
La ansiedad es como ese invitado sorpresa que aparece justo cuando creías que tenías todo bajo control para poner patas arriba tu mundo. Ya sea por el trabajo, las relaciones o simplemente por el ritmo acelerado de la vida moderna, todos hemos sentido en algún momento esa punzada de inquietud que no parece tener un botón de “apagado”.
A veces se presenta como un susurro leve, en otras ocasiones como un grito ensordecedor que nos impide pensar con claridad. Ya la sientas en el pecho, en el estómago o como una voz en tu cabeza que no para de preguntarse: “¿y si…?”, lo peor de todo es que la ansiedad tiene vocación de permanencia, por lo que cuanto más luches contra ella, más se intensificará.
La buena noticia es que existen diferentes métodos naturales para aliviar esa sensación de angustia e inquietud, como la Rhodiola rosea, una raíz que lleva siglos usándose en la medicina tradicional y que ahora está ganando popularidad como un posible aliado contra la ansiedad gracias a los últimos descubrimientos científicos.
Rhodiola rosea, una planta con “superpoderes” en la medicina tradicional
La rodiola o rhodiola rosea se utiliza desde hace siglos en las prácticas curativas, fundamentalmente en la cultura china, donde se le conoce como la “raíz dorada”, aunque también la utilizaban los pueblos siberianos y escandinavos para estimular el sistema nervioso y aliviar la fatiga y la depresión inducidas por el estrés, así como para mejorar el rendimiento físico y la productividad.
En los últimos años, la ciencia ha redescubierto el poder de esta planta, enfocándose fundamentalmente en sus efectos sobre las funciones cognitivas, el rendimiento mental y el estado de ánimo en general. Por tanto, se presenta como una solución alternativa para tratar problemas como el estrés y la ansiedad, así como la fatiga física y el agotamiento mental que esas condiciones suelen generar.
¿Cómo funciona la rhodiola para la ansiedad?
El estrés y la ansiedad no solo desencadenan una reacción emocional, sino también una respuesta fisiológica ante la amenaza real o percibida. Cuando se mantienen a lo largo del tiempo, suelen generar síntomas físicos como el agotamiento y la pérdida de energía, acompañados de síntomas psicológicos como la tensión emocional, la irritabilidad, la angustia y la aprensión.
La rhodiola rosea actúa como un adaptógeno; o sea, nos vuelve más resilientes ante el estrés y la ansiedad. Contribuye a mantener la función fisiológica en situaciones en las que nuestro equilibrio se pone a prueba, además de preservar la concentración y el rendimiento mental, lo cual nos permitirá lidiar mejor con el problema.
Las raíces de la planta contienen compuestos biológicamente activos como flavonoides y glucósidos (como la salidrosida y rosavina), que contribuyen a que el sistema nervioso se adapte a las nuevas situaciones que suponen un reto o una amenaza para que no esté en un estado de alarma o ansiedad permanente.
De hecho, la rhodiola rosea interfiere en la secreción de las hormonas de respuesta al estrés, como el cortisol, e interactúa con algunas proteínas involucradas en las vías de señalización del estrés.
Básicamente, es como un “entrenador personal” para nuestro sistema nervioso. Le enseña a adaptarse a los desafíos sin entrar en modo “alerta máxima” todo el tiempo. Es como si echara el freno de mano y te dijera: “tranquilo, no hace falta que te inquietes ante cada problema que aparece”.
Lo qué dice la ciencia: ¿es eficaz la rhodiola para la ansiedad?
La rhodiola se usa desde hace siglos, pero más allá de las anécdotas y los testimonios personales, es importante valorar su eficacia bajo el microscopio de la ciencia moderna. Los investigadores ya están examinando su impacto sobre la ansiedad y, aunque sus conclusiones todavía no son definitivas, son muy prometedoras.
Científicos de la Universidad de Surrey, por ejemplo, reclutaron a 80 personas con ansiedad leve, algunas de las cuales tomaron extracto seco de raíz de rhodiola rosea dos veces al día durante 14 días. Otras no se sometieron a ningún tratamiento para actuar como grupo de control. Tras ese periodo, quienes consumieron rhodiola rosea mostraron niveles mucho más bajos de ira, depresión, ansiedad, estrés y confusión, así como una mejora significativa del estado de ánimo general.
