Los trastornos de ansiedad aumentan su incidencia a nivel poblacional a un ritmo de vértigo. El 15% de la población española tiene algún trastorno de ansiedad diagnosticado mientras que a nivel mundial entre un 3 y un 5% sufre el trastorno de ansiedad generalizado.
Ahora, a los síntomas ya clásicos de esta psicopatología como la preocupación excesiva, la irritabilidad, la dificultad para dormir o la tensión muscular se le suma otro: el dolor.
Un grupo de investigadores españoles afirma que la mayoría de las personas con trastornos de ansiedad sufre al mismo tiempo diferentes tipos de dolor.
La investigación englobó una muestra de 7 152 personas a las cuales se les siguió durante un periodo de dos meses. Así, se comprobó que las personas que sufrían trastornos de ansiedad manifestaban el doble de los síntomas de dolor físico (59%) que aquellos que se reportaron en el grupo control (28,3%). Cuando coincidían la depresión y la ansiedad la prevalencia del dolor aumentaba a un 78%.
Las zonas más aquejadas se localizan en la espalda, los hombros y, por supuesto, la cabeza. Los investigadores aseveran que la causa se debe a que la ansiedad influye en el umbral de sensibilidad al dolor, en otras palabras: las personas se hacen más sensibles a las dolencias.
Esta investigación no hace sino consolidar lo que desde muchas décadas se viene promulgando en la Ciencia Psicológica: soma y psiquis mantienen una profunda relación y se determinan mutuamente por lo cual cada enfermedad tiene un componente psíquico y otro fisiológico aunque en algunos casos unos síntomas sean más evidentes que en otros.
No obstante, contar con estos resultados es un paso de avance que de seguro permitirá detectar con mayor rapidez los síntomas dolorosos cuya principal causa son los trastornos emocionales y propiciar un tratamiento adecuado, ya que actualmente solo el 17% de los pacientes recibe el tratamiento idóneo.
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