Pasamos una buena parte de nuestra vida planteándonos objetivos e intentando conseguirlos. Nuestro carácter propositivo nos permite lograr grandes metas pero también puede convertirse en un problema, sobre todo cuando no logramos los objetivos que nos habíamos propuesto. Desgraciadamente, plantearse objetivos y alcanzarlos es un verdadero arte. Afortunadamente, es un arte que puedes aprender.
¿Cómo plantearse objetivos adecuadamente?
1. Renunciar a un objetivo implica pagar un peaje físico y psicológico
Ante todo, debo advertiros algo: plantearse objetivos e intentar alcanzarlos es un asunto arriesgado. Cuando los contratiempos comienzan a acumularse y las dudas plantan bandera, sobreviene lo que en el ámbito de la Psicología se conoce como “crisis de acción”. Se trata de un punto crucial en el cual experimentamos un conflicto interno ya que una parte de nosotros quiere continuar esforzándose pero otra parte quiere abandonar.
Un estudio realizado en la Universidad de Zurich ha descubierto que antes de renunciar por completo al objetivo, lo más común es que los niveles de estrés aumenten y con ellos segregamos una mayor cantidad de cortisol. Si los niveles de esta hormona se mantienen elevados durante cierto tiempo, no solo pagaremos un precio en el ámbito emocional sino también físico ya que el cortisol se ha asociado con un aumento de la presión arterial y un debilitamiento del sistema inmune.
2. Especificar nos ayuda a alcanzar la meta
En ciertos momentos de la vida la flexibilidad es necesaria pero en otras ocasiones es mejor ser específicos y ceñirse al guión que teníamos programados. De hecho, un experimento muy interesante publicado en la Journal of Consumer Research nos demuestra el valor de trazarnos un plan de acción específico y mantenernos fieles a este, incluso si para lograrlo tenemos que adoptar posturas rígidas.
El problema radica en que las metas ambiguas y los planes demasiado flexibles para alcanzarla normalmente no conducen a ninguna parte, sino a la procrastinación. Al contrario, contar con una secuencia fija de pasos o tareas, nos ayuda a restringir las opciones de cara al futuro, lo cual nos ahorra mucho tiempo y nos evita un gran desgaste emocional y cognitivo.
3. La voz interior como herramienta
La voz interior es un arma de doble filo, puede ayudarnos a lograr nuestras metas o puede convertirse en un pesado fardo que nos retrase o nos impide realizar nuestros sueños. Sin embargo, si logramos controlar todas esas ideas negativas que a menudo nos asaltan cuando estamos en medio del camino, la voz interior se puede convertir en una herramienta particularmente potente para lograr nuestros objetivos.
Un estudio desarrollado en la Universidad de Toronto ha demostrado que decirse frases tan sencillas como “sigue adelante, puedes lograrlo”, mientras estamos ensimismados en una tarea, mejora nuestro desempeño y nos ayuda a alcanzar las metas que nos hemos propuesto. Además, también desvía el impulso a renunciar cuando el camino se hace cuesta arriba.
4. Compartir los objetivos con las personas
Una investigación realizada en la Dominican University of California ha demostrado que cuando las personas escriben sus objetivos y los comparten con amigos o familiares, aumenta en un 33% las probabilidades de que puedan alcanzar sus metas. Asombrosamente, las personas que se limitaban a plantearse objetivos y se los guardaban para sí, tenían tan solo un 50% de probabilidades de hacer realidad su sueño. Sin embargo, entre quienes hablaban de sus objetivos y pequeños logros, la posibilidad de éxito aumentaba en un 75%.
En realidad, no se trata de un descubrimiento tan asombroso ya que hablar sobre nuestras preocupaciones y metas no solo nos ayuda a liberar el estrés sino que también nos puede brindar nuevas perspectivas sobre el camino a seguir. Además, es probable que estas personas también se sintieran más apoyadas, lo cual actúa como un motor impulsor para continuar adelante.
5. El exceso de motivación es dañino
En el momento de plantearse un objetivo, es esencial que estemos motivados pero si la motivación es excesiva, puede socavar nuestras metas. De hecho, el exceso de motivación es casi tan negativo como su ausencia ya que promueve un estado de hiper excitación a nivel cerebral haciendo que nos inundemos, literalmente, de dopamina. Cuando esto sucede, no importa cuánto te esfuerces, te resultará difícil ser productivo y encontrar el camino adecuado. Como podrás suponer, la clave está en encontrar el punto justo entre la motivación y la desmotivación.
Fuentes:
Brandstätter, V. et. Al. (2013) The Struggle of Giving Up Personal Goals. Affective, Physiological, and Cognitive Consequences of an Action Crisis. Personality and Social Psychology Bulletin; 39(12): 1668-1682.
Jin, l. et. Al. (2013) The Unexpected Positive Impact of Fixed Structures on Goal Completion. Journal of Consumer Research; 40(4): 711–725.
Tullett, A. M. & Inzlicht, M. (2010) The voice of self-control: blocking the inner voice increases impulsive responding. Acta Psychologica; 135(2):252-256.
Matthews, G. (s/f) Study backs up strategies for achieves goals. En: Dominican University of California.
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