Otro ensayo clínico realizado en la Universidad Médica de Viena demostró que el extracto de rhodiola rosea mejora los síntomas de la ansiedad mientras alivia el agotamiento y la irritabilidad. En este caso, los investigadores trabajaron con 118 personas que sufrían síndrome de burnout y comprobaron que después de tan solo una semana su estado de ánimo y rendimiento comenzaban a mejorar.
Lo interesante es que la rhodiola rosea no se limita a combatir los síntomas, sino que “aborda su fuente, aumentando la resistencia al estrés”, como indicaron estos investigadores, por lo que también podría utilizarse para prevenir la ansiedad en periodos particularmente estresantes.
En otras palabras, la rhodiola no solo sería como ese amigo que te consuela cuando las cosas van mal, sino que te ayuda a fortalecerte para que los problemas no te derrumben a la primera de cambio. No se limita a aliviar la ansiedad, sino que te vuelve más resistente.
¿Cómo se consume? Dosis, seguridad y posibles efectos adversos
La rhodiola es un suplemento de venta libre, por lo que puedes tomarla sin prescripción. En los estudios, las dosis que se han utilizado son de 300-400mg/día durante varias semanas, lo que equivaldría a 1 o 2 cápsulas diarias, según la concentración de cada suplemento.
Por supuesto, también puedes tomarla como infusión, agregando una cucharadita del extracto de raíz en agua. No obstante, en ese caso la dosis y concentración serán menores. De hecho, cabe aclarar que los experimentos se realizan con suplementos, no con infusiones, para poder supervisar mejor las cantidades.
Por ese motivo, es fundamental que si decides probar la rhodiola rosea, optes por tiendas especializadas como Anastore que cuenten con un registro sanitario y brinden garantía de calidad y seguridad ya que someten a sus productos a los controles adecuados.
Como ocurre con la mayoría de los suplementos, suele ser recomendable pausar su consumo cada dos o tres meses durante algunas semanas.
También es importante tener en cuenta que, aunque se trata de un suplemento natural, algunas personas reportan problemas para quedarse dormidos, especialmente si la toman durante la noche. Otras han sentido inquietud y nerviosismo, fundamentalmente cuando exageran en la dosis. Además, la rhodiola puede interactuar con medicamentos como los antidepresivos, estimulantes y antihipertensivos, así que es mejor que consultes a tu médico antes de comenzar a tomarlo.
La rhodiola puede ser una gran aliada para calmar la ansiedad, pero no es una varita mágica que resolverá todo de la noche a la mañana. Imagínala más bien como un buen compañero de viaje: te ayuda a llevar la mochila, pero no camina por ti. Por eso, debes combinar su uso con estrategias psicológicas que te ayuden a manejar el estrés de manera más efectiva.
Aplicar técnicas de respiración, practicar mindfulness o simplemente aprender a desconectar pueden marcar la diferencia. Al final, se trata de tener a tu alcance un arsenal de herramientas que te permitan enfrentar los problemas sin que la ansiedad se apodere de ti. La rhodiola puede ser parte del camino, pero debes ser tú quien lleve el volante.
Referencias Bibliográficas:
Stojcheva, E. I. & Quintela, J. C. (2022) The Effectiveness of Rhodiola rosea L. Preparations in Alleviating Various Aspects of Life-Stress Symptoms and Stress-Induced Conditions-Encouraging Clinical Evidence. Molecules; 27(12): 3902.
Anghelescu, I. et. Al. (2018) Stress management and the role of Rhodiola rosea: a review. Int J Psychiatry Clin Pract; 22(4): 242-252.
Kasper, S. & Dienel, A. (2017) Multicenter, open-label, exploratory clinical trial with Rhodiola rosea extract in patients suffering from burnout symptoms. Neuropsychiatr Dis Treat; 13: 889-898.
Cropley, M. et. Al. (2015) The Effects of Rhodiola rosea L. Extract on Anxiety, Stress, Cognition and other Mood Symptoms. Phytother Res; 29: 1934-1939.
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