Aparece un buen día. De la nada. De repente te comienza a temblar el párpado. Es como un pequeño tic nervioso en el ojo, que puede durar apenas unos segundos o prolongarse durante varios minutos.
Generalmente solo lo percibes tú, los demás no lo notan ya que el ojo no se cierra mucho más que durante un parpadeo normal. Sin embargo, es una sensación muy incómoda y extraña que generalmente activa todas tus alarmas internas.
¿Qué es la mioquimia palpebral?
La mioquimia palpebral es el nombre que se le da a esos pequeños espasmos o contracciones musculares involuntarias que se producen de manera rápida y rítmica en los párpados. Es más común en los párpados inferiores, aunque también puede aparecer en los superiores, pero generalmente solo en uno.
La “culpa” es de los músculos orbiculares, que son los responsables de que puedas abrir y cerrar los párpados. Cuando sufren espasmos involuntarios, provocan esas molestas contracciones en el párpado superior o inferior. Casi siempre se producen episodios de espasmo palpebral durante varios días – no necesariamente seguidos – aunque a veces pueden prolongarse durante algunas semanas, para luego desaparecer.
¿Por qué me tiembla el párpado?
Las causas más frecuentes de la mioquinia palpebral son el estrés, la fatiga y el cansancio. La falta de sueño o el consumo excesivo de cafeína, bebidas energéticas o alcohol también podrían encontrarse en su base.
De hecho, este problema también se conoce como la “enfermedad de los estudiantes de Medicina” debido a la frecuencia con la que afecta a esta población, sobre todo durante los periodos de más estrés en la carrera.
En este sentido, un estudio realizado en la Universidad de Tuzla reveló que el riesgo de sufrir espasmo palpebral aumenta conforme se avanza en la carrera: el 28% de los estudiantes de tercer año lo padecían, el 50% de los de cuarto y al llegar al quinto año, al 75% de los alumnos les temblaba un párpado.
Estar estresado o sufrir ansiedad suele hacer que los músculos faciales se tensen. Cuando los músculos y nervios alrededor de tus ojos están demasiado tensos y no les das un respiro, el ojo se somete a una sobreestimulación, lo cual provoca esas contracciones y espasmos.
Otras causas de la mioquimia palpebral
También se ha apreciado que es un problema más común en mujeres y afecta más a quienes viven en climas fríos. Además, algunos medicamentos, como el topiramato, la clozapina, las sales de oro o la flunarizina pueden desencadenar mioquimia palpebral, así como una deficiencia nutricional.
Esforzar demasiado la vista también podría provocar ese temblor en el párpado. El uso prolongado del ordenador o los dispositivos móviles puede provocar fatiga visual porque los músculos oculares trabajan más cuando enfocan objetos cercanos, por lo que mirar las pantallas durante períodos prolongados puede causar fatiga y tensión en los ojos que terminen desencadenando esos espasmos.
La buena noticia es que una revisión retrospectiva de historias clínicas realizada en el Montefiore Medical Center de pacientes con mioquimia aislada del párpado a los que dieron seguimiento durante al menos un año comprobó que, excepto en un caso, se trataba de una afección benigna que suele remitir.
No obstante, es importante que seas consciente que en ocasiones ese temblor en el párpado puede ser el primer signo de problemas neurológicos más graves, como el blefaroespasmo. En ese casono se trata de pequeños temblores sino de espasmos más enérgicos que pueden hacer que cierres por completo los párpados o te dificulte mantener los ojos abiertos.
Suele ser un signo de alarma que los espasmos se produzcan en ambos ojos, se extiendan a otras zonas de la cara o se vayan agravando con el tiempo ya que la mioquinia palpebral suele desaparecer sola. Por tanto, ante las dudas, siempre es mejor consultar a un oftalmólogo.
¿Cuál es el tratamiento del espasmo palpebral?
Como regla general, a los pacientes que sufren mioquimia palpebral aislada se les recomienda descansar y eliminar los factores de riesgo, como el consumo de alcohol, la ingesta de cafeína y el estrés.
En los casos de mioquimia persistente; o sea, si dura más de tres meses, puede ser necesario intervenir. Las inyecciones de toxina botulínica son el tratamiento de primera línea y tienen una alta tasa de éxito.
En los casos crónicos se valora un tratamiento más complejo con suplementos de calcio, ácido fólico, fósforo, potasio y multivitaminas por si existe una deficiencia en la base que esté provocando esos espasmos musculares.
Referencias Bibliográficas:
Hadžić, S. et. Al. (2016) The Prevalence of Eyelid Myokymia in Medical Students. British Journal of Medicine and Medical Research; 14(6): 1-6.
Banik, R. & Miller, N. R. (2004) Chronic myokymia limited to the eyelid is a benign condition. J Neuroophthalmol; 24(4): 290-292.
Miguel Fuentes Petrolanda dice
Me gustan mucho tus publicaciones
Jennifer Delgado dice
Hola Miguel,
Gracias por tu opinión, la valoro mucho.