“Mentes Criminales” fue la serie que popularizó la Psicología Forense y visibilizó el trabajo de estos profesionales. Enfocada en el día a día de una unidad de Ciencias del Comportamiento, profundizaba en los perfiles psicológicos de los asesinos. Aunque no pudo escapar de los golpes de efecto que suelen acompañar a este tipo de producciones, lo cierto es que generó un interés por una de las ramas de la psicología menos conocidas, pero también más apasionantes e importantes para la sociedad.
¿Qué es la Psicología Forense?
La Psicología Forense es una especialidad de la psicología que aplica los conceptos, teorías, principios e investigaciones generales de esta disciplina al campo legal. Analiza el comportamiento y las motivaciones humanas en relación con la ley para aportar información valiosa en los procesos judiciales.
Los psicólogos forenses analizan el perfil de las personas involucradas, tanto los delincuentes como las víctimas, para extraer datos y elaborar peritajes psicológicos que ayuden a los jueces y tribunales a dictar las sentencias correspondientes. Por consiguiente, son un apoyo inestimable en el momento de administrar la justicia civil, penal o social.
¿Cómo estudiar Psicología Forense?
Si quieres ser psicólogo forense, tendrás que seguir un trayecto formativo específico. El primer paso consiste en cursar el Grado en Psicología. De hecho, en España esta titulación es un requisito imprescindible por ley para especializarse en la rama jurídica.
Cuando hayas terminado la carrera, tendrás que matricularte en un máster en Psicología Forense, como el que ofrece la Universidad Isabel I. Asegúrate de que se trate de un máster oficial y que te garantice las prácticas externas ya que así no solo obtendrás los conocimientos necesarios sino también las competencias para trabajar como psicólogo forense. Este programa, en particular, te capacita para asesorar y elaborar informes periciales psicológicos en cualquier ámbito jurisdiccional.
Por último, es conveniente que te acredites en el Colegio Oficial de Psicólogos (COP), que ha desarrollado un sistema de acreditaciones certificadas, entre las cuales se encuentra precisamente la Acreditación en Psicología Forense. En ese caso, tendrás que acreditar 500 horas teórico-prácticas en el ámbito de la Psicología Forense, con prácticas supervisadas de al menos 150 horas realizadas en instituciones reconocidas, universidades o colegios oficiales de psicología.
¿Qué hace un psicólogo forense en su día a día?
La jornada del psicólogo forense varía según el sitio donde trabaje y su especialización ya que a menudo se enfocan solo en los casos civiles, familiares o penales. No obstante, generalmente tienen que interactuar con los abogados, jueces, víctimas de delitos y los delincuentes.
A menos que se dediquen a la investigación o la enseñanza, estos profesionales suelen actuar como expertos técnicos que brindan asesorías en los casos que demandan un análisis psíquico más profundo. Por tanto, las funciones del psicólogo forense más comunes en su práctica son:
- Evaluar los problemas emocionales y los trastornos conductuales que puedan tener las personas implicadas en el caso mediante la realización de entrevistas, observaciones o la aplicación de test psicológicos.
- Redactar los informes y peritajes psicológicos sobre el estado mental y los posibles condicionantes y atenuantes sociales de las personas implicadas, con énfasis especial en los perfiles delictivos y la responsabilidad penal.
- Brindar testimonio como expertos en los juicios y tribunales en base a su formación académica y conocimiento de primera mano del caso. Los psicólogos forenses testifican y realizan recomendaciones sobre el tratamiento más adecuado o el riesgo futuro de comportamiento delictivo, por lo que su opinión es muy valorada en la sentencia.
- Asesorar a las víctimas de delitos para ayudarlas a superar la experiencia traumática. El psicólogo forense no solo evalúa el daño psicológico y las secuelas emocionales que suelen sufrir estas personas, sino que también orienta a los otros letrados, jueces o fiscales que trabajan con ellas para minimizar la victimización secundaria que se suele producir durante el paso por el sistema judicial.
