La mayoría de los psicólogos que fundaron la escuela histórico-cultural le brindaron una gran preponderancia al medio social y a las construcciones que realizamos a través de las relaciones interpersonales en las cuales nos sumergimos. De la misma forma, estos psicólogos se negaban a creer que tuviésemos impulsos innatos pero realizaban una distinción: todos tenemos la necesidad innata de las nuevas impresiones o sensaciones (una teoría propuesta por Bozhovich hace ya bastantes años).
Ahora, con el desarrollo de las nuevas tecnologías, se ha podido comprobar esta hipótesis y, efectivamente, nuestro cerebro está “programado” para buscar continuamente nuevas impresiones. La confirmación proviene de investigadores del University College London según los cuales el encanto de la novedad es suficiente para ir más allá de nuestros viejos hábitos.
En el estudio en cuestión se le pidió a 15 personas adultas que eligieran entre una serie de imágenes en blanco y negro. A cada imagen se le asignó una probabilidad de que seleccionándola, se recibiese una recompensa monetaria. Los participantes estaban familiarizados con algunas imágenes pero no con todas.
Posteriormente las imágenes se introdujeron en una máquina tragaperras y las personas debían elegir las fotos en aras de alcanzar una mayor remuneración económica. Pero el truco del juego se encontraba en que los investigadores a menudo cambiaban alguna imagen, introduciendo un elemento nuevo que no debería ser elegido ya que no reportaba ningún beneficio.
Lo curioso fue que las personas dieron prioridad a las imágenes nuevas sobre las antiguas, como si padeciesen de una irresistible atracción por lo diferente.
Durante el juego, los investigadores analizaron la actividad cerebral de los participantes apreciando que cuando las personas elegían las nuevas imágenes, se activaba una de las áreas más profundas del cerebro, el ventral striatum (relacionada con las emociones y las adicciones). Y es que cuando se activaba esta zona, nuestro cerebro liberaba dopamina, un neurotransmisor que nos hace experimentar sentimientos de alegría y placer. Así, los investigadores creen que buscamos las nuevas sensaciones o impresiones porque éstas incitan un estado que nos hace sentir bien.
Por supuesto, quizás está de más puntualizar que en ciertas ocasiones es positivo buscar nuevas sensaciones porque nos permite romper con los viejos hábitos, conocer cosas nuevas y crecer. No obstante, a veces no nos ponemos límites en esta búsqueda y terminamos causándonos daño, como es el caso de los jóvenes que consumen drogas para probar nuevas sensaciones. Por ello, debe tenerse siempre presente cuáles son los límites entre lo positivo de la novedad y el peligro.
Fuente:
Wittmann, B. c. et. Al. (2008) Striatal Activity Underlies Novelty-Based Choice in Humans. Neuron; 58, 967–973.
Dhorvan dice
Yo creo que ese placer se otorga por el "peligro" o la nueva opción con mayor riesgo, ya que ya sabian el valor de las anteriores imágenes, pero no el de las nuevas y ¿Quien dice que no pueden tener mayor valor las nuevas?
Es decir, la gente no se conforma, siempr ebusca una opción con la qu epuede obtener más beneficios