La vida moderna gira a una velocidad vertiginosa. Y a veces quienes pagan las consecuencias son los niños ya que sus padres no pueden dedicarles todo el tiempo de calidad que necesitan, ese tiempo que sirve precisamente para tejer lazos profundos y crear recuerdos indestructibles. Sin ese tiempo juntos, también desaparecen los rituales, esas costumbres que, repetidas un día tras otro, generan calma y seguridad, como leer un cuento antes de dormir.
Leer a los niños, clave para estimular sus habilidades cognitivas
Antes de desarrollar las habilidades de lectura y escritura, el hombre ya sabía narrar historias. Como especie, tenemos una profunda necesidad de escuchar y contar historias pues no solo es una manera para transmitir conocimientos y valores, sino también para conectar, creando momentos mágicos y un vínculo muy especial que sobrevive en nuestra memoria.
Los niños disfrutan particularmente de escuchar historias, aunque por desgracia los padres tienen cada vez menos tiempo para leer cuentos a sus hijos. El Oxford Children’s Language analizó a mil padres australianos y descubrió que el 25% de ellos no les leen a sus hijos o lo hacen solo una vez a la semana, de manera que muchos han perdido la tradición de leer cuentos antes de dormir.
El tiempo fue uno de los principales obstáculos al que hicieron alusión los padres: el 69% confesó que le gustaría tener más tiempo para leer a sus hijos. Como resultado de esa vida demasiado agitada donde el tiempo es un bien cada vez más escaso, estamos arrebatando a los niños la posibilidad de desarrollar desde una edad temprana habilidades comunicativas importantes, sin las cuales podrían estar en desventaja más adelante en la vida.
De hecho, se estima que leer en casa a los niños puede mejorar en un 8% las habilidades tempranas que se encuentran en la base de la alfabetización y la lectura. Cuando los niños no escuchan nuevas palabras en el hogar, no pueden enriquecer su lenguaje y no logran expresarse con suficiente fluidez.
Un estudio realizado en las universidades de Sussex y Sídney reveló que incluso leer los mismos cuentos a los niños de edad preescolar es beneficioso porque los ayuda a aprender nuevas palabras, mejora su memoria y potencia el aprendizaje, unos efectos que persisten a lo largo del tiempo, ayudándolos a tener un mejor rendimiento académico.
Leer a los niños antes de dormir no solo facilita la alfabetización y estimula las habilidades comunicativas y lingüísticas, sino que también ayuda a los niños a conciliar el sueño. No podemos olvidar que los cuentos para dormir son herramientas de aprendizaje tan poderosas precisamente porque fomentan la consolidación de la memoria declarativa durante el sueño.
Compartir ese momento con sus padres también fomenta el amor por la lectura desde los primeros años. Un estudio realizado por la Asociación Americana de Bibliotecas descubrió que es más probable que los niños a quienes les leen cuentos a diario se conviertan en lectores ávidos más adelante en la vida.
Los cuentos antes de dormir, un ritual que conecta y muestra de amor
Leer a los niños no solo tiene beneficios cognitivos. Investigadores del Hospital Pediátrico de Filadelfia comprobaron que compartir esa rutinas con los padres fomenta un sueño de mayor calidad en los pequeños, en comparación con aquellos que deben dormirse solos. Por tanto, es un ritual que los ayuda a relajarse y tener un sueño más reparador.
También se convierte en un momento especial al final de cada jornada en el que los padres y los niños pueden establecer un vínculo más profundo lejos de las prisas cotidianas. Ese momento especial de conexión permite compartir experiencias y sentimientos, por lo que a la larga mejora la calidad de la relación entre padres e hijos. Ese momento de exclusividad es mágico porque hace que los niños se sientan más amados y valorados.
La buena noticia es que 3 de cada 4 padres son conscientes de que leer cuentos antes de dormir es fundamental para mejorar la conexión con sus hijos. Por tanto, quizá solo sea necesario reevaluar las prioridades y encontrar ese espacio imprescindible para crear un ritual maravilloso con los hijos. Un ritual que los niños recordarán toda su vida y que probablemente luego repitan con sus propios hijos, contribuyendo así a mantener una tradición ancestral entretejida con los hilos de la sabiduría, el amor y la conexión.
Fuentes:
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Mol, S. E., Bus, A. G., & de Jong, M. T. (2009). Interactive book reading in early education: A tool to stimulate print knowledge as well as oral language. Review of Educational Research;79(2): 979–1007.
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