Entre un 10 y 30% de la población mundial sufre algún trastorno de personalidad. Quizás por eso tantas personas me han escrito preocupadas por su diagnóstico. La pregunta es siempre la misma: ¿tengo un trastorno de personalidad?
Primeramente debemos conocer que los rasgos de personalidad son pautas persistentes en la forma de percibir, relacionarse, pensar y valorar el medio que nos rodea y a nosotros mismos. Estas pautas se manifiestan en una amplia gama de contextos, es decir, nos manifestamos tal cual somos en los más diversos escenarios.
Estos rasgos de personalidad son considerados como un trastorno cuando se convierten en pautas rígidas y desadaptativas que causan malestar a quien las sufre.
¿Cómo podemos reconocer un trastorno de personalidad?
– Existe un patrón permanente de comportamientos y experiencias subjetivas que se apartan de lo considerado como normal en la cultura. Es decir, la persona puede percibir e interpretar a sí mismo y a los demás de una forma distorsionada y ajena a los patrones culturales. A la vez, suelen presentar respuestas emocionales que varían desde una gran intensidad hasta una intensidad muy baja, en todo caso, la respuesta es considerada como anormal para la cultura en la cual ha crecido. Normalmente presentan dificultades para establecer relaciones interpersonales de una forma satisfactoria y dificultades para controlar sus impulsos.
– Este patrón no solo se manifiesta en un área específica sino que se extiende a la mayoría de las áreas en las cuales se desempeña la persona.
– Este patrón provoca gran malestar en la persona y afecta su desempeño en áreas como su actividad laboral, sus relaciones de pareja o los estudios.
– Este patrón es estable pues su inicio se remota, al menos a la adolescencia de l persona o al principio de la edad adulta.
– Estos trastornos no se atribuyen a otros trastornos mentales, enfermedades de origen neurológico o consumo de sustancias.
Los tipos de trastorno de personalidad son: paranoide, esquizoide, esquizotípico, antisocial, límite, histriónico, narcisista, obsesivo-compulsivo, por evitación y por dependencia.
Algunos trastornos de personalidad como los trastornos antisocial y límite de la personalidad tienden a atenuarse o a remitir con la edad mientras que los trastornos obsesivo-compulsivo y esquizotípico tienden a recrudecerse si no se busca ayuda especializada.
En hombres predomina los trastornos paranoide, antisocial y obsesivo compulsivo mientras que en las mujeres predomina el trastorno límite, el histriónico y el dependiente.
En futuros artículos iremos describiendo cada uno de ellos.
Fuentes:
APA (2000) DSM-IV Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Mason.
Castiglione, G. (2003, Octubre) Alcances de la terapéutica psicofarmacológica en los trastornos de personalidad. Buenos Aires: Décimo Congreso Internacional de Psiquiatría.
Deja una respuesta