Luchar contra la fatiga cotidiana es el pan nuestro de cada día cuando terminamos una agobiante, estresante, agotante… y todos los epítetos que se le puedan añadir, sesión de trabajo. Entonces nos sentimos irritables, cansados e incluso algún que otro dolor físico corre por nuestros cuerpos. Pero hay un momento donde la fatiga da una vuelta de tuerca y se convierte en el Síndrome de Fatiga Crónica que afecta aproximadamente a 17 millones de personas en todo el mundo.
¿Cuáles son los síntomas principales?
– Dolor corporal difuso
– Cansancio persistente, independientemente de que la actividad realizada sea o no agotadora
– Pérdida de la concentración
– Desmotivación para enfrentar las tareas cotidianas
¿Qué lo causa? Probablemente la mayoría de los psicólogos o personas conocedoras de la psiquis asegurarán que es de origen psicológico. De hecho esta es una de las teorías explicativas. A favor de este argumento se erige la elevada eficacia de los tratamientos cognitivo conductuales que trabajan con los efectos de las creencias de estas personas, los patrones comportamentales y las percepciones de las reacciones corporales.
Pero no todo es tan sencillo, algunos especialistas afirman que la fatiga crónica se debe a factores eminentemente biológicos causados por una especie de desconexión del cuerpo ante una infección viral desconocida. Esta teoría «olvidada» ha recibido un nuevo empuje a partir de los resultados obtenidos por un grupo de investigadores del Instituto de Whittemore Peterson (Reno, EUA) que mostraban que 68 de los 101 pacientes aquejados del Síndrome de Fatiga Crónica portaban el retrovirus gamma conocido como: XMRV. Las estadísticas son aún más impresionantes si se tiene en cuenta que este retrovirus en personas sanas se halló solo en 8 casos del total de 218 voluntarios que formaban parte del grupo control.
Por supuesto, después de este anuncio, que ocupó varios titulares y conmocionaría la forma en la que se comprende y se trata el síndrome; otro grupo de científicos del Reino Unido intentaron repetir los resultados esta vez con 168 pacientes aunque incluyeron algunas variaciones que disminuirían el riesgo de detectar «falsos positivos» y las contaminaciones. ¿Resultado? No se halló ni rastro del virus. Aunque los investigadores salvan la «ética científica» afirmando que las diferencias en los resultados podrían deberse a la diversa distribución poblacional del virus en la población de los EUA y el Reino Unido. ¿?
Independientemente de los resultados que aún no se muestran muy claros y que yo no puedo descifrar porque no soy muy versada en materia de virología; lo verdaderamente curioso es observar como muchos científicos aún continúan buscando una única causa para cada enfermedad cuando ya sabemos que cada trastorno tiene un componente orgánico y psicológico.
Precisamente, los síntomas del Síndrome por Fatiga Crónica se observan no solo en las personas aparentemente sanas sino que suelen ser comunes en casos de diabetes, accidentes cerebrovasculares, daños cerebrales, Parkinson y por supuesto, después de una infección viral.
En otras palabras, es muy poco probable que exista una sola causa para este síndrome porque los mismos síntomas pueden subyacer a los más variados problemas de salud. La razón por la cual el Síndrome de Fatiga Crónica no ha sido diagnosticado en estas enfermedades es simplemente porque su diagnóstico se debe a un proceso de exclusión.
Y es que para clarificar las causas en este síndrome, como de otros tantos, primero es necesario comprender al ser humano como una integridad compleja. Hasta ese momento, solo estaremos enfrentándonos a enfermedades y no a enfermos.
Fuentes:
Erlwein, O. et. Al. (2010) Failure to Detect the Novel Retrovirus XMRV in Chronic Fatigue Syndrome. PlosOne; 5(1).
Lombardi, V. C. et. Al. (2009) Detection of an infectious retrovirus, XMRV, in blood cells of patients with chronic fatigue syndrome. Science; 326(5952):585-9.
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