Probablemente nunca hayas escuchado la palabra paruresis pero quizás en algún momento has sido víctima de este problema, más conocido popularmente como el síndrome de la vejiga tímida o como retención urinaria psicogénica, en los círculos científicos . Si bien las estadísticas no son del todo certeras ya que no todas las personas que lo sufren acuden al especialista, se estima que en los EUA uno cada diez hombres padece de paruresis. Recientemente la Asociación Internacional de Pauresis brindó algunas cifras aproximativas en las cuales alrededor del 7% de las personas a nivel mundial (aproximadamente 17 millones) sufriría este trastorno.
El término paruresis fue acuñado en la década del ’50 por Williams y Degenhart cuando a partir de una encuesta realizada a un total de 1 419 estudiantes descubrieron que el 14.4% de ellos había experimentado dificultades al orinar de forma puntual o continua.
¿En qué consiste la paruresis?
Es un tipo de fobia social (si bien debe puntualizarse que esta categoría no es aceptada por todos los especialistas) donde la persona es incapaz de orinar si siente que está siendo observada por otros, ya sea real o no y aunque también afecta a las féminas, es mucho más común entre los hombres. Vale aclarar que si bien es “normal” presentar episodios aislados de ansiedad al orinar cuando otras personas están mirando, la paruresis va más allá de una simple vergüenza o embarazo para convertirse en un verdadero miedo a la exposición llegando en ocasiones a convertirse en una obsesión que les permite orinar solamente en su hogar, y a veces solo a través del uso de un catéter.
La forma más común de lidiar con la paruresis es evitar los baños públicos, retener la orina o no ingerir líquidos cuando no se puede acceder al baño propio. No obstante, en los casos más severos las personas se niegan a moverse más allá de las cercanías de su hogar e incluso rechazan el contacto íntimo o las relaciones de pareja pues la sola idea de que alguien los escuche les resulta insoportable.
Normalmente este trastorno inicia en la adolescencia pero también puede hacer su aparición en cualquier edad. Algunos especialistas abogan por la existencia de un trauma relacionado o acaecido en los baños públicos, de forma que la próxima vez que la persona va al baño, anticipa o revive la experiencia negativa y confronta la dificultad para relajarse y poder orinar. Esta incapacidad para orinar va generando cierto grado de tensión que a la larga crea un círculo vicioso del cual es difícil salir.
No obstante, lo cierto es que la causa de la pauresis continua siendo un misterio; si bien existen algunas evidencias de que el trastorno podría ser hereditario.
Algunos especialistas han llegado a asilar ciertas características de personalidad como: la no asertividad, la elevada sensibilidad ante la opinión de los otros y la sensación de ser inadecuados.
¿Cuáles son los síntomas de la paruresis?
En los casos más graves de paruresis las personas sufren una gran ansiedad, palpitaciones cardiacas, sudoraciones, temblores, mareos e incluso desmayos. Como síntomas secundarios pueden citarse la vergüenza, la humillación, el aislamiento y la depresión.
¿Cómo se trata la paruresis?
Inicialmente las personas que sufren de paruresis visitan al urólogo en la búsqueda de algún problema fisiológico pero posteriormente deben someterse a tratamiento psicológico. Como es de suponer, dentro de las terapias psicológicas para tratar la paruresis la exposición gradual es aquella que ofrece mejores resultados, como en la mayoría de las fobias. En otras palabras, se entrena a la persona para que sea capaz de exponerse gradualmente a los baños públicos controlando su ansiedad hasta que pueda manejarla del todo.
No obstante, también se utiliza la terapia medicamentosa y la hipnosis; si bien debido a las pocas investigaciones existentes sobre esta patología, no puede hablarse de un tratamiento más eficiente en comparación con los otros.
Fuente:
Kessler, R.C.; Stein, M.B. & Berglund, P. (1998) Social phobia subtypes in the national comorbidity survey. American Journal of Psychiatry; 155: 613-619.
Anónimo dice
Muy interesante.
Tambien yo padezco de cierto temor a orinar frente a las otras personas, pero puedo controlarlo y con un poco de esfuerzo paso cada prueba pero imagino que dificil debe ser para las personas que sufren esta enfermedad.
jefferson cueva dice
yo tambn sufro de esto hace apenas unos 3 meses y nunca me habia pasadoe sto pero ahora k ya tengo informacion de este tema lo voy a intentar a ir en baño publicos