Claustrofobia, agorafobia, somnifobia… la lista de los términos para designar las más diversas fobias humanas suele ser bastante extensa, sobre todo porque las personas pueden desarrollar un miedo irracional prácticamente ante cualquier cosa que les rodea. De esta manera existen algunas fobias más conocidas o comunes como el miedo a volar (aerofobia) mientras que otras como el miedo al proceso de enrojecerse (eritrofobia) son menos habituales.
Las personas que sufren cualquier tipo de fobia generalmente vivencian las situaciones atemorizantes con altos grados de ansiedad y en muchas ocasiones estos miedos se convierten en una barrera para el desarrollo de la vida cotidiana de las personas. El mayor problema radica en que la persona experimenta reacciones emocionales tan fuerte ante el estímulo temido que no es capaz de enfrentar su miedo.
Existen algunos tratamientos paliativos como la ingestión de psicofármacos pero a la larga estos solo son distractores que impiden que la persona enfrente realmente la situación atemorizante.
Una de las técnicas más tradicionales y antiguas para superar este trastorno es la desensibilización progresiva, donde la persona enfrenta gradualmente sus temores exponiéndose a cuotas «dosificadas» de la situación «amenazante». Sin embargo, hay ocasiones en que es verdaderamente difícil hallar, en los marcos de la consulta, los estímulos adecuados para exponer al paciente. no obstante, en la actualidad, gracias a las diferentes aplicaciones informáticas la terapia de exposición se puede simular a través de un ordenador, desde programas con sonidos e imágenes integrados a la reproducción más sofisticada en tres dimensiones con sonido envolvente.
Entramos en el campo de la Realidad aumentada.
La Realidad Aumentada consiste en introducir elementos virtuales en el mundo real de forma que la persona pueda observar al mismo tiempo una imagen compuesta por una visualización del mundo real y una serie de elementos virtuales integrados en ella. El aspecto más importante de este sistema radica en que los elementos virtuales complementan al mundo real permitiendo llevar a cabo una exposición controlada. Por ejemplo, una persona con miedo a las arañas puede superarlo a partir de la interacción con ejemplares virtuales que son controlados por el terapeuta.
El sistema está compuesto por un ordenador conectado a una cámara y a un casco virtual. A través de la cámara se captura en vídeo la parte real de la escena y mediante el casco que tiene el paciente se mezclan ambos elementos: los reales y los virtuales. A su vez, el terapeuta puede monitorizar lo que sucede durante la terapia mediante una pantalla TFT.
También existe un software para tratar con la fobia a volar y aseveran que el índice de efectividad del programa virtual es bastante similar a los índices de las terapias tradicionales.
El objetivo final es lograr un programa eficaz que sea autoaplicable, es decir, que la persona no tenga que acudir a la consulta del psicólogo para realizarlo, sino que pueda hacerlo desde su casa, con un apoyo profesional a través de Internet o del teléfono.
El programa en cuestión se denomina CAFFT (Computer Assisted Fear of Flying Treatment) desarrollado por profesores del Departamento de Psicología de la UIB.
El CAFFT se basa en el principio de habituación mediante la exposición repetida a los estímulos ansiógenos y consiste en la presentación a través del ordenador de imágenes y sonidos relacionados con el hecho de viajar en avión. Está dividido en seis secuencias con imágenes reales integradas que siguen un orden cronológico. Así, la primera secuencia recrea los preparativos, con acciones como adquirir los pasajes o el momento en que se hacen las maletas. La segunda secuencia corresponde al traslado al aeropuerto, recreando los momentos en que se gestiona la tarjeta de embarque o la espera en la sala. La tercera, una de las que genera mayor ansiedad, es la del momento del despegue. La cuarta corresponde al vuelo y la quinta al aterrizaje.
Finalmente, el programa incluye una sexta secuencia relativa a accidentes que muestra imágenes de catástrofes, de forma que la persona pueda ser capaz de ver una noticia sin que eso le provoque ansiedad.
El orden de las secuencias varía dependiendo de las peculiaridades individuales del paciente y el grado en el cual está arraigada la fobia. El paciente debe repetir cada fase hasta que la supere aunque en algunos casos alrededor de cinco horas de intervención son suficientes para vencer un miedo.
Sin lugar a dudas, una idea revolucionaria que abaratará los costes de las terapias y pondrá al alcance de más personas la posibilidad de eliminar sus fobias.
Fuente:
Soto, E. (2009) Realidad virtual para combatir las fobias. En: El Mundo.
Deja una respuesta