
En el año 1964 Ralph Haber condujo un estudio en una escuela elemental de niños e identificó que aproximadamente el 4% de los pequeños menores de cinco años, poseían una memoria eidética. No obstante, la objetividad con la cual este investigador evalúo a los pequeños aún se pone en entredicho.
Posteriormente, en el año 1970 Charles Stromeyer, un científico de la Universidad de Harvard, publicó un artículo en la revista Nature en el cual nombraba a una estudiante que tenía un capacidad fuera de lo común. Esta joven podía ver patrones de puntos al azar hasta un máximo de 10 000 puntos y recordarlos. Pero lo más asombroso es que al día siguiente podía ver otros tantos patrones de puntos al azar y reconstruir ambas imágenes fusionándolas y formando una figura tridimensional.
Aunque ésta parecía ser la prueba definitiva de la existencia de la memoria eidética, algunos datos posteriores dieron pistas para desconfiar. En el año 1979 el investigador John Merritt publicó anuncios en los diarios nacionales en la búsqueda de personas que tuviesen una memoria tan extraordinaria como la del caso presentado por Stromeyer pero no apareció nadie que pudiese realizar una hazaña ni siquiera parecida. Luego, lo más curioso del caso fue que el propio Stromeyer se casó con esta estudiante impidiéndole al resto de la comunidad científica replicar los mismos experimentos que él había hecho. Así, muchas personas sospechan que, lo que fuera considerado como el ejemplo más irrefutable de la existencia de la memoria eidética, no pasó de ser una truco finamente urdido.
No obstante, éste no es el único caso que se ha conocido de memoria eidética. El caso de un joven autista conocido como la cámara “fotográfica” por su capacidad para retener los detalles de los paisajes y después pintarlos, ya lo he retomado en el artículo: “Memoria eidética: un caso extraordinario”
Otro caso de memoria extraordinaria es el de Kim Peek, el señor que inspiró al personaje de Dustin Hoffman en Rain Man, podía memorizar cada página de aproximadamente 9.000 libros y, por demás, leía cada página con una velocidad entre los 8 y los 12 segundos ya que cada ojo se movía de forma independiente en cada página.
Pero… vale aclarar que no es lo mismo tener una buena memoria que poseer una memoria eidética. La memoria eidética está precedida por una imagen nítida que se mantiene unos minutos después que dejamos de ver el contexto o el objeto y, después de un tiempo nos permite cerrar los ojos y recuperar la imagen cual si estuviese delante de nuestra vista. La buena memoria, sobre todo para los números y el texto, usualmente no incluye esta habilidad.
Algunos especialistas proponen una salida elegante: la memoria debe comprenderse como un espectro, al final del cual, por un lado se encuentra la amnesia y por el otro la memoria eidética. Como es de suponer, la gran mayoría de nosotros vivimos en un punto medio y solo una pequeña parte de la población desarrolla una memoria prodigiosa para los números, imágenes, nombres, rostros, música…
Searleman, un profesor de la St. Lawrence University, afirma además que los recuerdos de las personas con memoria eidética no siempre son 100% perfectos ya que muchas veces se añaden detalles o se varían algunos pormenores de la escena o el objeto aumentándolos o disminuyéndolos de tamaño. Searleman incluso sostiene que este tipo de memoria es más común en niños y ancianos (hecho aceptado por la comunidad científica) porque los jóvenes y los adultos tienden a verbalizar durante todo el tiempo, por lo que la posibilidad de que se forme el recuerdo queda obstaculizada por el lenguaje.
No obstante, este mismo psicólogo afirma que la memoria fotográfica (aquella que recuerda toda la situación en sus mínimos detalles durante largos períodos de tiempo), no existe ya que la memoria de por si es un proceso de reconstrucción y no de simple almacenamiento.
Con el desarrollo de la tecnología, nuevas investigaciones sustentadas en neuroimagen han intentado arrojar luz sobre el fenómeno de la memoria eidética. Así, López-Aranda afirma que la expresión de una proteína reguladora: RGS-14, puede modificar la memoria a corto plazo para convertirla en una memoria a largo plazo. Como podrán presuponer, estos resultados han interesado al mundo de las comunicaciones pero no han sido excelentemente acogidos en el ámbito científico que aún espera otras pruebas.
Así, hoy por hoy el debate sobre la memoria eidética continúa. Alguien, no me acuerdo quien ni dónde, sintetizó poéticamente la búsqueda de las científicos en las profundidades de la memoria humana: “La memoria fotográfica quizás será por siempre el unicornio de la Psicología mientras que la memoria eidética es un pony que busca sus alas”.
Fuentes:
Lopez-Aranda, M. et. Al. (2009) Role of Layer 6 of V2 Visual Cortex in Object-Recognition Memory. Science; 325(3): 87-89.
La Brecque, M. (1972). Photographic Memory. Leonardo, 5: 347-349.
Jennifer Delgado dice
Claudis,
Hay personas que tienen una memoria más desarrollada que la media, puede ser tu caso. Aunque también debes tener en cuenta que la memoria no es un mero receptáculo sino que a menudo cambia los recuerdos por lo que a veces, lo que recordamos, tiene más de fantasía que de realidad.
Nightmare Mery dice
Saludos.
Tengo 16 años. Desde que era pequeña siempre "se me ha dado bien" recordar las cosas con mucho detalle, y lo notaba en el colegio cuando no estudiaba nada y sacaba notas de sobresaliente, ya que a la hora de hacer el examen recordaba la hoja en donde estaba la respuesta y la leía "en mi mente".
A dia de hoy, me sigue pasando eso. A la hora de exámenes, o cuando me hacen preguntas sin mas, recuerdo donde he visto la respuesta y el momento exacto en que la vi o me la dijeron.
Amigos míos me dicen que podría ser que tenga mejor memoria, simplemente, o que pudiera tener este tipo de memoria. Sinceramente, a mi todavía no me queda muy claro.
Gracias, saludos.