
La atención no es sino el foco que dirige la conciencia. Cuando estamos ante un estímulo, ese foco se va desplazando hasta que coincide con este. Como podrás suponer, la capacidad de atención puede aumentar o disminuir así como desplazarse y variar su grado. La atención desempeña un papel principal en los procesos mnémicos, sobre todo en la memoria a largo plazo, pues mientras mayor sea la atención prestada a un hecho, mejor será recuerdo y más duradero.
Existen dos tipos de atención: la involuntaria, que es cuando nos sentimos atraídos por un estímulo intenso, nuevo o interesante, y la atención voluntaria, que nos permite concentrarnos en un estímulo aunque este no sea nuevo intenso, nuevo ni interesante.
No obstante, la atención no solo está determinada por los estímulos del medio sino también por nuestras necesidades, objetivos e intereses. Por ejemplo, cuando una actividad nos interesa, podemos dirigir nuestra atención de forma consciente.
Los trastornos de la atención más comunes
1. Distractibilidad o labilidad atencional: se trata de cambios bruscos o sincopados de la atención acompañados por un estado de inquietud, hipercinesia o agitación. Esta alteración puede tener un origen orgánico o estar causada por un trastorno psiquiátrico.
2. Hiperproxesia: es un aumento desmedido de la atención. Puede estar causada por algún problema fisiológico pero también se ha apreciado en personas que caen en éxtasis religioso o durante la hipnosis. En otros casos es consecuencia de trastornos o del consumo de drogas, entonces lo usual es notar un ensimismamiento; es decir, un incremento de la atención hacia dentro.
3. Hipoproxesia: se trata de la disminución o incapacidad para mantener la atención, un problema común en los trastornos del estado del humor y de los sentimientos.
4. Aproxesia: es la abolición de la atención, un estado que se aprecia durante el sueño y en los estados depresivos muy profundos.
5. Fatigabilidad: se trata de la falta de atención debido al cansancio, que puede ser de índole física o psicológica. En estos casos, la persona presenta una incapacidad para fijar la atención en un contenido durante mucho tiempo.
6. Inatención: incapacidad para movilizar la atención o cambiar el foco.
7. Perplejidad: incapacidad para comprender lo que ocurre a su alrededor. Se suele apreciar en los primeros momentos de la irrupción de las psicosis esquizofrénicas y en la depresión.
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