Es probable que en más de una ocasión hayas visto esta imagen: el niño pequeño está concentrado en una tarea complicada y, sin darse cuenta, saca ligeramente la lengua. ¿Por qué? ¿Tiene este gesto automático alguna función? ¿Les ayuda a concentrarse mejor?
Un estudio realizado en la Universidad de Westminster nos brinda nuevas pistas. Estos psicólogos se han dedicado a analizar los comportamientos de los niños de 4 años de edad y han notado que sacar la lengua es mucho más que un simple gesto simpático.
Sacar la lengua no es un mero gesto de concentración
Estos investigadores grabaron a 14 niños de 4 años, mientras realizaban diferentes tareas en su hogar. Las tareas estaban diseñadas para poner a prueba diferentes habilidades. Por ejemplo, para comprobar la motricidad fina se les pedía que jugasen con muñecos en miniatura o que abriesen pequeños candados con una llave. Para evaluar las habilidades motoras gruesas, se les involucraba en un juego en el que debían llamar y tocar a una puerta. Finalmente, también había actividades que no involucraban el control motor, como tener que recordar una historia.
Los psicólogos analizaron los vídeos para ver en qué tipo de actividades los niños solían sacar la lengua. También se fijaron hacia qué lado solían moverla, a la derecha o la izquierda de la boca.
En primer lugar, notaron que todos los niños sacaban la lengua durante las tareas, lo cual confirma investigaciones pasadas que indican que se trata de una conducta común que se mantiene hasta aproximadamente los 8 años de edad. Sin embargo, este gesto era más común en algunas tareas, sobre todo en las que implicaban un control motor grueso.
Este descubrimiento fue sorprendente ya que los psicólogos pensaban que ese gesto sería más habitual en las tareas de control fino ya que estas eran más complicadas y demandaban un mayor grado de concentración. Entonces, si sacar la lengua no propicia la concentración, ¿cuál es su función?
Un movimiento reflejo del lenguaje
Los psicólogos han encontrado una explicación alternativa, basada en la evolución del lenguaje a lo largo de la historia humana. Según estos investigadores, el juego de llamar y tocar a la puerta implica una toma de decisiones rápida, realizar gestos manuales y seguir reglas estructuradas; tres elementos que se encuentran en la base del sistema de comunicación y que representan los rudimentos del lenguaje.
Por tanto, sacar la lengua no sería más que un acto reflejo, que se activa a la par de las zonas vinculadas con el lenguaje.
Esta hipótesis se confirma con el hecho de que los niños casi siempre sacaban la lengua hacia la derecha, sugiriendo que había un control predominante del hemisferio izquierdo, que es el dominante en las personas diestras y que está íntimamente vinculado con el lenguaje.
De hecho, estudios realizados con neuroimagen indican que existe un vínculo muy estrecho entre las regiones cerebrales relacionadas con la producción del lenguaje y las áreas que controlan los movimientos de las manos y los brazos. Se ha apreciado que el área de Broca no solo se activa cuando hablamos o pensamos sino también cuando realizamos movimientos de imitación con las manos.
No es extraño que exista tal conexión ya que los gestos y los movimientos son una parte importante de la comunicación y los utilizamos continuamente para reforzar nuestro mensaje, así como para decodificar las intenciones de los demás.
Por tanto, las actividades que se acompañan de discursos internos o que activan los gestos vinculados al lenguaje, también provocan un movimiento simultáneo y espontáneo de la lengua, aunque cuando crecemos, aprendemos a controlar ese movimiento.
Fuente:
Forrester, G., & Rodriguez, A. (2015) Slip of the tongue: Implications for evolution and language development. Cognition; 141: 103-111.
Antonio Adán Casillas dice
Por ejemplo michael Jordán tambien lo hacia y muchos mas deportistas al realizar un gran esfuerzo físico que requiere exactitud y gran concentración