En los últimos años la tecnología ha invadido completamente nuestras vidas. Y hemos aceptado todos estos cambios sin poner oposición porque nos facilitan la rutina cotidiana o nos hacen la vida más placentera (o al menos esa es la idea que nos han vendido). Pero… ¿te has preguntado hasta qué punto puede la tecnología cambiar nuestros comportamientos?
Pues bien, esta pregunta se la han planteado psicólogos de la Universidad de Londres y para responderla idearon un diseño experimental bien original. En síntesis, su idea era evaluar cómo incidía la música en la percepción del espacio pero la clave se encontraba en que las notas musicales llegaban a las personas a través de unas bocinas o mediante los audífonos de un iPod.
Los investigadores le pidieron a los participantes que caminaran hacia un experimentador del todo desconocido para ellos (hombre o mujer) hasta el punto en que se sintieran incómodos por la cercanía. En otro grupo, era el experimentador quien caminaba hacia los participantes y estos lo debían detener cuando consideraran que estaba demasiado cerca.
Este ejercicio se repitió en total silencio, escuchando música positiva o negativa (en este caso, transmitida a través de bocinas o mediante los audífonos del iPod). Al finalizar, cada participante escuchó nuevamente las piezas musicales y evaluó en una escala cuánto les afectaron desde el punto de vista emocional.
Pues bien, la música positiva transmitida a través de los audífonos tenía el curioso efecto de empequeñecer el sentido de las personas de su espacio personal de forma que estos dejaban que el experimentador se acercara mucho más, en comparación con quienes escuchaban la misma música transmitida mediante las bocinas.
Por otra parte, la música negativa transmitida a través de las bocinas tenía el efecto de expandir el espacio personal (algo que no ocurría si se transmitía a través de los audífonos de cualquier lector mp3). Vale aclarar que este efecto era aún más pronunciado en quienes reportaron haberse sentido turbados emocionalmente por la música.
Esta idea no es del todo nueva. Anteriormente varios psicólogos ya habían hipotetizado la posibilidad de que escuchar música a través de los audífonos actuase como una barrera imaginaria que nos permite lidiar con la opresiva sensación claustrofóbica que propician muchas de las grandes ciudades, sobre todo en los medios de transporte urbanos.
La parte positiva del fenómeno radica en el hecho de que escuchar música a través de los audífonos podría ser otra herramienta más para luchar contra la claustrofobia o para propiciar el confort en situaciones donde nos vemos obligados a compartir un espacio reducido.
Fuente:
Tajadura-Jiménez, A., Pantelidou, G., Rebacz, P., Västfjäll, D. & Tsakiris, M. (2011) I-Space: The Effects of Emotional Valence and Source of Music on Interpersonal Distance. PLoS ONE: 6 (10).
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