Mantener la promesa hecha es una cualidad positiva que todos valoramos pero excederse en el momento de cumplirla puede ser una pérdida de tiempo, o al menos eso afirma una curiosa investigación realizada en la Universidad de California.
Básicamente, estos investigadores se inspiraron en las experiencias de las entregas de Amazon. Según los trabajadores, a pesar de que normalmente entregaban los productos antes de lo prometido, no percibían que las personas apreciasen este detalle de manera particular. Así, los psicólogos pusieron en marcha una serie de experimentos para ver cómo las personas reaccionaban ante las promesas rotas, las cumplidas o las que se cumplieron excediendo las expectativas.
En uno de los experimentos les pidieron a los participantes que completaran un rompecabezas. A su lado se encontraba una persona que les había prometido ayudarles, solo que en algunos casos lo hizo, en otros no y en otros dio una ayuda que podría considerarse excesiva.
¿Qué sucedió?
Los investigadores notaron que las personas se mostraban irritadas cuando alguien rompía la promesa pero, curiosamente, no había una diferencia sustancial cuando la persona cumplía la promesa o se excedía en la ayuda brindada. De hecho, a los psicólogos les asombró descubrir que dar más ayuda de la esperada tuviese un efecto tan mínimo en términos de gratitud y aprecio.
Estos investigadores llegaron a la conclusión de que, a nivel social, la acción que implica cumplir una promesa está sobrevalorada. ¿Por qué? Sencillamente porque al mantener una promesa no solo hacemos algo bueno por alguien sino que también cumplimos una especie de contrato social implícito y demostramos que somos dignos de confianza.
¿Cuáles son las conclusiones para la vida diaria?
En primer lugar, que es importante mantener las promesas hechas, al menos si quieres seguir manteniendo una buena relación con esa persona. Mantener una promesa genera agradecimiento y confianza.
En segundo lugar, que no necesitas hacer un esfuerzo sobrehumano o dar mucho más de lo que has prometido porque ese «extra» no siempre es apreciado. Por tanto, si quieres sobrepasar las expectativas, hazlo motivado por la satisfacción propia pero no te enfades si la persona no muestra toda la gratitud que esperabas recibir.
¿Prefieres una sociedad justa o una sociedad generosa?
Los resultados de este estudio pueden resultar un poco extraños pero en realidad son el reflejo de una de las reglas implícitas de nuestra sociedad, lo cual se puede constatar en otro experimento igualmente interesante en el que los participantes se involucraron en un juego denominado “dictador”. En práctica, tenían el poder para castigar o premiar en función de los comportamientos de los demás en el juego.
Así, se pudo apreciar que los participantes castigaban a las personas por ser egoístas y las premiaban por ser justas y pero la generosidad pasaba más desapercibida. Y es que, al parecer, en nuestro sistema social el valor de la justicia está por encima de la generosidad. Por eso, reaccionamos de manera tan positiva cuando alguien cumple su promesa pero no nos exaltamos demasiado si va un paso más allá y se comporta de manera generosa.
Obviamente, esto no significa que ser generoso sea algo negativo, tan solo que en la jerarquía de valores sociales que muchos compartimos, le damos un mayor peso a la justicia, aunque ni siquiera seamos conscientes de ello.
Fuentes:
Gneezy, A. & Epley, N. (2014) Worth Keeping but Not Exceeding: Asymmetric Consequences of Breaking Versus Exceeding Promises. Social Psychological and Personality Science; 5(7): 7796-804
Rai, T. S. & Fiske, A. P. (2011) Moral psychology is relationship regulation: Moral motives for unity, hierarchy, equality, and proportionality. Psychological Review; 118(1): 57-75.
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