No solemos mirar mucho a los ojos. De hecho, de vez en cuando, si nuestra vista se cruza con la de un extraño, podemos sentirnos un poco incómodos, y la apartamos enseguida. Sin embargo, nuestros ojos son realmente el espejo del alma y transmitimos muchísimos mensajes a través de la mirada. No obstante, si nos atreviésemos a mirar a alguien durante 10 minutos directamente a los ojos, nos sentiríamos realmente extraños.
Estas fueron las conclusiones a las que llegó un estudio realizado en la Universidad de Urbino, en Italia. Estos investigadores reclutaron a 40 personas, que trabajaron en parejas. Simplemente les dijeron que se sentaran uno frente al otro, en una habitación con poca luz, mirándose fijamente a los ojos durante 10 minutos. Otras personas se sentaron en una habitación similar, solo que en vez de mirar a alguien a los ojos, tenían que quedarse mirando una pared.
A continuación, todos llenaron un cuestionario en el que debían reflejar sus experiencias durante la tarea. Las personas que miraron a los ojos a un desconocido reportaron sensaciones muy extrañas: los colores a su alrededor eran más intensos, los sonidos se amplificaban o prácticamente desaparecían y el tiempo parecía discurrir más lentamente.
Además, muchos indicaron que el rosto de la persona que miraban comenzaba a alterarse. El 90% de los participantes dijeron que la cara de la otra persona se había deformado y el 75% indicó que el cambio había sido tan radical que prácticamente parecía un monstruo. El 50% de los participantes confesaron ver rasgos propios en el rostro de la otra persona y el 15% indicó haber reconocido rasgos de una persona amada.
¿Qué sucede cuándo nos miramos fijamente en el espejo?
Estos investigadores hicieron un experimento parecido, en el que les pidieron a otras 50 personas que se quedaran mirando fijamente su propio reflejo en el espejo. En este caso, las personas también reportaron experiencias raras, que coinciden con estados alterados de la conciencia.
El 66% de las personas reportaron grandes deformaciones en su propio rostro, el 18% vieron el rostro de alguno de sus padres, el 28% vieron a una persona completamente desconocida, el 48% vieron monstruos fantásticos, el 18% vieron rostros con rasgos de animales y el 28% también vieron imágenes arquetípicas como las de una mujer anciana o un niño.
Lo más curioso es que al ser su propia imagen, estas personas también reportaron una gran sensación de alienación. Todos sufrieron un efecto disociativo de la identidad e indicaban que tenían la sensación de que otra persona les estaba mirando desde el espejo, hasta tal punto que muchos comenzaron a dar señales de ansiedad, miedo e inquietud. También reportaron la sensación de falta de control y un gran desasosiego.
¿Por qué tenemos esas extrañas visiones?
Existen diferentes hipótesis. Los investigadores creen que esas extrañas visiones pueden ser el resultado de la conciencia regresando a la realidad. En práctica, durante un ejercicio así nuestra mente comienza a divagar, por lo que cuando debe volver al presente, después de un período de disociación, necesita un poco de tiempo para adaptarse y que todas las percepciones vuelvan a la normalidad.
De hecho, este fenómeno no se apreció en las personas que veían la pared porque no se les dio un punto focal en el que pudieran fijar la vista durante 10 minutos, por lo que sus ojos se movieron durante todo el tiempo, impidiéndoles alcanzar ese estado disociativo de conciencia. No debemos olvidar que focalizar la mirada en un objeto, sin pestañear, es una de las estrategias para lograr que las personas entren en un estado hipnótico.
Un fenómeno similar se conoce desde finales del siglo XVIII, cuando Erasmus Darwin descubrió que después de mirar fijamente un objeto durante un tiempo, su color puede desaparecer ante nuestra vista. En práctica, si tomas una hoja de papel en blanco y colocas encima un círculo de una pulgada de diámetro de color rojo y lo miras fijamente, el color rojo se irá haciendo cada vez más débil, hasta que desaparece por completo. Es lo que se conoce como el efecto de decoloración de Troxler.
