Entre los 6 y los 18 meses, los niños comienzan a seguir con la vista la mirada de las otras personas. De hecho, es algo que todos hacemos de manera involuntaria: si estamos hablando con una persona y esta mira en una dirección, tendremos la tendencia a hacer lo mismo.
Sin embargo, esta reacción no se aprecia siempre, es esencial que exista una relación directa entre las dos personas, de forma que una de ellas capte la atención de la otra y la incite a mirar en determinada dirección. Además, se ha demostrado que cuando existe un vínculo emocional, este fenómeno es aún más intenso.
Pues bien, ahora un grupo de investigadores húngaros tomó el fenómeno del seguimiento visual para intentar responder a la pregunta que todo dueño de un perro se debe haber planteado en alguna ocasión: ¿saben los animales que estamos hablando con ellos?
Estos investigadores trabajaron con 16 perros adultos y les presentaron un vídeo donde se apreciaba a una persona de pie, entre dos macetas vacías. Estas personas saludaron al perro y después miraron hacia una de las macetas. Mientras tanto, los investigadores grababan los movimientos oculares del perro.
El truco estaba en el saludo que realizaba la persona. En el caso de la comunicación ostensiva se utilizaba la manera clásica de saludar a alguien; es decir, alzando la voz, estableciendo contacto directo visual y usando un tono alegre. En el otro caso se usó una comunicación no ostensiva; o sea, el actor utilizó las mismas palabras pero habló con voz firme, sin inflexiones, en tono serio y evitando el contacto visual.
Si una persona tuviese que valorar ambos tipos de saludo, diría sin lugar a dudas que la primera secuencia lleva implícito el deseo de establecer un contacto directo pero la segunda no. Por tanto, nosotros mismos seríamos más propensos a seguir la mirada del actor en el primer caso porque este ha logrado establecer cierto vínculo. Pero… ¿qué sucede con los perros?
Los resultados mostraron que después del saludo que implicaba el contacto visual y una voz aguda (la comunicación ostensiva), los perros también eran más propensos a seguir la mirada del actor.
¿Qué significa esto?
Implica que, de alguna manera, los perros son capaces de detectar (fundamentalmente a través del contacto visual y los cambios en el tono de la voz), cuando nos estamos dirigiendo a ellos. Por tanto, reaccionarán de una manera más positiva estableciendo una relación mucho más estrecha.
De hecho, no es el primer estudio que demuestra que los perros son muy sensibles a la dirección de la mirada humana y que esta tiene una gran importancia referencial, lo cual no es extraño ya que se estima que los perros tienen una inteligencia y unas habilidades sociales bastante similares a las de un niño de dos o tres años.
Por tanto, la próxima vez que le hables a tu perro, míralo a los ojos y cambia ligeramente el tono de la voz. Sabrá que te estás refiriendo a él, si bien no podrá entender muy bien lo que dices.
Fuente:
Téglás, E. et. Al. (2012) Dogs’ Gaze Following Is Tuned to Human Communicative Signals. Current Biology; 22(3): 209-212.
Deja una respuesta