Si sufres ansiedad, sabrás que esa sensación de aprensión y angustia constante no es meramente psicológica, también se expresa físicamente. La respiración entrecortada, las palpitaciones, la sudoración, las nauseas o los mareos son las señales que envía tu cuerpo para decirte que no estás a salvo. Al mismo tiempo, tu mente se acelera haciéndote pensar que estás en peligro.
La ansiedad es una experiencia muy física. Hay que conectar a tierra para calmar esa respuesta de lucha-huida, pero al mismo tiempo es necesario gestionar los pensamientos fuera de control y aprender a lidiar con las situaciones ansiógenas sin perder la calma. Como la mayoría de los trastornos psicológicos, la ansiedad es una condición compleja y multideterminada que demanda una intervención terapéutica integral.
No basta con cambiar los pensamientos o las conductas. Tampoco basta con aprender técnicas de relajación o de gestión del estrés, para curar la ansiedad se necesita un abordaje en 360 grados que ponga en el centro a la persona. Esa es precisamente la solución que propone la terapia integradora.
Integrar y personalizar, las claves de una terapia más holística
La palabra psicoterapia proviene de los vocablos griegos psyché, que significa espíritu, alma o ser, y theraputikos que se utilizaba para referirse a un asistente o persona que cuidaba, atendía y aliviaba a otra. Etimológicamente, la psicoterapia significa cuidar o asistir el espíritu o “ser”. Por tanto, debe ir mucho más allá del trastorno para prestar atención a la persona.
La terapia integradora propone exactamente eso: brindar un tratamiento a medida para cada persona, teniendo en cuenta su unicidad y no solo el trastorno psicológico que padece. En Parèntesi, un equipo de psicólogos Barcelona con experiencia en este tipo de terapia siguen una filosofía según la cual “el trabajo a realizar es independiente del diagnóstico”. Afirman que “el etiquetado de pacientes no es nuestro objetivo”, razón por la cual evitan elaborar diagnósticos en base a tests al inicio de la terapia, los cuales a menudo son limitantes.
“El análisis de la demanda de la primera sesión nos da información para empezar a intervenir desde el primer momento y los resultados suelen ser visibles desde las primeras sesiones” porque se enfocan en la persona, teniendo en cuenta tanto sus problemas como sus potencialidades, así como el entorno en el que se desenvuelve y, por supuesto, su historia vital.
El modelo de psicoterapia integradora se diferencia de las propuestas eclécticas en que no utiliza las técnicas psicológicas de manera aislada, sino que parte de una concepción holística del ser humano, la cual da sentido y coherencia a los elementos en su conjunto. La psicoterapia integradora recopila los métodos científicos y estrategias clínicas más eficaces de las diferentes escuelas de psicoterapia para crear un tratamiento verdaderamente hecho a medida para cada persona.
Esta perspectiva reconoce los límites de usar los enfoques psicoterapéuticos tradicionales de manera individual y amplía la manera en que los terapeutas conceptualizan y abordan los problemas de sus clientes. También admite que no existe una forma de psicoterapia adecuada para todos y que el psicólogo tiene que profundizar en las características únicas de la persona que tiene delante sin olvidar que forma parte de un contexto social más amplio.
La psicoterapia integradora brinda un doble beneficio: proporciona a los terapeutas más herramientas psicológicas y ofrece a las personas un tratamiento más personalizado que termina siendo más eficaz para resolver sus problemas, promover su bienestar y mejorar su calidad de vida en un sentido más amplio.
Un camino más esperanzador para las personas que sufren ansiedad
La psicoterapia integradora cohesiona lo mejor de varias escuelas psicológicas, por lo que no es extraño que sea un enfoque terapéutico eficaz para tratar la ansiedad. Un estudio realizado en la Universidad Alzahra, por ejemplo, comprobó que la psicoterapia integradora “fue más efectiva en el tratamiento de la ansiedad generalizada que la terapia cognitivo-conductual”, que solía ser el tratamiento que mejores resultados brindaba.
