Si rememoras algún filme de acción o de terror, seguramente te percatarás que en alguna que otra escena, los protagonistas se pierden y comienzan a caminar en círculos. No se trata de una invención del guionista ni de un mito popular, es cierto que cuando nos sentimos desorientados tendemos a caminar en círculos. ¿Por qué?
Para explicar este fenómeno se postularon numerosas teorías, algunas de ellas realmente curiosas. Una de las hipótesis incluso indicaba que caminamos en círculos porque tenemos una pierna ligeramente más pequeña que otra, de esta forma, tendríamos una predisposición natural a seguir el mismo trazado que hace un compás. El problema de esta hipótesis, que incluso fue comprobada a nivel de laboratorio, es que las personas varían la dirección del círculo y esta no guarda ninguna relación con la longitud de sus piernas.
Ahora un equipo de psicólogos franceses han intentado desvelar el misterio. Para ello alquilaron una propiedad en un bosque, reclutaron a un grupo de personas y les vendaron los ojos. De esta forma se aseguraban de que no tenían una buena orientación espacial. A la misma vez, los investigadores usaron la electromiografía para monitorizar la actividad muscular de los participantes mientras estos caminaban.
A los participantes se les dijo que su objetivo era caminar en línea recta. Cada persona realizó seis intentos y los resultados fueron asombrosos: la mayoría de las veces la trayectoria se desvirtuaba en una dirección u otra. La mitad se desvió a la izquierda y el 39% de las veces a la derecha. Solo un 11% de las veces las personas pudieron seguir una trayectoria lineal. El 40% de las personas siempre se desviaba en la misma dirección pero el resto no mostraba una preferencia, se descarriaban lo mismo a la derecha que a la izquierda.
Los investigadores piensan que la clave puede estar en el centro de presión, un aspecto esencial que influye en el equilibrio postural. En el experimento se apreció una correlación entre el centro de presión y la capacidad de caminar siguiendo una línea recta imaginaria.
En otras palabras, las personas que tienden a caminar en círculos presentarían ligeras irregularidades en el sistema vestibular, situado en el oído interno. De esta forma, tienen una tendencia a desorientarse con más facilidad cuando desaparecen los puntos de referencia visuales y así, comienzan a caminar en círculos cuando piensan que lo están haciendo en línea recta.
De esta investigación también emergió un dato curioso que nos ayudaría a evitar los círculos: cuando se apresura el paso, se tiene la tendencia a caminar en línea recta.
Fuente:
Bestaven, E.; Guillaud, E. & Cazalets, J. R. (2012) Is “Circling” Behavior in Humans Related to Postural Asymmetry? PLoS ONE.
luisa dice
muy bueno ahora se porque me paro desorientando