“Decadencia de lo humano”, un libro que nos conmueve por su forma descarnada de narrar y enfrentar nuestras realidades. Sus principales postulados pueden ser objeto de críticas e incluso podemos no concordar con alguno de ellos; no obstante, es un libro que nunca podrá pasar desapercibido.
Su primera edición salió a la luz en los inicios de los años 1980 no obstante, su tema central renace y adquiere mayor presencia cada día.
Como psicóloga de tendencia humanista debo confesar que al principio tenía cierta reticencia a enfrentarme a la lectura de un autor que fue ganador del Premio Nobel en Medicina y que, por demás, es considerado como el padre de la etología. Por suerte, vencí mis dudas y me adentré en una lectura que nos arrastra en sus primeros once capítulos a las profundidades de la psiquis y del comportamiento humano; no obstante, no resulta catastrofista pues en su último capítulo nos brinda: las razones para ser optimistas, nos muestra la luz al final del túnel.
Konrad Lorenz nos mueve constantemente del sentir y el pensar característico de la masa a las vivencias de cada persona como individuo; así logramos comprender tanto una faceta como la otra, para terminar por conformarnos una visión clara de cómo la sociedad nos condiciona y cómo las personas se dejan condicionar.
Existen algunas ideas que considero centrales en su obra:
“El hombre no logra mantener el paso de la velocidad creciente con la cual cambia la civilización y el ambiente social. El divarío aumenta año tras año.” ¿Será este pensamiento una previsión de la agitación tumultuosa del mundo informatizado? ¿Hasta cuando podremos mantener el ritmo adquisitivo que nos demanda la sociedad de consumo? ¿Hasta dónde es saludable psicológicamente enfrentarse a una carrera desenfrenada por mantenerse al corriente?
“Los hombres viven hoy dentro de una camisa de fuerza cultural que es cada día más estrecha”. Es un análisis que nos invita a reflexionar sobre la libertad personal, ¿somos hoy más libres que en el pasado o simplemente han variado las formas sociales de ejercer el control?
A su vez analiza los métodos que utiliza la publicidad, que por demás, en su tiempo no había adquirido las proporciones grotescas que hoy poseen. ¿Cuáles son las técnicas más utilizadas y eficaces para publicitar un producto? ¿Por qué son precisamente estas técnicas y no otras? ¿Cómo cada persona individual contribuye a engranar la maquinaria de la publicidad?
Por último nos conduce a reflexionar sobre lo normal y lo patológico, lo que consideramos adecuado y bueno y aquello que catalogamos como inadecuado y negativo. ¿Cómo se establece la medida de qué es lo positivo y lo negativo, lo normal o lo patológico? ¿Quién la establece? ¿Hasta qué momento es válida esta medida?
Quizás muchas de las respuestas que encontremos en esta lectura no resultarán del todo reconfortantes hasta el punto de pensar que la humanidad entera se hunde en la hecatombe de la inconsciencia, pero en el último capítulo resurge la fe en el mejoramiento del ser humano y un camino para lograr el cambio.
Sin duda alguna y a pesar de su título un tanto depresivo, “Decadencia de lo humano” resulta un libro más terapéutico que cualquier manual de autoayuda, siempre que nos guste reflexionar y adentrarnos más allá de los caminos que nos propone el autor.
Yurika dice
Estoy ansiosa por tener el libro en mis manos para filosofar,para reflexionar sobre las cosas que vivimos dia a dia y nuestros ojos no las ven.