Ya sea debido al estilo de vida que hemos asumido, la dieta inadecuada, la contaminación ambiental o el hecho de que esperamos demasiado para concebir, lo cierto es que en las últimas décadas la infertilidad se ha convertido en un problema, sobre todo en los países más desarrollados.
Se estima que en la actualidad más de 70 millones de parejas tienen dificultades para concebir. De ellas, el 56% busca ayuda especializada pero solo el 22% recibe finalmente la asistencia médica necesaria ya que muchas desisten debido al estrés psicológico que supone el tratamiento. La buena noticia es que las técnicas actuales son bastante eficaces por lo que en el plazo de cinco años, el 69,4% de las parejas logra tener un hijo.
En este punto surge la pregunta: ¿debemos decirle que ha sido concebido con un óvulo donado?
Algunos padres afirman que no le cuentan la verdad porque temen confundirle e introducir un elemento que le haga sentir extraño y diferente a los demás niños. Otros tienen miedo de que se enoje y les rechace, de que se sienta más conectado emocionalmente con su madre genética. Finalmente, otros piensan que la genética no es importante porque los verdaderos padres son quienes le han educado así que deciden no contarle.
En realidad, se trata de una decisión que deben tomar ambos progenitores valorando su caso en específico. No obstante, la mayoría de los psicólogos coinciden en el hecho de que lo ideal es que se adopte una posición abierta desde el inicio y que esta sea lo más natural posible.
Cuestión de confianza
Si estás pensando en someterte a la donación de óvulos, antes o después, tendrás que decidir si quieres contarle a tu hijo el procedimiento mediante el cual ha sido concebido ya que, aunque se haya gestado dentro de ti, lleva la herencia somática de otra persona.
Como normalmente las parejas llegan a la donación de óvulos como la última alternativa después de haber probado otros medios, lo más usual es que familiares y amigos sepan que están sometiéndose a diferentes métodos de una inseminación artificial. Por tanto, ¿estás segura de que en un futuro tu hijo no se enterará a través de estas personas? ¿Cómo crees que se sentiría si descubre que le has ocultado ese hecho?
El principal riesgo a nivel psicológico al cual se tienen que enfrentar los padres cuando deciden no revelarle a su hijo la verdad, radica en que este pierda la confianza en ellos y la relación se dañe profundamente. Algunas personas logran superar la falta de sinceridad de sus padres pero para otras se convierte en una piedra en el zapato que termina perjudicando seriamente las interacciones.
Investigadores belgas analizaron un total de 43 estudios que abordaban este tema y descubrieron que cuando los padres hablaban con su hijo de manera abierta y desinhibida sobre la concepción, la relación no se resentía. Sin embargo, cuando no le contaban la verdad, quizás porque querían proteger al niño, la relación a menudo se afectaba ya que estaba continuamente marcada por el estrés que provoca ocultar algo.
¿Cuál es la mejor edad para contárselo?
Un estudio realizado en 450 familias que habían concebido a sus hijos usando la donación de óvulos, encontró que cuando los padres le contaban a su hijo entre los 8 y los 10 años, no se producía ninguna alteración a nivel psicológico, no había un aumento de la ansiedad y tampoco se afectaba la confianza.
Sin embargo, hay otras personas que prefieren hablar de este tema mucho antes, cuando el niño ya tiene la edad suficiente como para comprender cómo transcurre el proceso de la concepción, lo cual equivale aproximadamente a los 5 años. Por supuesto, en estos casos se debe utilizar un lenguaje sencillo de manera que no se cree confusión en el pequeño.
Hay padres que deciden esperar más, algunos lo cuentan cuando su hijo ha llegado a la mayoría de edad. No obstante, en estos casos la reacción emocional suele ser más intensa ya que el joven tiende a pensar que le han estado ocultando la verdad durante varios años.
Sin embargo, realizar generalizaciones en un tema tan complejo siempre equivale a obviar las realidades individuales. Por tanto, lo más importante es que tengáis una relación sólida con vuestro hijo y que le contéis lo antes posible. En ese caso, es probable que la noticia no cree una fisura en vuestra relación.
Fuentes:
Applegarth, L. D. et. Al. (2013) Families created through oocyte donation (OD): a follow-up investigation of disclosure/non-disclosure to offspring, ages 8 and older. Fertility and Sterility; 100(3): 409-410.
Indekeu, A. et. Al. (2013) Factors contributing to parental decision-making in disclosing donor conception: a systematic review. Human Reproduction Update; 19(6): 714-733.
Matorras, R. et. Al. (2011) La Infertilidad en España: Situación Actual y Perspectivas. Madrid: Imago Concept & Image Development.
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