- Brindar terapia forense para evitar la reincidencia. Este profesional también trabaja con los infractores y sus familias para comprender los motivos de su comportamiento, ayudarles a asumir la responsabilidad por las consecuencias de sus acciones y evitar que vuelvan a cometerlas.De hecho, a menudo también participan en la elaboración de programas sociales dirigidos a prevenir la delincuencia.
Por otra parte, el psicólogo forense es una pieza clave para aclarar la veracidad de los hechos y la credibilidad de los testimonios. Esa labor es particularmente importante si tenemos en cuenta que la mitad de las personas recuerdan hechos que nunca sucedieron. Investigadores de la Universidad de California comprobaron que es relativamente fácil implantar memorias falsas a entre un 20 y un 40% de las personas.
Tan importante como analizar el perfil psicológico del delincuente es asegurarse de que los testimonios no estén influidos por terceros o no se deban a errores de interpretación o a falsas memorias. Por ese motivo, puede afirmarse que la Psicología Forense persigue la humanización de la ley en el marco de lo que se denomina una justicia terapéutica.
Más allá de analizar las mentes criminales: Los ámbitos de actuación del psicólogo forense
Los campos de aplicación de laPsicología Forense son bastante amplios, extendiéndose prácticamente a todas las áreas del Derecho en las que sean necesarios los conocimientos psicológicos y la opinión de un experto en la mente y el comportamiento humanos. Desde la Universidad Isabel I señalan las principales áreas en las que se desenvuelven estos profesionales:
- Derecho penal. El psicólogo forenseevalúa posibles trastornos psicopatológicos en el agresor y valora el impacto psíquico en la víctima. También analiza la peligrosidad y la posibilidad de reincidencia para que los jueces puedan llegar a un veredicto justo.
- Derecho civil. El psicólogo forense contribuye a velar por los derechos y deberes de las personas con el resto de la sociedad, por lo que evalúa suestado mental y aporta la información necesaria para realizar valoraciones en personas con discapacidad o en casos que puedan requerir internamiento.
- Derecho laboral. En esta área, la psicología forense determina si una persona reúne las capacidades mentales para poder trabajar, por lo que contribuye a determinar los casos de invalidez, incapacidad o incluso los intentos de estafa. También puede intervenir en los casos de mobbing o acoso sexual en el trabajo.
- Derecho familiar. Los psicólogos forenses evalúan la capacidad de los progenitores para satisfacer las necesidades de sus hijos y garantizarles un correcto desarrollo psicosocial. De hecho, son esenciales en los casos de custodias, así como en la aprobación de adopciones.
- Derechos de los menores. La valoración psicológica de los pequeños también corresponde al campo de la Psicología Forense, en especial cuando sufren acoso escolar, maltrato infantil u otras situaciones que afecten su bienestar y demanden la realización de informes periciales.
En los últimos años ha aumentado la demanda de psicólogos forenses, en gran parte debido a que existe una mayor conciencia social sobre la importancia de prevenir situaciones como la violencia interpersonal y de género, pero también por la necesidad de poner en marcha programas para reducir la delincuencia o los problemas derivados de las adicciones.
Por tanto, se trata de una especialización que, aunque es relativamente joven, está ganando auge y prestigio. No obstante, es fundamental contar con una formación teórica, técnica y procedimental avanzada, como la que ofrece el máster en Psicología Forense, para poder realizar informes periciales psicológicos objetivos y asesorar correctamente a abogados y jueces en el proceso de toma de decisiones.
Referencias Bibliográficas:
(2020) Acreditación nacional de psicólogo/a experto/a en psicología jurídica y/o psicología forense. En: COP.
Hyman, I. E. & Pentland, J. (1996) The role of mental imagery in the creation of false childhood memories. Journal of Memory and Language, 35: 101-117.
Loftus, E. F. (1993) The reality of repressed memories. American Psychologist; 48: 518-537.
Loftus, E. F. & Pickrell, J. E. (1995) The formation of false memories. Psychiatric Annals, 25: 720-725.
Deja una respuesta