¿Alguna vez te has sentido regenerado después de un paseo por el bosque? ¿O quizá un baño aromático con aceites esenciales te ha relajado más que una sesión de terapia? La naturaleza tiene un enorme poder curativo. Las plantas, en especial, pueden mejorar tu salud mental y equilibrio emocional de forma sorprendente.
Ya sea dando un paseo entre árboles, cuidando un pequeño jardín o usando unas gotas de aceites esenciales, existen diferentes maneras de aprovechar el influjo benéfico de las plantas para mejorar tu estado de ánimo, aliviar el estrés y generar una sensación de bienestar que te ayude a lidiar con el día a día.
El potencial equilibrador del verde
La mera presencia de flores y plantas tiene efectos positivos en la salud mental. Pasar tiempo en entornos naturales reduce el estrés y la ansiedad ya que la conexión con la naturaleza promueve sentimientos de calma, bienestar y plenitud.
Tras analizar a casi 20.000 personas, investigadores de la Universidad de Exeter descubrieron que quienes pasaban dos horas a la semana en espacios verdes, ya fueran parques u otros entornos naturales, tenían más probabilidades de reportar buena salud y bienestar emocional, en comparación con quienes no lo hacían.
Las plantas son un antídoto natural contra el estrés porque pueden reducir la presión arterial, los niveles de hormonas como el cortisol y la excitación del sistema nervioso. En la década de 1970, los psicólogos Rachel y Stephen Kaplan propusieron su “teoría de la restauración de la atención” en la que sostenían que parte del poder relajante y regenerador de la naturaleza proviene de que nos permite expandir nuestra atención sin necesidad de forzar nuestra mente.
Las ciudades bulliciosas, el trabajo y el resto de los entornos estresantes en los que nos movemos a diario requieren una gran dosis de atención y esfuerzo, un estado de tensión continua que acaba pasándonos factura, tanto a nivel psicológico como físico. En cambio, en los entornos naturales podemos desconectar y relajarnos.
El poder regenerador y calmante del verde sobre nuestro sistema nervioso incluso es eficaz para abordar diferentes trastornos psicológicos. Un estudio realizado en la Universidad de California comprobó que estar en contacto con la naturaleza haciendo jardinería reduce los sentimientos de aislamiento y soledad mientras promueve la calma y mejora el estado de ánimo.
De hecho, cuidar las plantas también es muy beneficioso. Una investigación de la Universidad de Bristol comprobó que en la tierra existe una bacteria no patógena llamada Mycobacterium vaccae, que tiene el mismo efecto que los antidepresivos ya que aumenta el nivel de serotonina en el cerebro y nos ayuda a reaccionar mejor ante el estrés. El propio olor de las flores y la tierra tiene un efecto relajante que promueve el bienestar.
Aromas y aceites naturales, otra forma de aprovechar el poder curativo de la naturaleza
¿Sabías que los olores activan casi instantáneamente las emociones? Nuestro bulbo olfatorio tiene conexiones directas con el sistema límbico y la amígdala, áreas cerebrales vinculadas con el procesamiento y la regulación de los estados emocionales. Esa es la razón por la que los olores que conoces bien evocan instantáneamente emociones tan intensas.
Al mismo tiempo, esa conexión confiere a los aromas de las plantas – y los aceites naturales en particular – un poder equilibrante. Por ejemplo, se ha demostrado que el olor de la lavanda es tan eficaz como el Valium para aliviar los síntomas de los trastornos de ansiedad. La clave radica en el linalool, un compuesto químico que se encuentra en la lavanda y genera esa sensación de relajación.
Los aceites naturales derivados del cáñamo también pueden aliviar la ansiedad y el insomnio potenciando una sensación de calma. De hecho, una investigación llevada a cabo en la Universidad de Toronto concluyó que tienen el “potencial para producir efectos similares a los ansiolíticos”. En otros experimentos también se han usado para reducir el nerviosismo en situaciones de la vida cotidiana, como cuando debes dar un discurso en público.
El CBD, su principal componente, como se explica en este artículo, actúa ampliamente sobre el sistema endocannabinoide del cuerpo, el cual influye sobre diferentes neurotransmisores que determinan nuestro estado de ánimo, como la serotonina y el GABA. Además, aumenta los niveles de anandamida, un compuesto en nuestro organismo cuyo nombre deriva de la palabra sánscrita ananda, que significa paz y felicidad interna, haciendo alusión al estado emocional que genera.
Pero las plantas, en especial sus aromas y aceites naturales, no solo fomentan un estado de relajación y calma. Investigadores de la Universidad Mohaghegh Ardabili constataron que el aceite esencial de menta potencia el rendimiento físico y mental. Su aroma fresco y vigorizante mejora la capacidad respiratoria y vigoriza los sentidos. También incrementa el nivel de alerta y la concentración, por lo que podría ser un excelente aliado cuando necesites concentrarte y mantenerte activo.
Por supuesto, las plantas no son mágicas, pero su influencia sobre el equilibrio emocional y la salud mental está respaldada tanto por milenios de tradición como por la ciencia. En un mundo que avanza a toda velocidad, nos recuerdan la importancia de frenar, respirar y reconectar con la naturaleza. Por tanto, la próxima vez que necesites un poco de calma o concentración, mira al verde. Quizá el “remedio” más antiguo y natural de todos sea suficiente para proteger tu bienestar.
Referencias Bibliográficas:
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