Otra investigación llevada a cabo en la Universidad Estatal de Pensilvania constató que la psicoterapia integrativa disminuyó significativamente la sintomatología del trastorno de ansiedad generalizada en el 76,5% de los participantes, manteniendo sus beneficios hasta 1 año después del tratamiento, unos efectos que superaron a otros enfoques psicoterapéuticos aplicados de manera individual.
Investigadores de la Universidad Iberoamericana también revelaron que la terapia integrativa multidimensional es beneficiosa para el 80,6% de las personas que sufren un trastorno obsesivo compulsivo, en comparación con la eficacia de apenas un 34,4% que alcanzó el tratamiento farmacológico, y es muy eficaz para abordar los ataques de pánico.
Desde Parèntesi Espais Psicoterapèutics explican que una de las claves de la eficacia de este tipo de tratamiento para la ansiedad consiste en la integración de las técnicas y métodos de la terapia Centrada en Soluciones y la terapia Breve Estratégica ya que son particularmente efectivas para desbloquear el síntoma causante de la ansiedad. Como resultado, estos psicólogos ven “la terapia como un camino que tiene que ser lo más breve posible, que se tiene que adaptar al cliente y no éste al modelo teórico, manteniendo la eficacia como principio rector”.
Si bien la terapia breve permite superar rápidamente un malestar bloqueante, existen herramientas de otras escuelas que pueden ser útiles en función de cada persona y objetivo terapéutico. Por ejemplo, la perspectiva sistémica, ya sea en la intervención individual, de pareja o familiar, es un factor potenciador relevante pues muchas veces el origen de la ansiedad está fuertemente influido por dinámicas familiares o de pareja. Además, promover un cambio positivo en el entorno próximo y lograr que este apoye a la persona hará que la solución sea perdurable.
La utilización de técnicas cognitivo-conductuales, mindfulness y otros métodos también aportan una estructura que puede resultar muy útil para algunas personas, aunque siempre conservando la perspectiva construccionista que permite tratar al paciente como un caso único.
Por otro lado, enfoques complementarios como la narrativa, humanista, existencialista e incluso algunas técnicas psicodinámicas pueden ser útiles profundizar e ir más allá de los síntomas superficiales y abordar las causas subyacentes o los patrones cognitivos y emocionales profundos que pueden estar perpetuando el cuadro de ansiedad.
A través de la psicoterapia integradora se desvelan los procesos que subyacen a la ansiedad, siempre teniendo en cuenta que cada persona es diferente y expresa su ansiedad de forma distinta. Así se va restando protagonismo a la ansiedad para que la persona retome el control de su vida y alcance un desarrollo holístico que le permita funcionar al máximo de su potencial dando voz a ese síntoma y convirtiéndolo en un aliado que nos ayuda a entendernos.
De la psicoterapia integradora a la visión integral del ser humano
Según nos cuentan desde Parèntesi, en su equipo cuentan con profesionales de otras disciplinas para expandir todavía más este enfoque holístico, siempre que la persona lo necesite o pueda beneficiarse de esa perspectiva más amplia.
De hecho, ¿sabías que tu alimentación puede influir de manera positiva o negativa a tus niveles de estrés? Lo que comes condiciona tu estado de ánimo más de lo que crees. Trabajando con un psiconeuroinmunólogo es posible establecer una dieta coayudante del proceso.
Por otra parte, también es posible trabajar con el cuerpo mediante la fisioterapia. Tanto el estrés como la ansiedad se reflejan en el cuerpo y pueden llegar a causar un gran malestar. Por esa razón, no es extraño que un estudio realizado en la Universidad de Washington comprobara que 12 semanas de fisioterapia pueden reducir en un 50% los síntomas de la ansiedad, una mejoría que puede mantenerse incluso meses después.
Abordar la ansiedad con todas las herramientas posibles y desde una perspectiva integradora te permitirá comprender mejor lo que te sucede para que puedas encontrar la calma y serenidad que necesitas.
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