¿Prefieres los alimentos salados o tu debilidad son los dulces? ¿Te encantan los platos con un toque picante o prefieres las comidas amargas? Esas preferencias en materia de gustos podrían revelar pequeñas pistas sobre tu personalidad.
La personalidad se manifiesta prácticamente en todas nuestras preferencias y pequeñas decisiones cotidianas, desde nuestro color preferido hasta el tipo de música que nos gusta y, por supuesto, los sabores que preferimos. Por tanto, no es una exageración afirmar que los alimentos que elegimos representan una ventana hacia nuestro mundo interior.
¿Cuándo comienza a desarrollarse la preferencia por los sabores?
Los últimos estudios sugieren que la preferencia por determinados sabores se comienza a desarrollar antes de nuestro nacimiento. Cuando estamos en el útero, podemos experimentar diferentes sabores a través del líquido amniótico y más tarde, podemos sentir esas diferencias mediante el sabor de la leche materna.
De hecho, se ha apreciado que cuando las madres llevan una dieta variada durante la gestación, sus hijos son más abiertos a probar nuevos sabores y desarrollan una relación menos problemática con la comida.
No obstante, las preferencias por un sabor no solo están determinadas por lo que comieron nuestras madres, también influye nuestra psique. Diferentes estudios han relacionado ciertos rasgos de personalidad con nuestros gustos en materia gastronómica.
La sal y la fuerza interior
Si prefieres la sal y los alimentos crujientes, es probable que seas una persona ambiciosa que se guía por una fuerte motivación intrínseca. Un estudio desarrollado en la Universidad Estatal de Pensilvania reveló que las personas que prefieren los alimentos salados a menudo se encuentran sobrecargadas de trabajo porque siempre apuntan muy alto.
Son personas con grandes sueños y metas ambiciosas. De hecho, se ha descubierto que uno de cada cuatro deportistas de élite tienen las papilas gustativas más desarrolladas que las personas promedio y prefieren los alimentos salados. Estas personas suelen tener una gran sensibilidad ante los alimentos amargos, agrios o picantes, pero disfrutan muchísimo de los sabores salados y no suelen ser grandes fanáticos de los dulces.
Los dulces y la bondad
Si eres de esas personas que disfrutan más del postre que de la cena, es probable que tengas una personalidad mucho más “dulce”, literalmente. Las personas a quienes les gustan los alimentos dulces suelen ser más bondadosas y amables, reveló un estudio realizado en el Gettysburg College.
Otra investigación llevada a cabo en la North Dakota State University confirmó que las personas que prefieren los caramelos, pasteles y dulces en sentido general, suelen ser más amigables, compasivas y cercanas. Estas personas suelen involucrarse más en actividades de voluntariado y les resulta natural compartir y ayudar desinteresadamente a los demás.
El picante y el espíritu aventurero
El picante puede ser “demasiado sabor” para algunos, pero a otros simplemente les encanta. Es más probable que esas personas también tengan una personalidad más aventurera, según reveló una serie de estudios realizados en la Universidad de Pensilvania.
Estos psicólogos descubrieron que las personas que prefieren las comidas picantes y muy condimentadas también disfrutan de vivir aventuras nuevas que les aporten emociones intensas. Son personas que se aburren rápidamente con el día a día y necesitan una dosis de adrenalina en sus vidas, por lo que siempre están dispuestas a probar nuevas experiencias.
Descubrieron que las personas que disfrutan de las emociones intensas que pueden reportar actividades como subirse a una montaña rusa o a quienes les gusta ser el centro de atención, también son amantes del picante. A estas personas les encanta ser elogiadas pero también suelen ser más tolerantes.
El toque amargo y la insensibilidad
Si te gusta el café negro, la tónica y los rábanos, es probable que tengas ciertos rasgos narcisistas de personalidad. Según un estudio realizado en la Universidad de Innsbruck, las personas que prefieren el sabor amargo tienen una tendencia a poseer una personalidad con rasgos antisociales.
Después de analizar a casi 1.000 personas, estos psicólogos descubrieron que quienes prefieren los alimentos amargos suelen ser más manipuladoras y a menudo responden de manera insensible ante los demás. También pueden tener rasgos maquiavélicos, narcicistas y hasta psicopáticos.
La acidez va de la mano de la reflexión
Los sabores ácidos no son precisamente uno de los preferidos, pero si eres de las personas a quienes les encantan los cítricos y cualquier otro alimento con un toque ácido, es más probable que seas reflexivo y racional.
No obstante, los investigadores también apuntan que podrías tener una tendencia a desarrollar un pensamiento rumiativo y verte abrumado por la ansiedad, lo cual se debe a que le das demasiadas vueltas a las cosas.
Un estudio desarrollado en la Wageningen University descubrió que las personas que prefieren los sabores ácidos también son más abiertas a los nuevos estímulos y pueden llegar a ser muy creativas, siempre que logren controlar su tendencia a la racionalización. Aunque también pueden llegar a ser muy críticas y duras con los demás ya que establecen estándares muy altos.
Fuentes:
Sagioglou, C. & Greitemeyer, T. (2016) Individual differences in bitter taste preferences are associated with antisocial personality traits. Appetite; 96: 299-308.
Byrnes, N. K. & Hayes, J. E. (2016) Behavioral measures of risk tasking, sensation seeking and sensitivity to reward may reflect different motivations for spicy food liking and consumption. Appetite; 103(1): 411-422.
Byrnes, N. K. & Hayes, J. E. (2013) Personality factors predict spicy food liking and intake. Food Qual Prefer; 28(1): 213–221.
Meier, B. et. Al. (2012) Sweet taste preferences and experiences predict prosocial inferences, personalities, and behaviors. Journal of Personality and Social Psychology; 102(1): 163-174.
Gie, D. et. Al. (2004) Sour Taste Preferences of Children Relate to Preference for Novel and Intense Stimuli. Chemical Senses; 29(8): 713–720.
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