Estar a solas con nosotros mismos puede llegar a ser una actividad peligrosa, sobre todo en una época donde podemos estar conectados durante las 24 horas del día. Y es que, según psicólogos de la Universidad de Virginia, preferimos que nos administren pequeñas dosis de corriente a estar sentados sin hacer nada, buceando en las profundidades de nuestro “yo”.
Este curioso experimento demuestra que la mayoría de las personas odia quedarse a solas con sus pensamientos, aunque sean tan solo 15 minutos. De hecho, si nos dejan solos, sin el móvil, el tablet, un libro o la música, nuestra mente comienza a vagar y esta experiencia puede llegar a ser tan desagradable que el 67% de los hombres y el 25% de las mujeres se decantaron por recibir una descarga eléctrica.
¿Qué sucedió en el experimento?
Para llegar a estos resultados los investigadores reclutaron a un grupo de personas y, después de guardar sus posesiones, les pidieron que se quedaran a solas en una habitación donde no había ningún tipo de adorno que pudiese convertirse en una distracción. Los investigadores simplemente les pidieron que se entretuvieran con sus pensamientos, durante un periodo de 6 a 15 minutos. Después de ese tiempo, los participantes debían evaluar cómo se habían sentido con la experiencia. La mitad de las personas respondió que no había disfrutado de esos minutos a solas consigo mismo.
Ante estos resultados, los psicólogos se preguntaron si su aversión a la soledad sería tan grande como para preferir un estímulo doloroso. Por eso fueron un paso más allá y les preguntaron a las personas si preferían quedarse un rato a solas o experimentar impulsos eléctricos dolorosos a forma de pequeños electroshock, que se podían auto administrar presionando ellos mismos un botón. En este punto no quedaron dudas: muchas personas prefieren tener algo que hacer, aunque sea desagradable, antes que quedarse a solas con sus pensamientos.
¿Por qué rehuimos estar a solas con nosotros mismos?
Los investigadores afirman que esta especie de miedo al vacío no es una consecuencia de los cambios en la sociedad actual ya que se apreció, lo mismo en personas adultas que en los más jóvenes. No obstante, es difícil pensar que el ritmo frenético que nos ha impuesto la sociedad actual y el influjo de los gadgets tecnológicos que nos permiten mantenernos entretenidos en todo momento, no tengan nada que ver.
Algunas razones por las que podemos sentir que esta experiencia es desagradable son:
– Porque nos han enseñado que “el tiempo es oro” y que estar sin hacer nada no es productivo ni beneficioso
– Porque no estamos acostumbrados y, como muchas cosas nuevas, al principio pueden asustar o ser molestas
– Porque implica un proceso de introspección y puede que lo que descubramos de nosotros no nos agrade
– Porque aparecen preocupaciones, dudas y temores que nos hacen sentir mal y no sabemos cómo controlarlos
– Porque no logramos concentrarnos en nada particularmente interesante y nos aburrimos, lo cual, de cierta forma, también implica que nuestro mundo interior es muy aburrido
Cada cual que saque sus propias conclusiones…
Fuente:
Wilson, T. D. et. Al. (2014) Just think: The challenges of the disengaged mind. Science; 345(6192): 75-77.
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