La prisa cotidiana nos apremia. Nos empuja a correr. Sin tiempo para nada. Sin tiempo para conectar con el otro. Para estar plenamente presentes. Para mirarle a los ojos. Para intuir qué le pasa. Cada vez son más comunes los saludos rápidos, esos “hola, ¿cómo estás?” que realmente no muestran un interés auténtico por el otro y ni siquiera esperan respuesta porque solo sirven como una mera entradilla en una conversación rauda mientras tenemos la cabeza en otra parte.
Sin embargo, en Sudáfrica hay un saludo precioso en isiZulu: “sawubona”. Es el equivalente a nuestro “hola”, pero con un significado mucho más profundo. Cuando los zulúes se saludan con un “sawubona”, están diciendo literalmente “te veo” o, para ser más exactos, “te vemos”.
Presencia plena, conexión total
Cuando un zulú quiere saludar a alguien, utiliza la palabra “sawubona” (te vemos), y esa persona puede responderle con un “yebo, sawubona” (también te vemos). El significado de sawubona se resume en un “te veo, eres importante para mí y te valoro en tu complejidad”.
Sawubona expresa la importancia de dirigir la propia atención hacia el otro. Ese “te vemos” implica tomar conciencia de su presencia. Plenamente. Es, por tanto, una invitación a concentrarse en el aquí y ahora, en la persona que tenemos delante y lo que está sucediendo. Si no vemos a alguien, no podremos influir en su mundo y, por ende, es poco probable que logremos dejar una impronta positiva.
De hecho, los zulúes siempre han sido conscientes de la importancia del grupo, pero también de dar visibilidad al individuo para integrarlo plenamente como un elemento valioso de la comunidad. Por eso promueven la necesidad de ver a cada persona, no de manera rápida y superficial, sino de forma consciente y pausada.
Sawubona busca promover precisamente ese instante en el que mantenemos un contacto visual pausado para poder mirar y ver. Escuchar, sentir y comprender. Ese momento en que dos almas se tocan. Es una invitación a participar en la vida del otro. Una invitación a poner en común.
Sin embargo, este saludo zulú no es solo una forma de visibilizar al otro para que sienta que forma parte de algo más grande, también expresa una aceptación radical.
Reconocimiento y aceptación de la complejidad personal
El significado de sawubona va más allá de la presencia plena y la conexión. De hecho, incluye un matiz importante: el “nosotros”, ese espacio compartido que creamos con los demás cuando estamos plenamente presentes, la energía que se genera entre dos personas que están conectando.
Cuando un zulú dice “te vemos”, significa que no ve exclusivamente a la persona que tiene delante sino además a sus antepasados y su yo espiritual, ese complejo mundo interior que a menudo pasamos por alto pero que influye en nuestras decisiones, actitudes y comportamientos.
Sawubona no es reconocer solo a la persona, a ese “yo” monolítico con el que solemos identificarnos en nuestro día a día, sino a la complejidad que se esconde en su base. Implica reconocer todos los “yos” que forman parte de nosotros, todas nuestras tradiciones, creencias y formas de pensar.
Al mismo tiempo, cuando un zulú responde: “yebo, sawubona” (también te vemos), intenta deshacerse de sus prejuicios para ver a la persona que tiene delante tal como es. Es un intento de apreciación sin juicios de valor. Un intento de entender su realidad sin los prejuicios que normalmente arrastramos a la relación y que terminan enturbiándola.
De hecho, muchos de los problemas en las relaciones comienzan precisamente cuando no vemos al otro, no lo apreciamos por lo que es sino que nos formamos una imagen matizada por nuestros estereotipos y nos relacionamos a través de nuestras expectativas y aspiraciones. Eso genera presiones y conflictos, disipando cualquier pizca de empatía.
Sawubona nos invita a conectar desde nuestra esencia y explorar las posibilidades de ayudarnos los unos a otros, desde la aceptación y el respeto mutuo. Es un saludo para transmitir que estamos ahí, con un deseo auténtico de conectar y entender. Significa que queremos testigos de su viaje y nos interesa conocer sus necesidades, deseos, tristezas y heridas.
¿A quién no le gustaría ser visto de este modo?
Quizá todos necesitamos vernos más – pero de verdad.
¡Sawubona!
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