Se dice que Stendhal, en el año 1817, relató en su diario que después de visitar la iglesia de Santa Croce experimentó unos síntomas muy desagradables a los que nadie podía dar una explicación coherente. Según sus notas, Stendhal notó una ansiedad repentina, una sensación de ahogo y la pérdida de todas las referencias espaciales.
Curiosamente este fenómeno continúa ocurriendo en las grandes ciudades del arte, aquejando a todas las personas que se dejan impresionar ante una gran obra de arte.
En la década de los ’80 del siglo pasado la psiquiatra florentina Graziella Magherini acuñó el término Síndrome de Stendhal para hacer referencia a este estado de ansiedad que invadía a los turistas después de visitar una ciudad donde el arte realmente impresiona, como Florencia. Así, el Síndrome de Stendhal también es conocido como la enfermedad de los museos debido a que es el sitio más frecuente donde suele evidenciarse.
La mayoría de los psicólogos apuntan que este síndrome se produce como consecuencia de la saturación de la capacidad humana para recibir, en tan poco tiempo, impresiones de gran belleza artística. No obstante, existen otros especialistas que no están tan convencidos de su existencia. Lo cierto es que el Manual Diagnóstico de Trastornos Mentales no recoge esta patología.
Un estudio realizado en el año 2010 en un total de 48 médicos que visitaron la ciudad de Florencia con motivo de un curso allí dictado mostró que ninguno sufrió este Síndrome. No obstante, debe destacarse que el 25% de los encuestados consideró que había experimentado una forma parcial de Síndrome de Stendhal ya que aunque no se identificaron crisis de pánico ni alteraciones del pensamiento; fue frecuente la influencia del arte en los afectos, principalmente en el placer (83%) y en la emoción (62%).
A las evidencias negativas también se le suman ejemplos del Síndrome. Por ejemplo, la reconocidísima y mundialmente respetada revista BMJ publicó en el año 2009 un caso de Síndrome de Stendhal según el cual un artista de la tercera edad desarrolló una psicosis después de haber realizado un viaje turístico a Florencia, una ciudad con obras de arte de gran significado emocional para esta persona.
Como puede presuponerse, a los síntomas inicialmente descritos se le pueden sumar: vértigo, aumento del ritmo cardiaco, crisis de pánico y desvanecimientos. Algunos de los síntomas menos usuales pero que igualmente forman parte del Síndrome de Stendhal son:
– Impulsos destructivos dirigidos a las obras contempladas. La persona teme perder el control y dañarlas.
– Desorganizaciones psicóticas y presencia de alucinaciones.
– Estados de disociación duraderos y persistentes; amnesias psicógenas relacionadas.
No obstante, particularmente considero que debido al corto periodo de tiempo en el cual inciden estos síntomas no sería del todo correcto enclaustrarlo dentro de un síndrome psiquiátrico específico. También debe tenerse en cuenta que, si bien la manifestación del Síndrome en toda su extensión puede ser muy molesta, lo cierto es que una buena parte de las personas aquejadas solo presentan variantes muy leves expresadas en crisis de llanto o episodios breves de desrealización.
Más allá de la patología; lo cierto es que ante ciudades como Florencia, donde existe tanta belleza y obras de arte donde menos lo esperamos, no podemos quedar impasibles.
Fuentes:
Guerrero, A.L. et. Al. (2010) Síndrome de Stendhal: origen, naturaleza y presentación en un grupo de neurólogos. Neurología; 25(6): 349-356.
Valtueña, O. (2009) ¿Existe realmente el Síndrome de Stendhal? Anales de la Real Academia de Medicina; CXXVI (III): 455-473.
Nicholson, T. R. et. Al. (2009) Stendhal syndrome: a case of cultural overload. BMJ; Case Reports.
