Aunque la musicoterapia es una excelente opción para mejorar la depresión y la ansiedad existen personas que, por decirlo de alguna forma, son alérgicos a esta terapia; son aquellos que padecen de musicolepsia o también conocida como epilepsia musicogénica. La persona que padece este trastorno al escuchar cierto tipo de música sufre tics, incontinencia urinaria y espasmos epilépticos.
Puede existir una relación directa entre la música y los síntomas, es decir, la propia música ha dado origen al trastorno, aunque esta tipología suele ser poco común, observándose solo en un 17% de los casos. La variante más usual es aquella donde las notas musicales actúan como simples detonantes de síntomas que existían con anterioridad.
El primer caso registrado data de 1884 pero en la actualidad se calcula que existen aproximadamente 150 personas en todo el mundo que sufren este trastorno. Tres de cada cuatro personas experimentan la musicolepsia antes de los 25 años y no parece tener ninguna preferencia de género.
La fuente del trastorno se halla en el lóbulo temporal derecho, el encargado de procesar la música pero también existe correlación con el sistema límbico pues como se conoce las notas musicales generan emociones diversas. Así, los investigadores han concluido que no es la música en sí misma sino la forma en que cada persona procesa los efectos de las notas musicales. De esta forma existen dos mecanismos detonantes: 1. Cuando escuchamos música ésta genera ciertas emociones que son las responsables de disparar los síntomas, por lo cual, cualquier tema musical sin importar su género o calidad podría actuar como detonante y, 2. Respondemos con una activación inadecuada a algunas características especificas de la música como por ejemplo, que sea cantada. Algunos estudios de caso muestran que las personas que sufren de musicolepsia son más susceptibles a aquellas voces “impuras”, mientras que al escuchar sopranos los síntomas no se manifestan, probablemente porque existe un mayor control vocal y una mejor proyección de la voz que no altera la recepción.
No obstante, debido a la gran variedad de casos existentes aún no se ha llegado a una explicación general aunque ya se ha realizado la primera operación cerebral exitosa para eliminar la epilepsia musicogénica.
Fuentes:
Wieser, H. G.; Hungerbohler; Siegel, A. & Buck, A. (2005) Musicogenic Epilepsy: Review of the Literature and Case Report with Ictal Single Photon Emission Computed Tomography. American Psychosomatic Society, 38(2): 200-207.
Brien, S. E. & Murray, T. J. (1984) Musicogenic Epilepsy. Canadian Medical Association Journal, 131(10): 1255–1258.
Dally, D. & Barry, J. (1957) Musicogenic Epilepsy. Report of Three Cases. Psychosomatic Medicine, 19:399-408.
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