
Nuestra percepción es mucho menos fidedigna de lo que estaríamos dispuestos a aceptar. Es una realidad que se ha puesto al descubierto con los últimos estudios realizados en el campo de la Psicología Perceptual.
Cuando hablamos de dianas, es obvio que mientras más grandes sean, más fácil será acertar en el centro. Sin embargo, ¿qué pasaría si nuestra percepción cambiase y viéramos el centro más grande de lo que realmente es? ¿Podríamos mejorar nuestras puntuaciones?
A explicar este fenómeno acude James Gibson, quien afirma que la forma en la cual usamos nuestros cuerpos para interactuar con el medio ambiente afecta nuestra percepción. Es lo que se conoce como la Teoría del Affordance, un término que haría referencia a las oportunidades de acción que tenemos en un medio determinado.
Siguiendo esta línea de razonamiento investigadores de la Universidad Nacional de Corea del Sur idearon un experimento muy interesante. Le pidieron a 9 arqueros experimentados que dispararan sus flechas contra una diana de cinco círculos concéntricos ubicada a 50 metros de distancia.
Después de disparar cada flecha, los arqueros debían voltear la cabeza hacia otro lado para no ver el recorrido que seguía la misma. Después de que cada flecha golpeaba la diana, esta se retiraba de forma que los arqueros no supiesen cuan cerca habían quedado del centro.
Lo más interesante es que después de cada disparo, los arqueros debían indicar en un pequeño cuaderno el tamaño del círculo central de la diana, que variaba desde 10mm de diámetro hasta los 27 mm. Lo curioso fue que, incluso si los arqueros no podían saber cuan cerca del centro había dado la flecha, las dimensiones que indicaban se correspondían perfectamente con sus disparos. Es decir, después de un buen disparo, el centro de la diana era percibido como más grande.
Los investigadores piensan que los arqueros son capaces de saber cuán cercana del centro estuvo una flecha en dependencia de la retroalimentación que les brinda su cuerpo. En otras palabras, debido a la experiencia (que es predominantemente física), los tiradores pueden presuponer cuan cerca o lejos estuvo un tiro. Mientras más bueno sea un tiro, más grande percibiremos la diana ya que esta no se considerará más como un obstáculo sino como “pan comido”.
Estos resultados siguen la misma línea de investigación que emprendiesen investigadores de la Universidad de Purdue y de Virginia según los cuales, los mejores jugadores de golf perciben los hoyos más grandes, en comparación con los novatos.
Con ambos resultados en mente, pienso que el cambio de percepción no depende tanto del cuerpo sino de nuestra mente. Es decir, nuestro cuerpo nos puede brindar la retroalimentación del tiro pero es en la mente donde insertamos esta idea y realizamos todos los cálculos correspondientes. Al final, si un objetivo nos resulta fácil de conseguir, nos parecerá más grande pero si pensamos que es difícil, lo veremos de tamaño real o incluso más pequeño. Y este cambio de percepción se puede evidenciar lo mismo antes que después del tiro. Básicamente, se trataría de la misma idea que se aplica a las fobias: cuando tenemos miedo de una araña, la percibiremos más grande de lo que realmente es.
Fuente:
Lee, Y. et. Al. (2012) An Archer’s Perceived Form Scales the «Hitableness» of Archery Targets. Journal of experimental psychology. Human Perception and Performance.
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