Ya sabemos que nuestras decisiones “conscientes”, no siempre son 100% razonadas, en ocasiones quizás no llegan a un 70% pues existen muchos pequeños factores que pasamos por alto pero que inciden en nuestras decisiones y comportamientos. Una amplísima muestra de la incidencia del inconsciente sobre nuestro comportamiento puede hallarse en los múltiples artículos relacionados con la categoría marketing, donde se hace referencia desde el cómo inciden los aromas hasta el número de productos o el poder de un par de gafas de sol.
En esta oportunidad les propongo reflexionar sobre el simple hecho de lavarnos las manos que, según Chen-Bo Zhong, incide en la severidad con la cual emitimos nuestros juicios morales.
Esta curiosa investigación implicó un total de 58 estudiantes, a la mitad de los cuales se les pidió que se lavaran las manos con un pañuelo antiséptico. Posteriormente todos los participantes en la investigación debieron brindar su opinión sobre seis temas de orden moral, como la pornografía o el hecho de tirar basura. Sorprendentemente aquellas personas que se habían lavado las manos se mostraron mucho más severos que el grupo que no pasó por el procedimiento de limpieza.
Para confirmar estos resultados se repitió un segundo experimento. En esta ocasión el priming fue realizado a partir de la lectura de pasajes como: “Mi pelo está limpio y brillante” o “Mi aliento es fresco”o al contrario las personas leían oraciones totalmente diversas como: “Mi pelo es grasoso y pesado” o “Mi aliento huele mal”. A continuación los participantes debían emitir sus juicios sobre 16 temas de índole moral. Probablemente está de más aclarar que las personas que leyeron los textos relacionadas con la limpieza personal se mostraron más severas en sus juicios.
En un tercer experimento se aumentó el tamaño muestral a 136 personas. En esta ocasión se volvieron a establecer dos grupos a los cuales se le brindaron textos relacionados con la limpieza o la suciedad y posteriormente, además de emitir sus juicios sobre determinados tópicos morales, también se les solicitó que se autoevaluaran en relación con sus compañeros tomando en cuenta factores como la inteligencia, el atractivo y el carácter moral.
En esta ocasión un resultado aún más curioso emergió: las personas que leyeron los pasajes relacionados con la limpieza se consideraban más virtuosos en el orden moral que el resto de sus compañeros; sin embargo, el priming no afectó otros constructos de valoración como la inteligencia o el atractivo.
Así, los investigadores de la Universidad de Toronto y de la London Business School afirman que sentirnos limpios nos hace valorar con el listón más alto los comportamientos relacionados con la ética y nos hace percibirnos como personas más virtuosas de lo que verdaderamente podríamos ser.
Vale aclarar que éste no es el primer estudio donde se relaciona la limpieza y los comportamientos pues en el pasado investigadores de la Universidad de Ultrech en Alemania ya habían establecido ciertas correlaciones entre el olor a limpieza y la capacidad para degustar los alimentos.
Por supuesto, como ya he expresado en otras ocasiones, estos resultados no pueden tomarse al pie de la letra y probablemente los efectos de la “limpieza” sean pasajeros pero sin lugar a dudas investigaciones de este tipo abren nuevos caminos para comprendernos mejor como personas.
Fuente:
Zhong, C., Strejcek, B., & Sivanathan, N. (2010). A clean self can render harsh moral judgment. Journal of Experimental Social Psychology, 46 (5), 859-862.
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