
Hay una parábola popular que afirma que si ponemos a una rana en una cazuela de agua hirviendo, esta saltará y escapará pues percibe inmediatamente la amenaza. Sin embargo, si la colocamos en una cazuela de agua fría y aumentamos lentamente la temperatura, esta no escapará, con las consecuencias nefastas que esto acarrea. En fin, terminaríamos con una rana hervida en la cazuela, algo que, además de no ser agradable de ver, tampoco es una perspectiva del todo interesante para la rana.
Hay quienes afirman que estos experimentos se llevaron a cabo realmente, allá por el siglo XIX, y que demostraron que esta historia tiene un basamento real. Hoy no estamos tan seguros de que sea cierta y tampoco pretendo comprobar su veracidad pero la historia en sí es interesante porque nos da pie para reflexionar sobre cómo enfrentamos los cambios cuando estos ocurren de manera paulatina.
De hecho, puede ser que en algún momento de tu vida te hayas encontrado haciendo cosas que antes pensabas que eran imposibles pues no responden a tu sistema de valores. En estos casos, puede haber pasado dos cosas: 1. Te has visto en una situación excepcional y has tenido que asumir un comportamiento excepcional o, 2. Has cambiado de manera tan paulatina que ni siquiera te has dado cuenta.
Hoy cedes un poco, mañana cedes otro poco más y así vas moviendo los listones mentales que habías colocado. Obviamente, esto no siempre es malo, de hecho, es una excelente estrategia para lograr un cambio pues hace que el proceso sea menos traumático pero es importante que nos mantengamos atentos, sobre todo si es otro quien controla la temperatura del agua porque podría írsele la mano y, cuando nos demos cuenta, sería demasiado tarde).
¿Cómo evitar convertirnos en una rana hervida?
1. Mira atrás cada cierto tiempo
No está mal volver la mirada atrás de vez en cuando para comprender cómo éramos y cómo somos ahora. Este ejercicio de introspección es muy beneficioso porque no solo será una señal de alerta que nos indicará la temperatura del agua sino que también nos permitirá saber en qué punto del camino estamos precisamente, cuánto hemos recorrido y cuánto nos falta por recorrer.
3. ¿Te gustas?
No es una pregunta retórica, cuando mires atrás en el tiempo, pregúntate si te gusta ese nuevo “yo”. ¿Te has convertido en una persona más segura de sí y feliz o, al contrario, eres más insegura e infeliz que antes? Si no te gusta lo que ves, quizás ha llegado el momento de reconsiderar cómo has llegado hasta allí y qué hacer para que el camino no siga cuesta abajo.
3. ¿Qué control ejerces sobre tu vida?
No es una pregunta banal porque las personas que a menudo se ven envueltas en situaciones como la que le ocurrió a la rana, no se dan cuenta de que van perdiendo paulatinamente el control sobre sus vidas. Es usual que otra persona, que puede ser la pareja, un progenitor o incluso un jefe, tome el control. Por tanto, valora las últimas decisiones importantes que has tomado en tu vida y piensa cuánto han podido incidir en ellas las personas que te rodean. Recuerda que una cosa es tener en cuenta sus opiniones y necesidades y otra totalmente diferente es supeditarse a sus deseos obviando nuestras propias necesidades.
Libra 1965 dice
Hola Jennifer, encantada como siempre que leo tus artículos. Éste en concreto, me hace reflexionar… en estos momentos, me siento como la rana, poco a poco, me están calentando el agua. Me temo que me estoy dejando llevar, y debo tomar las riendas de mi vida. Gracias por todo lo que me aportas, que es mucho. De hecho, guardo tus artículos, como un tesoro, y los leo tantas veces como sea necesario. Te expresas tan sencilla y eficazmente, que me resulta muy fácil tu lectura. Creo que estás haciendo una gran labor social. Me uno a todos los que te elogian con sus comentarios. Un abrazo.
Jennifer D. dice
Gracias a ti por leerme y seguirme. Me alegra saber que puedo ayudar a las personas, aunque sea en la distancia y poniendo tan solo un granito de arena.
Te doy un pequeño consejo: valora bien la situación en la que te encuentras pero pero casi siempre, mientras antes decidas cortar, mejor será porque saldrás menos herida y más rápido te podrás recuperar.
Terro Demions dice
Realmente realizar una introspección es necesaria en algun tiempo de nuestra vida, pues nuestro ser interno va evolucionando a medida de cada nueva experiencia, hasta tal grado de un dia ya no reconocernos, por eso es importante deternos y analizar todo lo que hemos hecho hasta ahora, y como manejaremos nuestro comportamiento o evolucion presente y canalizarlo para tener un mejor futuro
Jennifer D. dice
En efecto, mirar atrás para analizar dónde estamos es esencial para poder determinar conscientemente hacia dónde nos dirigimos.