En la base de este fenómeno se encuentra la adaptación neuronal. Cuando las neuronas dejan de recibir estímulos, disminuye su actividad y se produce un cambio en nuestra percepción. En práctica, como no cambia el estímulo, nuestro cerebro se aburre y comienza a “desconectarse” de la realidad, por lo que dejamos de percibir el rostro que tenemos delante como un todo, y se produce una especie de «montaje» al azar de rasgos, que genera una imagen grotesca.
Ese montaje no es más que el intento de nuestro cerebro de «rellenar» los vacíos que no llegan a través de la vista. Y para ello recurre a nuestras experiencias, expectativas y conjeturas; razón por la cual todas las personas no sufren las mismas distorsiones ni ven las mismas cosas.
Por último, si os animáis a hacer este experimento en casa, tened en cuenta que es más eficaz si lo hacéis en una habitación poco iluminada y si os acercáis más a los ojos de la otra persona o al espejo. Además, intentad no parpadear.
Fuentes:
Caputo, G. B. (2015) Dissociation and hallucinations in dyads engaged through interpersonal gazing. Psychiatry Research; 228(3): 659-663.
Caputo, G. B. (2010) Strange-face-in-the-mirror illusion. Perception; 39(7): 1007 – 1008.
Lacaracola dice
Qué bueno el experimento! Me entra una duda: no parpadear durante 10 minutos es un poco difícil, ¿no? Se secarían muchísimo los ojos, no sé si sería capaz o si es posible estar tanto tiempo sin parpadear sin que sea nocivo para los ojos.
Jennifer Delgado dice
La mayoría de las personas puede aguantar sin pestañear una media de 1 minuto. Aunque hace poco salió una noticia de un soldado chino que puede mantenerse sin parpadear más de 50 minutos.
En todo caso, cada quien debe conocer su cuerpo, y no extralimitarse, sobre todo si no se siente cómodo haciéndolo.
Andrea Patricia dice
Dicen que cuando una persona atractiva es observada por alguien y esa persona le devuelve la mirada hay una gran producción de serotonina en la persona que recibe la mirada de vuelta. Sin embargo si miramos a una persona que nos ve atractivos y nosotros vemos a esa persona como poco atractiva,entonces yo me sentiría incómoda.Como por ejemplo al ser observada por un acosador.
Jennifer Delgado dice
Pues sí, la mirada es una poderosa arma de comunicación. Y, sin duda, establecer contacto visual con otra persona puede llegar a ser una experiencia muy intensa, tanto desde el punto de vista positivo como negativo.
Unknown dice
Excelente post
Jose dice
Yo mismo un día quise experimentar mirarme fijamente a los ojos durante un tiempo en un espejo y efectivamente suceden muchas de las experiencias descritas en el artículo. Coincido en lo de la luz poco intensa y yo añadiria la importancia (en mi experiencia) de relajar el cuerpo y la mirada. Si estás tens@ o lo haces con muchas expectativas dificulta mucho la experiencia.
¡Un saludo!
Erika dice
Hola.
Hace poco lo hice, miré fijamente al espejo unos minutos, y dentro de nada mi rostro comenzaba a desaparecer o a deformarse, me dio muchísimo miedo y tuve que apartar la vista.
2bdead dice
Vine a este post buscando respuestas. Porque esto siempre me ocurría cuando miraba a un punto fijo si me aburría: empezaba a expandirse una nube negra desde el punto fijo.
Ahora lo intenté en la Sala de estar, con luz y era como ver como mundo. No me atrevo a hacerlo en el espejo jeje.
ariel dice
Yo mire fijo al espejo. Y vi como mi rostro iba desapareciendo primero los ojos .despues nariz y ultimo boca. Se veia solo el contorno del cuerpo perferco pero el rostro no. Como si fuese todo piel Re raro
Mayte dice
Yo lo acabo de hacer y aguante cuatro minutos, mi rostro se distorsiono y logré ver muchos rostros de diferentes culturas, al final vi mi esqueleto y después todo quedó oscuro, gran experiencia.