Un trastorno relativamente olvidado que se reaviva cada vez que un país se enfrenta a las elecciones pero que dio mucho de que hablar a inicios de los 2000: el Síndrome Traumático Postelectoral. Podría decir sin temor a equivocarme que este trastorno reúne más méritos mediáticos que nosológicos.
El Síndrome Traumático Postelectoral o PESTS (sus siglas en inglés) es una afección que ha golpeado a muchos seguidores del derrotado senador Kerry, al menos en el estado de Florida, y recuerda (¿simple casualidad?) al Trastorno por Estrés Postraumático.
Entre sus síntomas principales se encuentran: aislamiento, ira, irritabilidad, desinterés, amargura, principio de anorexia, insomnio, pesadillas y preocupaciones excesivas acerca del futuro del país (EUA, me parece un tanto obvia la aclaración pero siempre es válida).
Existen algunos psicoterapeutas norteamericanos que ya tienen experiencia con este trastorno así, después de las elecciones, sus consultas se llenan con un número considerable de víctimas seguidoras del partido perdedor a las cuales normalmente tratan con hipnosis. Aunque vale aclarar que el fenómeno ha llegado hasta las páginas del Asia Times Online donde los doctores reconocen que después de las elecciones el número de personas diagnosticadas con ansiedad o depresión aumenta en un 10%.
En realidad, nos hallamos ante un “desarrollo” o “evolución” de la idea del trauma psíquico, fenómeno más conocido entre los psicólogos y psiquiatras como: Trastorno por Estrés Postraumático. De hecho, algunos estudiosos del fenómeno como Summerfield han sugerido que se trata de una entidad elaborada no sólo a partir de ideas psiquiátricas sino que se ha sustentado en elementos sociopolíticos por lo cual cuestionan seriamente su existencia.
Para comprender este trastorno basta conocer que, como punto desbordante, un fenómeno similar al PESTS se observó entre los fans del fútbol cuando sus equipos eran echados de las ligas más importantes. Una investigación muy interesante desarrollada en la Universidad de Nottingham Trent reveló que entre los fans de los equipos deportivos se evidenciaba un gran distress psicológico después de las derrotas totales en las ligas. ¿Síndrome Traumático Postpartido sería la categoría más apropiada? Saquen ustedes sus propias conclusiones.
Por cierto, no puedo evitar terminar estas reflexiones recordando una historia donde los alienígenas que tenían la misión de estudiar el comportamiento humano se preguntaban: ¿Por qué tanto despliegue de energía ante cada campaña electoral si a la larga todo sigue como siempre? Sin comentarios 🙂
Fuentes:
Summerfield, D. (2001) The invention of post-traumatic stress disorder and the social usefulness of a psychiatric category. BMJ; 322:95-98.
Banyard, P. & Shevlin, M. (2001) Responses of football fans to relegation of their team from the English Premier League: PTS? Ir J Psych Med; 18: 66-67.
Neumann, R. (2004) The Scourge of PESTS. En: AlterNet.
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