La música constituye desde tiempos remotos una forma de distracción y entretenimiento, sólo que en eras anteriores las manifestaciones musicales eran bastante diferentes a las expresiones actuales. El canto de los pájaros, el murmullo del agua y el aire, o el sonido de algún instrumento en particular constituía una forma artística de escuchar una melodía. Sin embargo, en nuestros días aunque persisten éstas melodías, las expresiones musicales se han complejizado notablemente, no se trata ya de escuchar unas notas musicales, sino de percibir un armónico conjunto de sonidos.
A pesar de ello, la música continúa representando una distracción muy gratificante para muchos, quienes descubren en la sinfonía numerosos mensajes contentivos de sensaciones y emociones positivas. En este sentido, investigadores finlandeses realizaron un estudio con 60 pacientes hospitalizados por apoplejía de la arteria cerebral para comprobar los efectos de la música en el proceso de recuperación. La mayoría de estos pacientes, como resultado de la apoplejía, sufría problemas de movilidad, de memoria y de atención.
En el experimento, que se extendió durante tres meses, se formaron tres grupos, uno que escuchaba música dos horas al día, otro que escuchaba narraciones al mismo tiempo que escuchaba las notas musicales y un tercer grupo de control al cual no se les presentó ningún tipo de música.
De esta manera, tres meses después del infarto se evidenció que los pacientes que escuchaban música habían mejorado la memoria verbal en un 60%, frente a un 18% en los que escuchaban narraciones y un 29% en los que no escuchaban nada. Por su parte, la atención focalizada mejoró un 17% en los primeros, mientras que los segundos y terceros no mostraron mejoría alguna. Atendiendo a los sentimientos de depresión y confusión se manifestaron niveles menores en el grupo que escuchaba música en comparación con los otros. Los autores, destacan que los resultados se deben principalmente al empleo de la música en el proceso de rehabilitación, destacando que la combinación de la música y la voz constituyen los componentes esenciales en el proceso de recuperación.
Como resultado de este experimento los investigadores sugieren que escuchar música a diario durante la primera etapa de recuperación de un accidente cerebrovascular, particularmente si en esta fase no se pueden aplicar todavía otras formas activas de rehabilitación, añade un elemento valioso al cuidado de los pacientes. Como dato curioso vale puntualizar que la mayor parte de la música escuchada durante el experimento era vocal (un 63% de los temas) pues los investigadores consideran que la combinación de música y voz es un factor mucho más potente para la rehabilitación que la música eminentemente instrumental.
Los investigadores hipotetizan que la música pudiera actuar en el Sistema Nervioso Central mejorando el estado de alerta y la sensación de bienestar así como estimulando la plasticidad cerebral y la recuperación de las zonas dañadas. Por supuesto, estos resultados se encuentran mediados por las características personológicas y por las peculiaridades sociales de los pacientes estudiados y si bien no son del todo concluyentes, sin lugar a dudas abren una nueva perspectiva de análisis. No obstante, los investigadores afirman que las conclusiones deben aplicarse con cautela ya que a todas las personas no les agrada la música por lo cual ésta podría no presentar los mismos efectos positivos.
Fuente:
Särkämö, T. et. Al. (2008) Music listening enhances cognitive recovery and mood after middle cerebral artery stroke. Brain; 131(3): 866-876.
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