La respuesta para la pregunta: ¿qué es la dislexia? no es del todo simple ya que en los Estados Unidos este término se refiere al trastorno del desarrollo de la lectura mientras que en la mayoría de los países europeos se utiliza para referirse a una gran variedad de trastornos de la lectura, que incluyen tanto los problemas del desarrollo como los adquiridos.
Lo cierto es que a muchos puede parecernos que aprender a leer y escribir es un proceso del todo natural pero algunos niños presentan dificultades en el aprendizaje que se traducen en un problema para adquirir estas habilidades. De hecho, la dislexia es el trastorno del aprendizaje más frecuente entre la población infantil; tanto es así que se estima que su incidencia alcanza entre el 5 y el 10%, aunque algunos estudios incluso refieren cifras del 17,5%.
Historia de la dislexia
La primera descripción clínica de la dislexia apareció en el año 1877 cuando Kussmaul publicó el caso de un paciente que perdió la facultad de leer, conservando intacto su Coeficiente de Inteligencia, la visión y el lenguaje. Entonces a la dislexia se le denominó “ceguera verbal” y realmente se correspondía con lo que hoy conocemos como alexia (una forma adquirida de trastorno de la lectura).
Más tarde, en el año 1896, Morgan describió la forma congénita de la dislexia; que entonces recibiese el nombre de “ceguera verbal congénita”. Se trataba del caso de un chico que a pesar de tener una buena inteligencia, presentaba una gran incapacidad para comprender el lenguaje escrito.
Más adelante en el tiempo, Hinshelwood, un cirujano, se interesó por los niños que no podían aprender a leer y entonces fue cuando se publicó el primer estudio con una serie de pacientes en la revista The Lancet. En esta publicación se propuso la distinción entre aquellos que presentaban un defecto puro y grave (denominado ceguera congénita para las palabras) y otros cuyo problema estaba relacionado con el retardo mental (llamado alexia congénita). Por último, el término “dislexia congénita” se reservó para aquellas personas que, aún teniendo una inteligencia normal, presentaban una baja capacidad lectora.
Como pudo apreciarse en la introducción, aún hoy continúa el debate sobre la dislexia en la comunidad científica; pasando a través del tiempo por las más diversas denominaciones. Así, no fue hasta el reciente 1975 que se propuso el término “dislexia del desarrollo”, comprendiéndola como: “Un trastorno que se manifiesta por la dificultad para el aprendizaje de la lectura a pesar de una educación convencional, una adecuada inteligencia y oportunidades socio-culturales. Depende fundamentalmente de alteraciones cognitivas cuyo origen frecuentemente es constitucional”.
En el Manual Diagnóstico de los Trastornos Mentales la dislexia se enmarcada dentro de los trastornos del aprendizaje con el nombre de trastorno de la lectura.
¿Cuáles son los síntomas de la dislexia?
Los principales síntomas de la dislexia o trastornos asociados, algunos de los cuales pueden reconocerse ya desde el jardín de la infancia o la etapa preescolar son:
1. Retraso en el habla.
2. Inmadurez fonológica.
3. Incapacidad de rimar una vez que el niño ha llegado a los 4 años de edad.
4. Alergias pronunciadas y graves reacciones a las enfermedades infantiles que se manifiestas de una manera más intensa que en la mayoría de los niños.
5. Imposibilidad de atarse los cordones de los zapatos.
6. Confundir derecha e izquierda, abajo y arriba, antes y después, atrás y adelante.
7. Falta de dominio manual (invertir tareas que se realizan con la mano derecha y la izquierda, entre una tarea y otra, o bien dentro de la misma).
8. Dificultad para realizar juegos sencillos que apunten a la conciencia fonológica.
9. Dificultad para aprender nombres de letras o sonidos del alfabeto.
10. Antecedente de dislexia o de trastorno por déficit de atención.
Más tarde, pueden presentarse errores en la lectura oral como pueden ser:
– Omisiones, sustituciones, distorsiones o adiciones de palabras o partes de las mismas.
– Lentitud.
– Falsos arranques, largas vacilaciones o pérdidas del sitio del texto.
– Inversiones de palabras en frases o de letras dentro de las palabras.
También pueden presentarse un déficit de la comprensión de la lectura, como por ejemplo:
– Incapacidad para recordar lo leído.
– Incapacidad de extraer conclusiones o inferencias de la lectura.
– Recurrir a los conocimientos generales, más que a la información obtenida de una lectura concreta, para contestar a preguntas sobre ella.
