Detectar cuando alguien ha sobrepasado un límite físico es muy fácil, hasta las personas más despistadas se percatan de ello. Sin embargo, los límites psicológicos son más sutiles y a menudo es más complicado darse cuenta de que alguien los está traspasando.
De hecho, el principal problema consiste en que nosotros mismos no somos plenamente conscientes de nuestros límites en el plano emocional, por lo que nos resulta complejo determinar con precisión cuando alguien se ha pasado de la raya. Para evitar más problemas, solemos pasar por alto el incidente, decidimos que no le vamos a dar demasiada importancia. Sin embargo, eso significa que estamos ampliando nuestros límites, pero debemos tener cuidado hasta dónde llegamos.
¿Dónde está el límite al ampliar los límites?
Ampliar nuestros límites no es algo negativo en sí. De hecho, las personas más creativas, inteligentes y sensibles se caracterizan por tener límites más flexibles y estar dispuestas a ampliarlos cuando sea necesario. Esa disponibilidad a cambiar, aceptar la diferencia y ser tolerantes es un gran valor.
Sin embargo, en ese proceso debemos asegurarnos de que nuestros derechos se respeten pues de lo contrario corremos el riesgo de que los demás acaben pasando por encima de ellos. Lo ideal es ampliar los límites hasta el punto donde nos sintamos cómodos, siempre y cuando estemos seguros de que esa es la mejor decisión.
En este sentido, el filósofo y escritor de origen indio Jiddu Krishnamurti dijo: «La libertad consiste en reconocer los límites«. Se refería a que es necesario establecer nuestros propios límites, de manera que las concesiones que hagamos no entren en conflicto con nuestros valores. Pero también significa que es fundamental reconocer y respetar los límites ajenos. Solo en ese delicado equilibrio puede consolidarse una relación genuina y respetuosa donde ambos crezcan.
Las señales de que alguien está intentando traspasar tus límites
1. Justificas el mal comportamiento de la persona
Uno de los signos que indican que alguien puede estar traspasando tus límites son las excusas que utilizas para justificar su mal comportamiento. Se trata de un problema muy común en las relaciones de pareja, sobre todo cuando hay violencia de por medio, ya sea física o psicológica. La justificación típica suele ser: “Él es muy bueno conmigo, solo me trata mal porque está demasiado tenso con el trabajo”. O cuando dejas pasar una burla que te ha herido profundamente porque sabes que, en el fondo, esa persona “te quiere”.
Lo cierto es que aunque estemos seguros de que la otra persona nos ama, la violencia o cualquier otro tipo de comportamientos que nos causen daño no están permitidos y no se deben justificar. Debemos estar muy atentos porque la frontera entre la comprensión y la sumisión es muy sutil. Por tanto, la próxima vez que intentes comprender por qué una persona se comporta de cierta manera, asegúrate de que no estás inventando una excusa para no tener que enfrentarte al problema real que se esconde en la base.
2. Te culpas por las cosas que salen mal
Si te culpas constantemente por las cosas que salen mal, ya sea en casa o en el trabajo, es muy probable que exista alguien en tu entorno que está violando tus límites. Asumir la responsabilidad por nuestras acciones es un acto loable pero no podemos cargar con las responsabilidades ajenas porque si lo hacemos, jamás resolveremos el problema, al contrario, estaremos contribuyendo a que se perpetúe.
Por ejemplo, si un compañero de trabajo se ha apropiado del éxito del proyecto que habéis hecho en conjunto, no debes pensar que es culpa tuya porque no supiste defenderlo en el momento de la presentación. Quizás es cierto que tienes problemas para hablar en público pero eso no significa que no hayas trabajado duro para llegar hasta ese punto y ese esfuerzo debe ser reconocido. Por tanto, esa persona está invadiendo tu espacio al apropiarse de un mérito que también es tuyo. No te culpes, lucha por lo que te corresponde. Y lo mismo vale para otras esferas de la vida.
3. Dudas de tu decisión al escuchar otro criterio
Si después de haber tomado una decisión, comienzas a dudar cuando escuchas el criterio de otra persona, es probable que ese amigo, colega o familiar esté intentando inmiscuirse en tus asuntos. Vale aclarar que cuando nos encontramos ante una encrucijada, es normal consultar a otras personas y escuchar su criterio. En ocasiones estos puntos de vista nos pueden hacer cambiar de idea y no hay nada de malo en ello. De hecho, se trata de un proceso enriquecedor.
Sin embargo, hay ocasiones en que esas personas intentan manipularnos una vez que hemos tomado la decisión. El ejemplo clásico es el de los padres que afirman que apoyarán de manera incondicional a su hijo pero después cuestionan continuamente su decisión intentando que tome otro camino.
4. No se tienen en cuenta tus opiniones
Si a menudo sientes que tus opiniones, deseos y preferencias no se tienen en cuenta, es probable que alguien esté traspasando tus límites. En las relaciones interpersonales es necesario negociar continuamente las decisiones. Aunque casi nunca somos conscientes de ello, lo cierto es que nos pasamos gran parte del día intentando lograr acuerdos. Algunos pueden parecer muy triviales, como la elección del restaurante o la película que veremos en el cine pero otros son más trascendentales, como la compra de la casa o la decisión de tener un hijo.
En una relación equilibrada, cada una de las partes debe esforzarse por satisfacer a la otra encontrando un punto medio que satisfaga a ambas. Sin embargo, hay ocasiones en que una de las personas impone su criterio y no tiene en cuenta las opiniones y preferencias del otro. Cuando se llega a ese punto, existe una clara violación de tus derechos como persona.
5. Te sientes “pequeño”
En los casos más extremos, cuando la persona ha soportado durante varios años que otro traspase continuamente sus límites, puede llegar a tener la sensación de que no es nadie, es como si su “yo” se difuminase. De hecho, eso es precisamente lo que ocurre.
Y es que nuestros límites psicológicos no solo sirven para indicarles a las personas hasta dónde pueden llegar en sus relaciones con nosotros sino que también nos determinan; es decir, nos identifican y nos diferencian de los demás. Por tanto, es usual que las personas que no son capaces de establecer límites saludables, sufran daños a su autoestima, vean como su abanico de intereses se reduce paulatinamente y, al final, se sientan perdidas.
¿Qué hacer cuando han cruzado tus límites?
Cuando te percates de que tus límites han sido quebrantados, debes decirlo con claridad. Expresa lo que piensas y cómo te sientes, deja clara tu posición al respecto para que en un futuro esa situación no se vuelva a repetir.
No obstante, considera que de nada vale enfadarse o hacer un drama, utiliza un tono relajado pero firme. La idea esencial que debes transmitir es que no estás dispuesto a ceder en determinados puntos.
Isco Ramirez dice
Parece que si estoy sobrepasado porque tengo los signos que aquí comentan.