Con el uso de las tarjetas de crédito y las transferencias electrónicas, el dinero se usa cada ves menos. Con el avance de la tecnología, todo parece indicar que el dinero tendrá el mismo fin de los discos de vinilo o los libros en papel, poco a poco irá desapareciendo.
Sin embargo, lo cierto es que aún nos gusta el dinero físico, en papel y probablemente nos resistiremos a prescindir por completo de él. De hecho, se conoce que las personas incluso se aficionan a su moneda y se resiste a la introducción de otra. Es por eso que muchos españoles continúan haciendo referencia a la peseta y los italianos a la lira.
No obstante, ¿sentiremos la misma fascinación por el dinero sucio? Y no me refiero al dinero que proviene de la droga o de los negocios ilícitos sino simplemente al papel sucio, manchado.
Ya sabemos que cuando el dinero circula está expuesto a numerosas manos y a miles de sustancias. De hecho, se conoce que en el Reino Unido aproximadamente el 80% de los billetes tienen trazas de sustancias ilícitas como la cocaína. Y no se trata de un mito urbano, es un fenómeno real que también ha sido demostrado en los billetes de Estados Unidos.
Los billetes sucios se suelen sacar de circulación y se reemplazan por otros nuevos. Por ejemplo, en los Estados Unidos un billete de un dólar circula apenas por unos 18 meses mientras que uno de 100 dólares dura un poco más: nueve años.
Todo esto significa que cuando vamos al cajero automático o nos dan un vuelto, tenemos probabilidades de recibir un billete sucio. ¿Qué sucede entonces?
Esta misma pregunta se la plantearon investigadores de la Universidad de Guelph. Al realizar una serie de experimentos se percataron de que las personas que recibían estos billetes tendían a gastar más que si cogían billetes nuevos.
Específicamente, en el estudio se apreció que quienes recibían un billete de 20 dólares viejo y manchado, tendía a gastar una media de $8,35 mientras que a quienes se les daba un billete de 20 dólares nuevo, gastaban solo un promedio de $3.68.
El mismo fenómeno se aprecio respecto al juego. Se establecieron dos grupos, a uno se les dio un billete sucio y a otros se les ofreció un billete nuevo. Después, se les mostró el billete que ganarían si participaban en el juego de azar. Asombrosamente, aunque el premio era el mismo, el 80% de las personas que tenían un billete sucio estaban dispuestas a jugar para ganar uno nuevo pero solo el 23% de quienes habían recibido un billete nuevo, estaban dispuestos a jugar para ganar uno sucio.
Lo interesante es que si valoramos racionalmente la situación, a todas las personas se les ofreció que se jugasen la misma suma de dinero para obtener el mismo premio. Sin embargo, la suciedad o limpieza de los billetes fue un factor preponderante para que estos tomasen su decisión.
El estudio nos demuestra, una vez más, que en cuestiones económicas no somos tan racionales como pensamos.
Y por si todavía tienes dudas, también se ha demostrado que las personas tienden a gastar más cuando tienen un billete de 20 euros que cuando tienen uno de 5. Y también se sabe que nos lo pensamos menos cuando usamos una tarjeta de crédito que cuando debemos pagar en contante. Esta idea la han usado muchas discotecas que, en vez de aceptar dinero o tarjetas de crédito, le da a sus clientes una tarjeta con la cual pagan rápidamente sus bebidas. Muchas de las discotecas que han puesto en práctica este sistema afirma que sus clientes están dispuestos a gastar sumas mayores y que sus ganancias finales han aumentado hasta un 30% más.
Fuente:
Di Muro, F. & Noseworthy, T. J. (2012) Money Isn’t Everything, but It Helps If It Doesn’t Look Used: How the Physical Appearance of Money Influences Spending. Journal of Consumer Research.
bpi dice
Entiendo entonces que con los bonocopas de las discotecas, ¿ganan más dinero?, pero las copas las deben dejar a un precio inferior, ¿no?, ganan menos dinero sirviendo más copas.
Jennifer Delgado Suarez dice
Bpi,
Se ha demostrado que con los bonocopas y otros medios para pagar en los cuales no esté el dinero real de por medio, tendemos a gastar más. Por eso muchas de las grandes discotecas no aceptan efectivo. Es una táctica de ventas.