Cristian Joseph dice
Es increible e interesante que se pueda llegar a saturar una persona por ver mucho arte…
Juancho dice
Expongo mi teoria:
Yo creo que las personas se enamoran de este arte en una forma excesiva y (como un amor a primera vista muy fuerte) y cuando perciben o se dan cuenta de que no forman parte de uno mismo le produce un vació (un vació que ya existían en realidad, solo que ahora lo sienten). Es como todo un proceso de enamoramiento y ruptura/duelo pero que ocurre a una gran velocidad… Pero esto solo ocurriría cuando la persona ya de por si tiene un vació en su interior. Los mismos síntomas se ven en la mayoría de las personas de hoy en día que se "enamoran", que encuentran su "media naranja" (claro que es su "media", porque ya de por si ellos no son una entera) y cuando esta se va de su lado, el vació se siente enormemente.
Jennifer Delgado Suarez dice
Juancho,
Excelente interpretación!
Precisamente existe una teoría que afirma que este Síndrome se debe a una inadecuada identificación.
Según esta teoría nosotros los seres humanos nos identificamos con algunas personas o cosas, pero siempre tenemos claro la diferenciación entre el "yo" y el "otro".
No obstante, en este Síndrome se confundirían los límites entre sujeto y objeto y esto hace que avenga la sintomatología psicosomática.
En fin, sería algo así como que la persona se mete tanto en el cuadro o en las esculturas que sus límites se hacen difusos y esto desencadena una reacción a nivel psicológico y fisiológico.
Una teoría interesante sin lugar a dudas.
Anónimo dice
me podrian decir como es que las personas de ese tiempo trataban este sindrome?
Jennifer Delgado Suarez dice
Anónimo,
Este síndrome fue considerado como una enfermedad psicosomática en época reciente, para ser más precisa, en el 1979.
Creo que antes de esta fecha se tratarían cada uno de sus síntomas de forma aislada, prevalentemente desde el punto de vista fisiológico.
Además, si se considera que los síntomas disminuyen cuando la persona se aparta del medio que le provocó la conmoción, entonces hipotetizo que una vez reestablecidos los ignos vitales, los médicos no tenían mucho más que hacer.
Pero puntualizo que esta es solo una teoría porque realmente no tengo constancia de algún artículo científico que especifique cómo se trataba este problema antes de que fuese considerado un trastorno psicosomático.
Anónimo dice
He de decir que yo sufrí este sindrome en mi visita a los museos vaticanos en roma. No se muy bien qué me paso pero cuando entré en la capilla sixtina, se me aceleró el pulso y comenzé a llorar. Aun hoy dia si me paro a recordarlo, no puedo evitar ponerme nerviosa
Jennifer Delgado Suarez dice
Creo que todos los apasionados por el arte no pueden evitar sentirse emocionados cuando visitan Florencia. Probablemente uno de los factores que más incide es que esta ciudad tiene arte en cada una de sus calles. Cuando piensas que ya lo has terminado de ver todo, allí te aparece una plazoleta bellísima o una iglesia espectacular.
Y, por supuesto, lo mismo vale para el Vaticano.
Anónimo dice
y que tal cuando asistimos a determinado show musical de algún artista que conmueve con su música. Por ejemplo Paul Mccartney. Algunas de las personas que asistimos a su concierto en Bogotá, en abril pasado,no pudimos dejar de emocionarnos y aún llorar con el canto de las conocidas melodías de Maca
Jennifer Delgado Suarez dice
Anónimo,
La música nos emociona pero raras veces provoca síntomas como el vértigo, el aumento del ritmo cardiaco y los desvanecimientos.
Anónimo dice
Me paso hace unos años de ir a Florencia llegar y venirme como una crisis de pánico de querer irme ya! del lugar, no entendía porque me pasaba eso y fue una sensación muy extraña, al tiempo de esperar que se me pase (ya que estaba acompañada y la otra persona no se quería ir, no entendía que me estaba pasando), me calmé habre recorrido unos 10 minutos el lugar y me fui. No soy una persona que entienda de arte, y no fui a la ciudad por el arte en si, solo fui como una turista normal a conocer Florencia, como fui a varias ciudades más de Italia. Algún día volveré para conocer mejor la ciudad.
Jennifer Delgado Suarez dice
También puede haberse tratado de un simple ataque de pánico provocado por la cantidad de personas que se concentran en las grandes ciudades como Florencia.