Detente un momento y analiza cuántos músculos tienes tensos en este mismo instante. Probablemente, si estás frente al ordenador, con el ratón en la mano, solo deberías tener tensos los músculos de la mano; sin embargo, es muy probable que tengas tenso todo el brazo, el hombro y parte del cuello.
Esto sucede cotidianamente debido a que no sabemos relajarnos de manera que tensamos más músculos de los que necesitamos para emprender una actividad. Obviamente, esta tensión corporal continua es un factor más que se suma al estrés cotidiano y que no nos permite sentirnos relajados y cómodos.
¿Qué es la eutonía?
La eutonía es una técnica que ayuda a obtener el grado correcto de tensión en cada movimiento o simplemente mientras estamos sin movernos. Aclaro que no se trata de brindarnos unas instrucciones acerca de lo que es correcto o incorrecto sino de aprender a través de un proceso de descubrimiento interior donde la autoexploración desempeña un papel primordial. La idea general es: un movimiento que duele o causa un gran esfuerzo está mal realizado ya que lo normal es realizar los movimientos con el esfuerzo mínimo y sintiéndonos relajados.
¿Cómo surgió la eutonía?
La eutonía como disciplina surge a partir de la experiencia personal de Gerda Alexander y de su reflexión crítica sobre las distintas corrientes teóricas de la filosofía, psicología, sociología, salud y educación del siglo XX. La palabra eutonía es una síntesis (eu=armonía, tonía=tono, tensión) la cual se acuñó para dar cuenta de un concepto dinámico, la capacidad de adaptación constante a la situación y el momento.
Representa una doble síntesis tanto por ser un nuevo tipo de conocimiento transdisciplinar (es decir una disciplina propiamente dicha con identidad propia y autonomía de las disciplinas que la componen) como en su manera de entender al ser humano integrando los aspectos psicosomáticos, las emociones, las experiencias, el movimiento, la expresión y la conciencia.
Si bien la eutonía nace en el campo del movimiento, muchas experiencias nos permiten dar cuenta que la práctica de la eutonía y los resultados tales como el crecimiento psicológico y creativo de las personas que la practican, han superado este campo. Se ha ampliado su influencia hacia el desarrollo integral del ser humano, con sus repercusiones saludables desde el punto de vista psico-físico y del desarrollo de sus capacidades creativas. Por eso se utiliza hoy en áreas tales como: educación, prevención en salud, calidad de vida, deporte, manejo del estrés y el arte en todas sus manifestaciones, en las diferentes etapas de la vida desde el embarazo, hasta los adultos mayores.
Los ejercicios de la eutonía
Esta técnica, también denominada stretching o educación del tono, se centra en hacer conscientes nuestras percepciones. Por ello, podemos aplicarla en cualquier momento, lo mismo mientras caminamos que al levantarnos de una silla o escribir. En estos momentos debemos centrar nuestra atención en los músculos que se tensan para realizar una tarea. Nos daremos cuenta que tensamos muchos más músculos de los que necesitamos y por eso nos sentimos mucho más fatigados y nos sometemos a un mayor sufrimiento muscular.
No obstante, para ir paso a paso con la eutonía primero se propone acostarse en una superficie plana, de ser posible en el piso y concentrarse en los diferentes grupos musculares, simplemente sintiendo si están tensos o no. Luego debemos relajar todo el cuerpo, como si nos abandonásemos totalmente, sin oponer ninguna resistencia.
Posteriormente realizar la técnica de relajación muscular progresiva y prestar particular atención a las sensaciones que se experimentan cuando los músculos se contraen o se relajan. Se recomienda realizar estos ejercicios con una respiración adecuada (para lo cual puede ser útil aprender la respiración diafragmática).
Luego, mueve la mano pero cuida de tensar solo los músculos más bajos, manteniendo relajado el hombro y así sucesivamente, en este estado de relajación, se van moviendo diferentes partes del cuerpo intentando activar solo los músculos más cercanos verdaderamente necesarios para realizar el movimiento.
Una vez que seamos conscientes de la activación de los grupos musculares, podremos pasar a realizar estos ejercicios insertándolos en la vida cotidiana. Lo más sencillo es hacerlo mientras escribimos en un papel, intentando escribir sin tensar los músculos del brazo, sino solo los de la mano.
Una vez que se domine la técnica, podremos sentir como una gran parte de la tensión cotidiana desaparece como por arte de magia.
Finalmente, vale aclarar que existen muchos ejercicios para la eutonía y que los que se han expuesto a continuación son solo algunos de ellos, eminentemente focalizados a aliviar el estrés y las tensiones.
Fuente:
Alexander, G. (1979) La Eutonía. Un camino hacia la experiencia total del cuerpo. Buenos Aires: Editorial Paidós.
Anónimo dice
Gracias por esta técnica y por compartir información tal útil para enfrentarnos al día a día.
¡La pondré en práctica!
Manu