemos enfrentar. De hecho, una vez que postergas algo para mañana, es probable que vuelvas a postergarlo para la próxima semana.
Por eso, si realmente quieres hacer algo, es mejor que no lo pospongas sin una buena razón. Recuerda que si hoy no estás viviendo tus sueños, probablemente se debe a que ayer decidiste postergarlos.
Fuentes:
Feldman, R. S. et. Al. (2002) Self-Presentation and Verbal Deception: Do Self-Presenters Lie More? Basic and Applied Social Psychology; 24(2): 163-170.
Jellison, J. M. (1977) I’m Sorry, I Didn’t Mean To, and Other Lies We Love To Tell. Nueva York: Chatam.
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