
Las creencias populares aseveran que mientras más cercano en el tiempo es un evento, mejor lo podemos recordar; sin embargo, estas ideas no son del todo ciertas. Un conjunto de investigadores de la Universidad de Ámsterdam ha demostrado que recordamos mejor los sucesos que tuvieron lugar durante nuestra adolescencia y los veinte años en relación con aquellos que ocurren posteriormente.
Se estudiaron un total de mil personas entre los 16 y 75 años. Les pidieron que llenaran un cuestionario sobre eventos ocurridos entre los años 1950 y el 2006. Algunas preguntas fueron: ¿En que ciudad fue asesinado el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy en el 1963? o ¿Cómo se llamó el huracán que se abatió sobre Nueva Orleans en el 2005?
Cada participante debía contestar 90 preguntas, que se dividían en tres grupos: 30 preguntas sobre eventos que ocurrieron antes de los 10 años de sus vidas, 30 que se enfocaban entre sus 10 y 25 años y 30 preguntas referidas a sucesos que la persona vivenció después de sus 25 años. Algunas preguntas eran abiertas y otras eran de multiple-choice.
Los resultados fueron contundentes: las personas demostraron recordar mejor los eventos que ocurrieron cuando ellos tenían entre 10 y 25 años. Esto se hizo aún más evidente en las respuestas a las preguntas abiertas que en las de multiple-choice.
Las explicaciones a este fenómeno pueden ser pluricausales: 1. nuestra memoria trabaja mejor durante la adolescencia y la juventud que en otros periodos de la vida, por lo cual, las situaciones experimentadas y los eventos sociales o históricos se graban de manera más profunda y, 2. en esta etapa vivimos continuamente nuevas experiencias por lo cual su contenido emocional es mucho más significativo y esto facilita que se recuerden con mayor nivel de detalle.
Fuente:
Janssen, S.; Murre, J. & Meeter, M. (2008). Reminiscence bump in memory for public events. European Journal of Cognitive Psychology, 20(4), 738-764.
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