Los problemas de sueño nos afectan a todos en algún momento de la vida. Las situaciones estresantes pueden ponerte contra las cuerdas y mantenerte en vela. Sin embargo, hay otras ocasiones en las puedes sentir que “mi mente no descansa al dormir”. En esos casos, es probable que logres cerrar los ojos y quedarte dormido, pero te sientes agotado cuando te levantas. También es probable que arrastres ese cansancio durante todo el día y te cueste mantenerte activo durante la jornada. ¿Qué ocurre?
No todo el sueño es reparador
Quizá no tienes dificultades para conciliar el sueño cuando pones la cabeza en la almohada, pero ese descanso no es reparador. O sea, tu cerebro no reposa todo lo que necesita, de manera que al día siguiente te cuesta levantarte y te sientes confuso e irritable.
De hecho, debes saber que durante el sueño el cerebro no se desconecta para recargar su batería, como se pensaba antiguamente. En realidad, algunas zonas cerebrales se mantienen muy activas porque tienen que:
- Deshacerse de las sustancias de deshecho del metabolismo diurno; o sea, hacer limpieza interna para eliminar las toxinas y repararse.
- Archivar las experiencias que has vivido durante el día y restarles impacto emocional, lo que te permite reforzar los recuerdos y lecciones aprendidas durante el día.
Sin embargo, solo las dos últimas etapas del sueño – el sueño profundo y el sueño REM (sueño con movimientos oculares rápidos) – se consideran reparadoras. Durante la fase de sueño profundo el cuerpo repara y regenera tejidos, construye huesos y músculos y fortalece el sistema inmunológico. La fase de sueño REM, en cambio, es esencial para el aprendizaje, la memoria y la cognición.
Si ese proceso se ve afectado, es normal que sientas que no has descansado cuando te levantes, simplemente porque no has tenido un sueño reparador. Obviamente, sentirse un poco cansado de vez en cuando es normal, pero si ocurre con regularidad, hasta el punto de afectar tu desempeño, necesitas buscarle solución porque no solo afectará tu memoria, concentración, atención, estado de ánimo y decisiones, sino que también puede desencadenar enfermedades crónicas, desde problemas cardiacos hasta diabetes, hipertensión e incluso demencia. Los investigadores también han constatado que la falta de sueño reparador afecta la calidad de vida.
¿Por qué mi mente no descansa cuando duermo las horas recomendadas?
La somnolencia diurna excesiva, un tipo de hipersomnia, es la sensación de estar especialmente cansado o somnoliento durante el día. Puede deberse a causas primarias, como la alteración del el ritmo sueño-vigilia que se produce en trastornos como la narcolepsia y la cataplejía.
No obstante, también puede deberse a factores secundarios, como determinadas enfermedades, trastornos psicológicos como la depresión, la ingesta o abstinencia de fármacos, así como el estrés crónico, las preocupaciones recurrentes o incluso los malos hábitos de sueño.
Es importante comprender que una mente acelerada no te dejará descansar. El descanso y el sueño no son lo mismo, aunque se parezcan. Si te vas a la cama lleno de ansiedad, preocupaciones o simplemente en un estado de excitación nerviosa, será difícil que tu cerebro logre entrar en “modo descanso”.
En práctica, esos contenidos se mantienen activos durante gran parte de la noche, impidiendo que algunas zonas de tu cerebro se “desconecten”. Incluso usar el teléfono antes de irte a la cama, jugar videojuegos o ver películas de acción puede ser perjudicial ya que genera un estado de excitación nerviosa considerable. Ese tipo de contenidos obliga a tu cerebro a mantenerse activo para absorber toda esa información sensorial, por lo que cuando pones la cabeza en la almohada, simplemente le cuesta desconectarse.
Debes tener en cuenta que el cerebro no tiene un interruptor de encendido y apagado, sino que el proceso de desconexión que propicia el descanso es gradual. De hecho, si tu cerebro funciona en un estado de estrés constante durante las horas de vigilia, es probable que esté perdiendo o haya perdido gran parte de las vías conectivas que le indican que debe bajar la marcha y desconectar. O sea, la respuesta de relajación – que es esencial para descansar por la noche – mengua.
Cuando duermo mi mente no descansa: ¿Cómo solucionarlo?
Si no se debe a una causa fisiológica, es fundamental que no te enfoques solamente en el momento de poner la cabeza en la almohada. Quizá debas volver la vista algunas horas atrás.
Recuerda que el descanso no es solo dejar de trabajar, sino también dejar de preocuparse. Es entrar en un “estado de ser”, abandonando la “necesidad de hacer”. Para descansar verdaderamente, todo tu «yo» (mente y cuerpo) debe encontrarse en un estado de relajación, que comienza por estar plenamente presente en el aquí y ahora – no dándole vueltas a los problemas del día o anticipándose a las dificultades de la jornada que vendrá.
Por tanto, necesitas desarrollar lo que se denomina “conciencia en reposo”; o sea, comprender que descansar no es simplemente dejar el cuerpo quieto, sino también calmar la mente. Estas técnicas para desconectar la mente antes de dormir te serán muy útiles.
Practicar la meditación mindfulness para combatir el insomnio y las preocupaciones también te ayudará. Esas estrategias te permitirán además desarrollar una actitud más equilibrada y serena en tu día a día, que se reflejará en un mejor descanso nocturno, como han comprobado las investigaciones.
Referencias Bibliográficas:
Chen, N. et. Al. (2020) Association between Non-Restorative Sleep and Quality of Life in Chinese Adolescents. Int. J. Environ. Res. Public Health; 17(19): 7249.
Rusch, H. L. et. Al. (2019) The effect of mindfulness meditation on sleep quality: a systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. Ann N Y Acad Sci; 1445(1):5-16.
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