Mucho se ha hablado de los afrodisíacos pero lo cierto es que aún muchas personas se preguntan si funcionan realmente. ¿Existen sustancias naturales que pueden mejorar el desempeño sexual? ¿Qué dice la Medicina y la Psicología al respecto?
Un poco de historia
La historia de los afrodisíacos se remonta a la antigüedad ya que desde siempre el hombre se ha preocupado por brindarse placer sexual y mejorar su desempeño. De hecho, aunque no es exactamente un afrodisíaco, se conoce que el juguete erótico más antiguo de la historia es un falo esculpido en piedra que tiene aproximadamente 28.000 años y que fue descubierto por científicos de la Universidad de Tübingen.
También se conoce que uno de los afrodisíacos más antiguos es el ginseng y que en tiempos remotos las personas tendían a considerar como afrodisíacos a todos aquellos alimentos cuya forma semejase los genitales, ya sean masculinos o femeninos. Como podrán presuponer, existían afrodisíacos muy curiosos como los miembros masculinos de los animales (sobre todo de las focas) e incluso el semen de los hombres más jóvenes y viriles.
En la Europa sajona los espárragos, las zanahorias y las ostras ganaron una gran reputación como afrodisíacos y de hecho aún hoy las ostras mantienen su status de alimento afrodisíaco. Al descubrirse el Nuevo Mundo la gama de afrodisíacos aumentó considerablemente, sobre todo porque todo lo exótico y exuberante (como los tomates o las patatas) se consideraba afrodisíaco.
Otros afrodisíacos que estuvieron de moda y que eran mucho menos apetecibles fueron: los huesos de tigres, la sangre de venado, la sangre menstrual y la placenta.
Obviamente, en la actualidad no solo se contemplan algunos alimentos como afrodisíacos sino que existen afrodisíacos preparados a base de productos naturales que pueden consumirse en forma de pastillas. Con el desarrollo de la ciencia también es posible encontrar otros afrodisíacos menos comunes como los perfumes eróticos.
De hecho, son varias las investigaciones que demuestran el poder de las feromonas en la atracción sexual. Uno de los estudios más interesantes al respecto fue realizado en la Universidad de Toronto. En este caso los investigadores crearon una verdadera “poción del amor” a partir de feromonas que aplicaron a los animales y sus efectos fueron contundentes. Obviamente, el enamoramiento humano es mucho más complejo pero quizás una ayuda no viene mal; sobre todo porque se conoce que el olor es un potente excitador por lo menos para más del 75% de las personas.
La realidad detrás del mito
Hoy por hoy es imposible aseverar con total certeza que los afrodisíacos son eficaces o que no lo son, sobre todo porque los tipos de afrodisíacos son muy variados y las investigaciones muestran resultados dispares.
Por ejemplo, se ha demostrado que, en efecto, el vino tinto puede actuar como un afrodisíaco ya que aumenta el deseo sexual en las mujeres. Investigadores de la Universidad de Florencia llevaron a cabo un estudio pionero donde reclutaron a 800 mujeres con edades entre los 18 y los 50 años sin historia de problemas sexuales y apreciaron que uno o dos vasos de vino aumentan el deseo sexual. ¿Por qué?
Los investigadores hipotetizan que el vino tinto aumenta el flujo sanguíneo hacia las zonas claves del cuerpo como los genitales por lo no solo aumenta la libido sino que actúa sobre la satisfacción sexual. También se puntualiza que los antioxidantes contenidos en el vino podrían ejercer un efecto beneficioso sobre las paredes de los vasos sanguíneos ya que los ensancha y esto aumenta el flujo de la sangre.
No obstante, en relación con el resto de los afrodisíacos, aún no se han comprobado científicamente sus efectos en el plano físico, si bien esto no quiere decir que no sean eficaces. Son muchos los especialistas que avalan la idea de que la inmensa mayoría de los alimentos no tienen propiedades afrodisíacas de por sí sino que es la textura, los olores, sabores o las formas de presentarlos quienes evocan una relación con la sexualidad. En fin, sería todo una cuestión de sugestión.
Vale aclarar que aunque los alimentos afrodisíacos incidan a nivel subjetivo, a la larga esta reacción desencadenará realmente la liberación de una hormona (polipéptido intestinal vasoactivo) que provoca la vasodilatación no sólo de las estructuras relacionadas con el sistema digestivo sino también de los cuerpos cavernosos ubicados en los genitales.
Concluyendo, puede decirse que la ciencia nos ha demostrado que existen realmente algunas sustancias que pueden aumentar el deseo sexual mientras que otras pueden contribuir al aumento de la libido a partir de su incidencia a nivel subjetivo.
Fuentes:
Mondaini, M. et. Al. (2009) Regular Moderate Intake of Red Wine Is Linked to a Better Women’s Sexual Health. Journal of Sexual Medicine; 6(10): 2772 – 2777.
Amos, J. (2005) Ancient phallus unearthed in cave. En: BBC News.
Albuquerque, S. (2004) A gastronomia e o amor: os alimentos afrodisíacos. Universidade de Brasília, Centro de Excelência em Turismo.
Basso, M. (2004) Os alimentos afrodisíacos: crenças, mitos e verdades. Universidade de Brasília, Centro de Excelência em Turismo.
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