Además, los niños con dislexia suelen ser torpes, se caen con facilidad porque tienen poco equilibrio, saltan mal o incluso no pueden hacerlo. También presentan dificultad para realizar tareas cotidianas como vestirse, abotonarse, cortar, coger el lápiz, dibujar… Además, generalmente se evidencia una dispraxia constructiva y visuoespacial que se expresa en la dificultad para copiar figuras y la realización de dibujos faltos de perspectiva.
Debe conocerse que usualmente el niño con dislexia también presenta otros problemas como el trastorno de atención, dificultades visuoespaciales, signos neurológicos blandos y trastornos emocionales.
Causas de la dislexia
Con respecto a las causas de la dislexia aún hoy se debate sobe qué papel desempeñan los factores como la educación, la emocionalidad o la neurología. No obstante, se conoce que la dislexia es un trastorno hereditario ya que el 40% de los hermanos de niños disléxicos presentan en un grado mayor o menor la misma problemática. Entre los padres de niños disléxicos la prevalencia alcanza entre el 27 y el 49%.
No obstante, hay especialistas que abogan por una comprensión multicausal aduciendo que la base genética de la dislexia consistiría en la transmisión de un conjunto de rasgos cuantitativos que interactúan con el ambiente y sólo de esta forma generan las diferencias en las habilidades lectoras.
Bases neurológicas de la dislexia
Utilizando la información brindada por los estudios realizados con neuroimagen funcional se hipotetiza que en las personas con dislexia existe una dificultad en las conexiones funcionales entre el gyrus angulares del hemisferio izquierdo y áreas visuales asociativas de los lóbulos occipital y temporal.
En otras palabras, durante la lectura normalmente aumenta el flujo sanguíneo entre el gyrus angularis del hemisferio izquierdo y las áreas de asociación visual en los lóbulos occipitales y temporales, lo cual facilita la lectura y la comprensión de la misma. Al contrario, en las personas con dislexia el gyrus angularis izquierdo se muestra funcionalmente desconectado de estas regiones.
Tratamiento de la dislexia
El tratamiento de la dislexia variará según la teoría de base que presente cada profesional. Por ejemplo, aquellos que siguen el modelo fonológico aplican programas preventivos de intervención precoz dirigidos a que el niño adquiera una buena capacidad para la identificación de las palabras; para ello, es preciso que tenga un dominio fonológico que le permita detectar fonemas, pensar sobre ellos y utilizarlos para construir palabras.
Estos programas consisten esencialmente en dedicar 15 minutos diarios a juegos en los que se utilizan rimas, se propicia la capacidad de escucha, la identificación de frases y palabras, así como la manipulación de sílabas y fonemas.
Otra forma de tratamiento se focaliza en los mecanismos básicos de la lectura, ya sea enseñándole al niño a reconocer y transformar grafemas y morfemas ya sea a reconocer de manera global la palabra. De una forma u otra, debe conocerse que los tratamientos para la dislexia suelen ser intensivos y de larga duración, siendo esencial que se acceda a los mismos cuanto antes.
Fuentes:
López, C. (2007) Contribuciones de la neurociencia al diagnóstico y tratamiento educativo de la dislexia del desarrollo. Revista de Neurología; 44 (3): 173-180.
Artigas, J. (2000) Disfunción cognitiva en la dislexia. Revista de Neurología; 1: 115-124.
Anónimo dice
yo creo que tengo algunos sistemas de dislexia o eso dicen. tengo 16 años.
confundo letras sin darme cuenta como la p y t a d y t, me como letras cuando escribo y altero el orden la las silabas de una palabra.
me da miedo leer en publico porque normalmente confundo las palabras o las digo desordenadas.
nunca me había pasado esto, en verdad siempre he sido buena estudiante así que me preocupa porque se me agravia cuando estoy nerviosa y fallo en los exámenes por esto.
me podría aydar
Jennifer Delgado Suarez dice
Normalmente la dislexia se detecta en la niñez. Cuando sucede en la adultez, como tu caso, es porque existe algún problema neurológico de base por lo que te aconsejo que visites a un médico.
No obstante, si te sucede solamente cuando estás nerviosa, puede tratarse simplemente de la ansiedad que disminuye tu poder de concentración.
Anónimo dice
Tengo 68 años y sufro de dislexia desde que me acuerdo. No podía leer y me ponía nerviosa y era peor. El desinterés de mis padres que estaban separándose. Me afecto la escritura ya que confundo la P.con la T .Fui una nena superinteligente,hoy me considero menos que lo normal.
Jennifer Delgado Suarez dice
Hace años había muy poco conocimiento sobre la dislexia y otros problemas del aprendizaje. Afortunadamente, hoy los maestros están más preparados también en el ámbito de la psicología.