Nuevas investigaciones han hallado que la memoria a corto plazo mejora alrededor de un 20% si se camina entre la naturaleza o incluso si solo miramos imágenes de escenas naturales.
En la Universidad de Michigan se plantearon comprobar si un paseo visual realmente potencia las funciones mnémicas. En el primero de los dos estudios los voluntarios se debían memorizar números mostrados en un orden aleatorio. Después de las visualizaciones de las cifras, las personas iban a dar un paseo, uno grupo se dirigía a una zona rodeada de abetos mientras que el otro grupo simplemente caminaba por la ciudad. Todas las personas fueron rastreadas con un dispositivo GPS. Cuando regresaron debían repetir los números anteriormente memorizados.
Los resultados fueron muy claros, aquellos que andaban entre la naturaleza mostraron una memoria superior, lograban recordar un 20% más de la información.
En una segunda parte del estudio los participantes no podían abandonar el laboratorio, así, a un grupo se le mostró imágenes de paisajes naturales mientras que al otro grupo le mostraron entornos urbanos. Los diferencias no fueron tan llamativas como en el primer caso pero igualmente aquellos que estuvieron expuestos a las imágenes naturales mostraron un mejor recuerdo.
Este estudio fue una réplica de una investigación anterior desarrollada en el 2005 en la Universidad de Padova donde se hipotetizó que ver paisajes naturales tenía un efecto restaurador para el sistema cognitivo: las personas logran centrar su atención, consolidar los recuerdos y toma mayor control sobre sus funciones cognitivas.
¿A qué se debe este fenómeno?
Las hipótesis son variadas, una de ellas afirma que la atención involuntaria que debemos dedicarle al tráfico, las personas o los estímulos propios de la ciudad nos distraen y hacen que las vivencias anteriores no se fijen con la misma solidez. Imaginémonos cruzando una calle de una gran ciudad: debemos estar atentos al semáforo, a no chocar con la marea de personas, las sirenas de los coches en la distancia, los tonos de los móviles, los retazos de conversación que nos llegan… no es de extrañar que nuestros recursos cognitivos se encuentren comprometidos con tal actividad.
Al contrario, un paisaje natural compromete en una medida muy modesta nuestros recursos, incluso propicia cierta relajación que facilita la solidificación de los recuerdos anteriores, tendría un efecto parecido al del sueño para consolidar los recuerdos.
Aunque el experimento no tiene grandes pretensiones, sin lugar a dudas se convierte en una de las investigaciones de carácter altamente aplicado. Probablemente muchas personas ya la han puesto en práctica sin comprender plenamente sus efectos cognitivos. ¿Cómo? Simplemente ubicando un fondo de pantalla o un screen saver donde se muestra un paisaje marítimo o un bosque al cual recurrimos cuando tenemos una tensión elevada en la oficina o somos víctima del agobio.
Fuentes:
Berman, M. G.; Jonides, J. & Kaplan, S. (2008) The Cognitive Benefits of Interacting With Nature. Psychological Science; 19(12): 1207-1212.
Berto, R. (2005) Exposure to restorative environments helps restore attentional capacity. Journal of Environmental Psychology; 25(3): 249-259.
Deborah dice
Muy interesante el articulo, por suerte dispongo de un parque natural entre marismas a cinco minutos de mi casa, donde suelo ir a menudo en bicicleta o andando y esto lo suelo hacer porque simplemente "me lo pide el cuerpo" la verdad siempre me ha resultado muy reparador, ahora ya no me cabe duda de que lo es :).
Muy buena tu página.
Un saludo.
Jennifer Delgado Suarez dice
Deborah,
También suelo ir a caminar a menudo en la naturaleza y, aunque hago ejercicios a diario en el gimnasio, reconozco que no hay nada más tonificante y relajante que caminar entre el verde o acariciados por la brisa marina.
Gracias por tu apreciación sobre mi blog,
Espero seguir contando con tus vivencias.
Un saludo