
Es probable que alguna vez hayas escuchado eso de que “las mujeres hablan mucho más que los hombres”. E incluso es probable que estés convencido de que es cierto. Y no es para menos puesto que bromas, memes y hasta libros repiten la idea de que ellas pronuncian 20.000 palabras al día, mientras ellos apenas llegan a las 7.000. Pero, ¿es cierto?
El origen del mito de que las mujeres hablan más que los hombres
Durante mucho tiempo, las diferencias entre hombres y mujeres se han exagerado para reforzar ciertos estereotipos de género. El mito de que las mujeres hablan mucho más surgió en parte de observaciones anecdóticas, muchas veces sesgadas por prejuicios culturales.
La estadística que se repite como un mantra señala que las mujeres pronuncian una media de 20.000 palabras al día, mientras que los hombres profieren un promedio de 7.000. Sin embargo, un investigador de la Universidad de Pensilvania que intentó rastrear el origen de esas cifras descubrió que provenían de un folleto de un consejero matrimonial de 1993, sin fuentes científicas.
Otros libros repitieron y reforzaron esa creencia sin aportar pruebas sólidas, lo que contribuyó a perpetuar la idea de que las mujeres hablan más que los hombres. Obras como “El cerebro femenino” afirman que “aunque los números varían, como media las mujeres pronuncian de 2 a 3 veces más palabras al día que los hombres”.
Sin embargo, la ciencia no confirma esa creencia.
El experimento que desmontó el mito
Para analizar quién hablaba más, un grupo de investigadores de la Universidad de Arizona realizó un estudio en el que participaron 396 personas de distintas profesiones y contextos sociales. Cada persona llevaba un dispositivo de grabación que captaba sonidos ambientales durante varios días. Con esos registros, los científicos pudieron determinar la cantidad de palabras diarias que decía cada uno.
Así comprobaron que ambos géneros hablan casi lo mismo: 16.215 palabras en el caso de las mujeres y 15.669 los hombres.
Este investigación fue la primera en derribar con datos objetivos uno de los mitos más extendidos sobre la comunicación verbal y, aunque se han realizado estudios posteriores que matizan ciertos aspectos contextuales (por ejemplo, diferencias en situaciones específicas o en ciertos tipos de conversaciones), la conclusión general sigue siendo la misma: no hay diferencias significativas entre la cantidad de palabras que dicen hombres y mujeres al día.
¿Por qué creemos que las mujeres hablan más?
Si la ciencia ya ha hablado, ¿por qué sigue tan vivo este mito? Lo cierto es que existen varias razones que siguen alimentando ese estereotipo de género.
- Percepción selectiva. En la sociedad, todavía existe una percepción selectiva, de manera que se nota más cuando mujeres conversan en grupos (como en las redes sociales o cafeterías), pero se ignora que los hombres también lo hacen en otros espacios (como por ejemplo, en los bares o gimnasios). Asimismo, cuando una mujer habla mucho en un contexto social, es más probable que la gente lo perciba como excesivo debido a los estereotipos culturales que ya existen. En cambio, si un hombre hace lo mismo, suele interpretarse de manera distinta.
- Contexto comunicativo. Las mujeres tienden a hablar más en situaciones emocionales o relacionales, mientras que los hombres pueden hablar más en contextos laborales o técnicos. Esto genera una falsa percepción de que ellas “hablan más” en general. De hecho, un estudio publicado en Harvard Business Review constató que en las reuniones de trabajo, las mujeres suelen intervenir un 25% menos que sus compañeros masculinos y la mitad de ellas son interrumpidas con mayor frecuencia que los hombres.
- Expectativas sociales. A nivel social, se espera que las mujeres sean comunicadoras más hábiles y expresivas, mientras que a los hombres se les asocia con la brevedad y la eficiencia verbal. Esas expectativas, que son alentadas por los medios de comunicación, las películas y hasta los libros, acaban moldeando cómo interpretamos la cantidad de palabras usadas por cada género.
¿Qué impacto tiene este mito en la vida cotidiana?
Aunque pueda parecer una creencia inocente, la idea de que las mujeres hablan más que los hombres puede tener consecuencias reales en la vida diaria. Por ejemplo:
- Desacreditar opiniones femeninas. Si se asume que las mujeres hablan de más, es fácil que sus opiniones sean descartadas como “excesivas” o “emocionales”. Esto puede afectar su credibilidad tanto en el ámbito personal como profesional.
- Fomentar desigualdades de género. Al perpetuar la idea de que hablar mucho es un rasgo negativo y asociarlo mayoritariamente a las mujeres, se refuerza el estereotipo de que ellas son “menos racionales” o “más imprecisas” en su comunicación. Al mismo tiempo, se fomenta la idea de que los hombres no deben hablar de sus emociones, lo que limita sus posibilidades de expresarse.
- Sesgos en entornos laborales. En el trabajo, una mujer que participa activamente en reuniones puede ser vista como “demasiado habladora” o “mandona”, mientras que un hombre en la misma situación puede ser percibido como “líder”, «carismático» o “asertivo”.
En resumen, hablar mucho no es una cuestión de género, sino de contexto y personalidad. Al final, lo importante no es cuántas palabras decimos, sino cómo las usamos para construir puentes en lugar de barreras y transmitir con claridad lo que deseamos expresar.
Así que la próxima vez que alguien saque el tema en una conversación, ya tienes la respuesta: hombres y mujeres hablan prácticamente lo mismo. Y si alguien insiste en lo contrario, quizás lo que necesite no sean más palabras, sino mejores datos.
Referencia bibliográfica:
Mehl, M. R. et. Al. (2007) Are Women Really More Talkative Than Men? Science; 317(5834): 82.
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