Los retiros psicodélicos se están volviendo cada vez más populares. Ya sea arropados por el relajante sonido de las playas jamaicanas, rodeados de la imponente selva tropical de la Amazonía o entre las montañas de California, un mayor número de personas se atreven a probar las sustancias psicodélicas para emprender un viaje que las ayude a soltar lastre emocional y tener una visión iluminadora que confiera un nuevo sentido a sus vidas.
Una antigua tradición que regresa con el aval de la ciencia
El tabú que rodeaba a las sustancias psicodélicas se está desvaneciendo, en parte debido al creciente interés de algunos profesionales de la salud mental por ellas. Hace un par de años, la New England Journal of Medicine publicaba un estudio sobre los beneficios de la psilocibina, el ingrediente psicoactivo de los hongos alucinógenos, para el tratamiento de la depresión.
Antes, la revista Nature ya había revelado que la ayahuasca podía aliviar los síntomas de diferentes trastornos mentales, la depresión entre ellos. El 80% de las personas afectadas mostraron mejorías y quienes siguieron usándola a largo plazo mostraron una mayor sensación de autotrascendencia y calidad de vida.
Por supuesto, todavía es muy pronto para afirmar que las sustancias psicodélicas pueden utilizarse para promover un mayor bienestar emocional, pero muchos neurocientíficos y psicoterapeutas están entusiasmados con los primeros resultados. A fin de cuentas, las sustancias psicodélicas tienen una larga historia como herramienta para promover experiencias trascendentales.
En 2008, un grupo de arqueólogos que excavaban una cueva en el valle del río Sora, en Bolivia, descubrieron un paquete ritual de mil años de antigüedad que perteneció a un chamán de la civilización preinca Tiwanaku. Al raspar los artefactos descubrieron compuestos psicotrópicos como la harmina, psilocina y ayahuasca, entre otros.
Aunque su uso se ha relacionado con el chamanismo, en realidad la utilización ritual de drogas existía prácticamente en todo el mundo. En un escrito del siglo IV a. C., Heródoto describió el uso ritual del cannabis por parte de los escitas. Los antiguos griegos, y más tarde los romanos, celebraban los misterios eleusinos con una bebida psicoactiva llamada kykeon, que parecía tener hongos con LSD. Y en las antiguas escrituras del zoroastrismo se hacía referencia a una libación llamada haoma o “elixir de la verdad” con potentes efectos psicoactivos.
Hoy la ciencia ha comprobado que los psicodélicos clásicos desencadenan una cascada de conectividad neuronal y flujo sanguíneo a regiones del cerebro, como la “red neuronal por defecto”, alterando los patrones habituales de actividad cerebral y el sentido de sí mismo. Por eso generan estados alterados de conciencia y experiencias místicas, significativas y trascendentales, a menudo caracterizadas por profundos sentimientos de conexión, apertura y unidad.
Los neurocientíficos y psicólogos han reconocido que esas experiencias psicodélicas podrían recodificar los patrones mentales inflexibles de pensamiento, emociones y comportamientos que suelen encontrarse en la base de algunos trastornos psicológicos. Al promover la plasticidad neuronal a nivel estructural y funcional, esas sustancias podrían ayudar a “reconectar el cerebro”, producir una recalibración emocional y ayudarnos a encontrar un nuevo sentido.
Sin embargo, también hay muchas razones para ser cautos: las sustancias psicodélicas pueden provocar psicosis o problemas de salud mental a largo plazo, sobre todo en personas con una predisposición a las enfermedades mentales y cuando se consumen sin ningún tipo de control.
¿Qué puedes esperar de un retiro psicodélico?
Las personas que buscan retiros psicodélicos suelen tener diferentes objetivos en mente. Hay quienes se sienten atrapados en la rutina, como si llevaran años sin poder avanzar obstaculizados por un peso desconocido que los retiene, otros se sienten perdidos y quieren reencontrar el sentido de la vida. También hay quienes solo sienten curiosidad o quieren vivir nuevas experiencias que faciliten una mayor conexión o fomenten un estado de conciencia “superior”.
Obviamente, existen retiros psicodélicos de todo tipo y prácticamente en todo el mundo, desde los que proponen un viaje con bufo o peyote hasta los que usan psilocibina o ayahuasca. Si te planteas acudir a alguno, es importante que investigues sobre el tipo de sustancia que utiliza y las experiencias que suele generar.
La psilocibina, por ejemplo, una sustancia natural que se encuentra en varias especies de hongos, suele alterar la conciencia y generalmente se usa para promover un estado de sanación autorreflexiva e introspectiva. La ayahuasca, en cambio, proviene de la mezcla de dos o más plantas y provoca intensos efectos visuales junto a una sensación de calma, aunque cada experiencia es diferente y algunas personas reaccionan de manera muy intensa.
Por ese motivo, también es importante que en esos retiros exista un médico que pueda atender cualquier emergencia. De hecho, los centros más profesionales y seguros suelen pedirles a los participantes que rellenen un formulario de admisión médica en el que evalúan su aptitud física y mental antes de admitirlos, para evitar precisamente crisis psicológicas y emergencias médicas.
Cara retiro es diferente, pero lo habitual es que te vayan preparando a lo largo de los días para la experiencia psicodélica. Significa preparar tanto el cuerpo como la mente, fomentando la confianza, la apertura y la disposición a experimentar nuevas perspectivas. Los facilitadores podrían enseñarte diferentes prácticas de respiración y meditación para potenciar la atención plena y la autoconciencia mientras te ayudan a clarificar tus intenciones.
Después del retiro, las sesiones de integración son cruciales. Es un período de reflexión y aplicación de lo aprendido para garantizar que esas profundas revelaciones no desaparezcan, sino que puedas entretejerlas en tu vida cotidiana para potenciar el cambio que deseas. Así el retiro no será simplemente una experiencia más, sino que se convertirá en una herramienta potente para reimaginar tu propia existencia.
No obstante, es importante que seas consciente de que durante esas experiencias introspectivas puedes encontrar tanto recuerdos queridos que generen una gran paz como traumas enterrados en lo más profundo del inconsciente. Algunos asistentes viven momentos de terror, dolor y claridad abrasadora al mismo tiempo.
Las experiencias psicodélicas producen una inmensa vulnerabilidad física y emocional, por lo que es fundamental elegir cuidadosamente el retiro y asegurarse de que los facilitadores realmente están preparados para lidiar con esas situaciones.
Referencias Bibliográficas:
Jiménez, D. F. et. Al. (2020) Effects of ayahuasca on mental health and quality of life in naïve users: A longitudinal and cross-sectional study combination. Nature Scientific Reports; 10: 4075.
Carhart, R. et. Al. (2021) Trial of Psilocybin versus Escitalopram for Depression. N Engl J Med; 384:1402-1411.
George, D. R. et. Al. (2022) Ancient Roots of Today’s Emerging Renaissance in Psychedelic Medicine. Cult Med Psychiatry; 46(4): 890–903.
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