La experiencia de estar fuera del cuerpo antiguamente se atribuía a causas mágicas o diabólicas, en la actualidad está más relacionada con algunos estados zen o con los mal llamados fenómenos «paranormales» sin embargo, actualmente esta experiencia se ha reproducido por vez primera a nivel de laboratorio en la Universidad de Londres.
La experiencia de estar fuera del cuerpo se verifica cuando la persona, en estado de vigilia, puede ver su propio cuerpo desde una perspectiva externa a sí mismo; tal como vería el cuerpo de otra persona situada frente a él. Este fenómeno tiene lugar cuando el cerebro se encuentra comprometido con un ictus (evento neurológico agudo), un ataque epiléptico o debido al abuso de sustancias pero también se han reportado algunos casos como consecuencia de violentos traumas craneales y en los tan conocidos estados cercanos a la muerte.
Se estima que alrededor de un 1% de la población ha experimentado este estado al menos una vez en sus vidas.
La ilusión en sí ha sido inducida brindándole a los participantes del estudio un casco provisto de dos display, uno para cada ojo, en los cuales era proyectada la escena que dos cámaras estaban grabando en tiempo real a espalda de la persona. Las imágenes grabadas por la videocámara izquierda proyectaba al display ubicado en el ojo izquierdo y la videocámara derecha proyectaba al ojo derecho.
El resultado de esta poryección fue que las personas podían ver una imagen estereoscópica en 3D de sí mismo desde la perspectiva de alguien que estuviese sentado detrás de ellos. Pero lo más curioso es que cuando le preguntaron: «¿Dónde están?» Todos respondieron: «Estoy sentado detrás de mi».
Posteriormente los investigadores se ubicaron detrás de los participantes y con dos varillas de plástico simularon tocar el pecho de la imagen corpórea ilusoria de manera que la persona pudiera verlo a través de la video cámara y tocaron el pecho real pero sin que la varilla fuera vista.
La totalidad de los participantes reportaron haber tenido la experiencia de estar sentados detrás de sí mismo y de haber sentido el toque en el pecho ilusorio.
Este experimento revela que la perspectiva visual en primera persona es muy importante para conformar la experiencia corporal del sí mismo pues en la mayoría de las ocasiones nosotros sentimos que nuestro yo se encuentra allí donde estén nuestros ojos.
No obstante, surge una duda: ¿cómo el cerebro de las personas no videntes logra reestructurarse? Probablemente porque el sentido esencial para determinar su yo no es la vista sino la percepción del movimiento en el espacio.
En fin, que las mal denominadas experiencias paranormales van mostrando poco a poco sus explicaciones más científicas.
Fuente:
Ehrsson, H. (2007, Agosto) Out of body experiences at UCL. En: https://www.ucl.ac.uk/news/news-articles/0708/07082305
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