En estos últimos decenios, sobre todo en los países industrializados, estamos sujetos a un bombardeo de información sobre aquellas cosas que hacen bien y mal a nuestra salud; sobre todo en el área de la alimentación. Así, hemos asistido al terror desatado por la enfermedad de las vacas locas, la gripe aviar o la gripe porcina; por no hablar del peligro que representan los alimentos modificados, la potabilidad del agua… y la lista continúa.
Visto desde esta perspectiva no es de extrañar que existan muchas personas que tienen una relación neurótica con lo que comen, hasta el punto que en ocasiones se convierte en una obsesión tal que condiciona completamente la existencia convirtiéndose en un trastorno del comportamiento alimenticio: la ortorexia nerviosa.
Actualmente el Instituto de Ciencias de la Alimentación de la Universidad de Roma La Sapienza estima que el 6.9% de los italianos sufre de ortorexia mientras que un estudio desarrollado en Turquía afirma que el 45.5% de las personas que participaron en la investigación cumplía con los requisitos mínimos de la ortorexia.
La palabra ortorexia nerviosa fue utilizada por vez primera por Steve Bratman a finales de la década del ’90, en un número de la revista Yoga; después de la publicación del artículo Bratman comienza a recibir cientos de cartas y llamadas de personas que sostenían padecer ortorexia por lo que se crea el primer sitio dedicado a esta patología: Ortorexia. Si bien no todos los especialistas están de acuerdo con la existencia de esta patología, lo cierto es que en la última década cada vez son más las miradas que se dirigen a este trastorno.
¿Qué es la ortorexia nerviosa?
La ortorexia es una obsesión o preocupación extrema por la salud, focalizada en comer lo más sano posible evitando todos los alimentos dañinos como la carne o las grasas o aquellos alimentos cultivados con pesticidas o herbicidas y los que contienen sustancias artificiales. Las personas que sufren la ortorexia terminan haciendo de la comida el centro de sus vidas ya que no solo se preocupan por la calidad de sus alimentos sino también por la forma de preparación de la comida y los recipientes donde se cocina. Así, le dedican un tiempo exagerado a la planificación de los menús y a la preparación de los alimentos y cada transgresión alimenticia, por pequeña que ésta sea, se acompaña de sentimientos de culpabilidad y frustración cada vez más fuertes.
Normalmente, la ortorexia se manifiesta en personas que se dedican al deporte ya que este grupo es más vulnerable al valor nutritivo de los alimentos y a su repercusión sobre la figura o imagen corporal. También se han logrado aislar algunas características de personalidad relacionadas con la ortorexia ya que estas personas son muy estrictas, perfeccionistas, controladas y exigentes consigo mismas y con los demás.
¿Cuáles son los síntomas principales?
A grosso modo podrían mencionarse:
– Dedicar más de 3 horas al día a pensar en la dieta sana.
– Necesidad de conocer cada uno de los ingredientes de la comida.
– Preocuparse más por la calidad de los alimentos que por el placer de consumirlos.
– Disminución de la calidad de vida conforme aumenta la pseudo calidad de la alimentación.
– Sentimientos de culpabilidad cuando no se cumple con los principios dietéticos.
– Planificación excesiva de lo que se comerá al día siguiente.
– Aislamiento social provocado por el tipo de alimentación.
– Miedo a contaminarse y deseo continuo de depurarse
Vale aclarar que en la medida en que la dieta se hace más severa, normalmente las personas excluyen alimentos básicos para la alimentación lo que puede conducir a la desnutrición, la anemia o los déficits múltiples de vitaminas y minerales.
¿Cómo inicia la ortorexia nerviosa?
Lo más común es que las personas inicien con una dieta aparentemente un tanto inusual (como las macrobióticas o las del tipo sanguíneo) que poco a poco se va haciendo más rígidas en la misma medida en que la persona va cambiando las reglas de la dieta para seguir las propias normas de alimentación que se auto impone.
A la misma vez, cuando sale de casa, tiende a llevar consigo un kit de sobrevivencia porque no soporta comer platos preparados por otras personas por el temor de ingerir alimentos contaminados. Poco a poco la persona comienza a evitar las situaciones sociales porque tampoco soporta ver cómo los otros ingieren alimentos contaminados, de esta forma, el ortoréxico también sufre cambios de humor, depresión, ansiedad y un gran sentido de culpa.
El tratamientode la ortorexia nerviosa suele ser muy extenso en el tiempo, ya que las personas están convencidas de que su estilo de vida es el ideal y de que el resto de las personas se equivoca. Así, el primer gran paso de la terapia se centra en que reconozcan su problemática. No obstante, con frecuencia es necesaria la terapia mediacamentosa indicada para el trastorno obsesivo-compulsivo.
Fuentes:
Donini, L.M. et. Al. (2005) Orthorexia nervosa: Validation of a diagnosis questionnaire. Eating and Weight Disorders; 10(2): 28-32.
Donini, L. (2004) Orthorexia nervosa: A preliminary study with a proposal for diagnosis and an attempt to measure the dimension of the phenomenon. Eating And Weight Disorders; 9(2): 151-157.
Noble dice
Esta sociedad nos empuja a preocuparnos por cosas que muchas veces no tienen sentido haciendonos perder la persepctiva de lo que verdaderamente cuenta.
Como para vivir, por ello, me preocupo de tener una alimentacion sana pero no estoy permanentemente mirando la cantidad de calorias o de grasas.
Creo que es un excelente post, donde no solo muestras una enfermedad sino que tambien analizas sus causas sociales.
Es hora de que todos seamos mas conscientes y nos preocupemos mas por nuestra verdadera felicidad!!!
Anónimo dice
Creo que todos los extremos son malos. Tanto de un lado como del otro. Desafortunadamente nosotros tendemos casi siempre a irnos a los extremos y vemos personas obesas y otras anoréxicas.
Aún así, creo que hay gente que está tomando conciencia sobre el tema de la alimentación, personas que hacen ejercicios y cuidan su dieta sin exagerar.